domingo, 9 de mayo de 2021

La SQM en TV3 (II)

 

El cárabo es una de las especies idóneas de cara a llevar a cabo un seguimiento a gran escala de los contaminantes ambientales y evaluar el riesgo medioambiental (Badry et al. 2020). Al ser un depredador apical almacena los tóxicos ambientales en diferentes partes del cuerpo durante años (plumas, piel, órganos, etc.)…igualico que nos pasa a nosotros.

 

La entrevista a Carme Valls-Llobet

Sigo con la crítica al espacio que dedicó el programa de TV3 Planta Baixa a la Sensibilidad Química Múltiple (SQM). Podéis visionar el contenido siguiendo este enlace:

 

https://www.ccma.cat/tv3/alacarta/planta-baixa/sensibilitat-quimica-multiple-tinc-una-malaltia-que-no-te-cura-i-no-saben-com-tractar-la/video/6093997/

 

Vi con expectación la entrevista. Era la primera vez que veía a la doctora en una cadena televisiva importante hablando sobre la SQM. Desgraciadamente, me sentí decepcionado.

 

La disfonía y las reacciones anafilácticas

Lo primero que me chocó es que al hablar de la disfonía de Alba dijera que sólo algunas personas afectadas de SQM la sufren. La disfonía es uno de los síntomas de una anafilaxia y las enfermas moderadas-graves de SQM desarrollan el pack típico de síntomas respiratorios de una anafilaxia cuando tienen una exposición aérea a productos que no toleran (ambientadores, colonias, lejía, gel hidroalcohólico, detergentes, suavizantes, humos de chimenea y vehículos, etc.). Es algo clásico. Se ahogan literalmente.

 

La anafilaxia es una reacción alérgica hipergrave, mediada por la Inmunoglobulina E (IgE), unos anticuerpos del sistema inmunitario destinados a proteger el cuerpo de un antígeno (sea virus, bacteria u otros agentes externos identificados por el organismo como amenaza). La anafilaxia ocurre en personas sensibilizadas previamente a un antígeno concreto y cada vez que se exponen a él se desencadena la reacción alérgica.

 

La respuesta alérgica mediada por la IgE implica simultáneamente varias partes del cuerpo, siendo las más comunes la piel, el corazón y los vasos sanguíneos (venas, arterias, capilares, el sistema respiratorio (pulmones, boca, fosas nasales, laringe, tráquea) y con menos frecuencia el aparato digestivo (estómago, intestinos, etc.). Puede conllevar la muerte, por lo que diagnosticarla a tiempo es primordial y conviene hacerlo rapidito.

 

Otra curiosidad más es que el diagnóstico de la anafilaxia es CLÍNICO. Es decir, se diagnostica a partir de signos, síntomas y el historial clínico de la persona afectada…cómo la SQM y también está infradiagnosticada.

 

Por cierto, la anafilaxia comporta liberación de histamina que, de hecho, es el primer mediador que se eleva en la sangre. Pese a que el diagnóstico es clínico, la prueba de metilhistamina urinaria es de utilidad complementaria en el proceso de identificación de la anafilaxia ¿Cuántas enfermas y enfermos de SQM tienen niveles de histamina por encima del rango considerado normal? ¿A cuántos se le mira? ¿Por qué se obvia este resultado en los informes oficiales de diagnóstico de la sanidad pública (p. ej. En el Hospital Clínic)? ¿Y por qué si tienen niveles elevados de histamina se insiste en decirles que su enfermedad tiene un origen psicogénico? 

 

Se ha demostrado científicamente que la histamina es un biomarcador asociado a la SQM, presentándose incrementada en el 36,7% de los enfermos estudiados por Belpomme et al. (2015). El estudio de Belpomme et al. (2015) concluyó que existe una combinación de biomarcadores que son efectivos en el diagnóstico de la SQM y la Electrohipersensibilidad (EHS) ¿Por qué la sanidad pública de cada comunidad autónoma no se dedica a estudiar a las enfermas de SQM en esta línea?

 

La ciencia también ha enunciado en diferentes ocasiones que el hecho de que la SQM y la EHS sean provocadas por causas ambientales es un gran inconveniente para los superpoderosos intereses socioeconómicos, lo cual explica que no hayan sido reconocidas cómo patologías por los gobiernos y los organismos internacionales dedicados a la salud (de carácter público o privado, como la Organización Mundial de la Salud; ver en Levallois 2002). Básicamente, vivimos en una sociedad de hipócritas y cobardes; podrían matar a nuestros niños y mujeres, y violar a nuestras abuelas y todo seguiría igual.

 

Pero el mundo de nuestras defensas abarca no solamente la anafilaxia mediada por la IgE. Nuestro arsenal defensivo incluye las reacciones anafilactoides, que son clínicamente indiferenciables de la anafilaxia. La diferencia entre ambas es que la reacción anafilactoide no está provocada por la IgE sino que esta vez son otros mecanismos de nuestro cuerpo (basófilos y/o mastocitos liberando HISTAMINA, etc.) los que entran en acción ¡Vaya! De nuevo ¡La HISTAMINA! Una sustancia externa es la que provoca el cuadro de la reacción anafilactoide.

 

Conviene recalcar que además las reacciones pueden producirse inmediatamente después de la exposición al agente desencadenante, o bien mucho después (horas). Que no veamos a todas las enfermas de SQM ahogarse al momento de inhalar una colonia no significa que no tenga efectos a posteriori. Hay diferentes grados de gravedad de la enfermedad.

 

Nuestro sistema autoinmune es una máquina poderosísima, altamente sensible a la contaminación artificial. Y lo más importante: no se conoce apenas demasiado en comparación con lo que se desconoce de él. Me maravillo entonces de cómo los profesionales de la salud en España se esfuerzan en negar rotundamente que la SQM guarde relación con el sistema inmunitario o cuanto menos a no mencionarlo…cuando son plenamente conscientes de que la SQM apenas se ha investigado seriamente a escala mundial.

 

Bien, quedaros con esto de la anafilaxia y las reacciones anafilactoides porqué después lo vuelvo a recuperar con más énfasis.

 

La percepción sensorial

Personalmente, considero que la parte más escabrosa es que la doctora tomara la línea de situar exclusivamente la raíz del problema en la percepción sensorial a través de la nariz. Describe el ardor de la garganta y otros síntomas típicos de anafilaxia que se desencadenan con la exposición a los tóxicos y luego acentúa en cuanto al mecanismo de origen la percepción de los olores y la sensibilización central.

 

A ver, una afectada de SQM cursa síntomas y/o problemas digestivos, cutáneos, respiratorios, articulares, musculares, del sistema inmune, del sistema endocrino, neurocognitivos, etc. Se trata de un amplio espectro de síntomas y problemas, un patrón que se repite en las afectadas. Los síntomas no se activan solamente por la recepción del tóxico a partir de la nariz sino que también se desencadenan exclusivamente a través de la piel y el aparato digestivo.

 

Es más, hay enfermas con anosmia (pérdida de olfato) que siguen sufriendo el mismo grado de SQM y muchos olores que les resultan agradables les causan de todas formas los mismos síntomas.

 

En mi opinión, existe una disparidad de argumentos que le quitan sentido y coherencia a la hipótesis de la nariz, el rinencéfalo (actualmente llamado sistema límbico) y el Sistema Nervioso Central (SNC) cómo actores principales y únicos de la SQM. A bote pronto se me ocurren las siguientes:

  •      El impacto multisistémico y el hecho de que el empeoramiento y las reacciones sean también  por otras vías (la cutánea y la digestiva) al margen de la existencia o no de olores asociados.
  •      La anosmia

  •      El sentido del olfato está muy poco desarrollado en la especie humana. Al contrario que buena parte de las especies de mamíferos, no evolucionamos primando el sentido del olfato para detectar amenazas ni para buscar alimentos (esto es de párvulos). Evolucionamos basando nuestra estrategia biológica en la vista.

      A priori, pues, resulta extraño que sea la simple percepción sensorial de los olores la que medie y ocasione una batería tan grave y dispar de síntomas y problemas de salud crónicos, graves,  incapacitantes y/o invalidantes (según el grado de SQM) en múltiples direcciones.

¿Nadie había caído todavía en este pequeño detalle de nuestra biología?

  •   No todas las sustancias con olores fuertes y penetrantes activan el empeoramiento de las enfermas y sus crisis, sino que principalmente son las sustancias químicas artificiales (derivados del petróleo, lejía, salfumán, etc.) las que logran un efecto rápido y muy potente en ellas.

Generalmente, pueden tolerar los olores de las flores, aunque algunas especies de plantas que liberan terpenos, un derivado del isopreno, que no deja de ser un hidrocarburo (compuesto orgánico volátil), tienen capacidad de crear un efecto negativo también en las personas afectadas de SQM. Una misma persona enferma es capaz de reaccionar negativamente en una zona con mucha lavanda en flor y tolerar floraciones de romero (ambas especies incluyen terpenos) sin problemas aparentes…quizá todo ello guarde relación con la concentración y el tipo de terpenos liberados por cada especie de planta.

Al margen de estas diferentes sensibilidades a sustancias naturales, lo que se sabe de forma impepinable es que las afectadas comparten un desencadenante en común de sus síntomas y empeoramiento: las sustancias químicas artificiales (ambientadores, colonias, combustibles, detergentes y suavizantes con fragancia, lejía, salfumán, etc.).

A tenor de lo expuesto, en conjunto, me da que la SQM no es cuestión de oler bien o mal. Pero es esta una hipótesis que les encanta a los profesionales catalanes (de la sanidad privada o de la pública) supuestamente expertos en la SQM u otros de los Síndromes de la Sensibilización Central (Fibromialgia, Encelomielitis miálgica/Síndrome de la Fatiga Crónica).

Es incomprensible la interpretación que llevan a cabo de la Hipótesis (no demostrada) de los Síndromes de la Sensibilización Central (SSC). Esta hipótesis dice que parece probable que el Sistema Nervioso Central (SNC) sea un actor principal en el desarrollo de los SSC pero no el único (Yunus 2007). Concreta Yunus (2007).

 

Sin embargo, los profesionales catalanes crean cómo una especie de orden jerárquico, sin disponer de certezas, en el que señalan al SNC cómo culpable de la SQM y otros de los SSC, y el sistema endocrino y el inmune quedan fuera de juego en su discurso. Pero si es de sobras conocida la interacción entre sistema endocrino, inmune y SNC ¡Olvídense ya de las jerarquías! Sencillamente, no se entiende uno sin el otro, ni más ni menos.

 

Al fin y al cabo, vas juntando piezas y se intuye que interesa recalcar que el problema es la sensibilidad de la paciente. Antes el argumentario del establishment concluía que el mal de las mujeres provenía de su histeria y ahora, con lo de guardar las apariencias no vaya a ser que se distribuyan las etiquetas de machismo, se les tilda de sensibles. Se ha sofisticado la terminología. El caso es desviar la atención del eje del mal: el abuso de los químicos artificiales.

 

La información de baja calidad respecto la SQM que se ofrece desde el sector de la medicina en los medios periodísticos no ayuda a las enfermas, sino que contribuye a complicarles aún más la vida ¿Por qué? Por qué gracias a ello la mayoría de los ciudadanos creen erróneamente que la SQM es simplemente que a las enfermas les desagradan los olores de las colonias ¡Ya está bien de hacer hincapié en la maldita percepción de los olores porqué esto contribuye a la desinformación del público! ¡No es un problema de rechazo subjetivo al olor!

 

En el anterior contenido os prometí que la crítica al programa se dividiría en dos posts. Me equivoqué. El tema tiene mucha miga. Lo voy a estructurar en un capítulo más cómo mínimo. Próximamente, más.

 

Bibliografía

A scientific review of multiple chemical sensitivity: identifying key research needs (2008) Working Draft Report prepared by the National Industrial Chemicals Notification and Assessment Scheme (NICNAS) and the Office of Chemical Safety and Environmental Health (OCS)

Badry, A.; Krone, O.; Jaspers, V. L. B.; Mateo, R.; García-Fernández, A.; Leivits, M. & Shore, R. F. (2020) Towards harmonisation of chemical monitoring using avian apex predators: Identification of key species for pan-European biomonitoring. Science of Total Environment, 731.

Belpomme, D., Campagnac, C. & Irigaray, P. (2015) Reliable disease biomarkers characterizing and identifying electrohipersensitivity and multiple chemical sensitivity as two etiopathogenic aspects of a unique pathological disorder. Rev. Environ. Health, 30 (4).

Documento de consenso. Sensibilidad Química Múltiple (2011) Ministerio de Sanidad, Política social e Igualdad.

Fernández-Solà, J. & Nogué, S. (2013) Sensibilidad Química y Ambiental Múltiple. Sobrevivir en un Entorno Tóxico.

Levallois P. (2002) Hypersensitivity of human subjects to environmental electric and magnetic field exposure: a review of the literature. Environ Health Perspect, 110(Suppl 4).

 

Nogué Xarau, S; Dueñas Laita, A; Ferrer Dufol, A; Fernández Solà, J (2011) Sensibilidad Química Múltiple. Med Clin (Barc), 136 (15).

Yunus, MB. (2007) Fybromyalgia and Overlapping Disorders: The Unifying Concept of Central Sensitivity Syndromes. Semin Arthritis Rheum, 36.


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