El nido de la avispa
asiática, casi 30 días después de descubrirse y dar parte a las
administraciones públicas, parcialmente roto.
Casi un mes después de comunicar a la administración
pública la situación del nido secundario de avispa asiática, ningún estamento
público se ha preocupado de eliminarlo.
Por en medio ha transcurrido el puente de finales de octubre (del
29 de octubre al 1 de noviembre) con una afluencia de turistas impresionante en
Gósol, en parte porqué se celebraba la Fira de Tots els Sants en
la plaza (Plaça Major). La carretera que se observa en la
fotografía superior estuvo atestada de coches aparcados (incluso bajo el árbol
del avispero) y gente deambulando a corta distancia del nido de avispas a lo
largo de los cuatro días.
Además, el avispero se convirtió en un atractivo y más de
un turista conocedor de su situación se acercaba de forma imprudente a tirarle
fotos. No obstante, la inmensa mayoría de los visitantes (grandes y pequeños)
eran ajenos completamente al peligro que se cernía sobre sus cabezas al pasar
bajo la colonia de avispa asiática y que, por supuesto, seguía sin señalizar.
Las avispas, acostumbradas a la tranquilidad habitual del
lugar, se vieron expuestas al trasiego y vibraciones continuas que supuso el
paso constante de vehículos y personas durante esos días de vacaciones, de
forma que se las veía extremadamente alteradas y nerviosas. No paraban de
moverse de forma caótica y rápida entorno al avispero. Es decir, se dio la
situación perfecta para que se produjera un ataque a los turistas.
En la noche del 30 al 31 de octubre se produjo un hecho que
empeoró la situación: alguien imprudente, temerario y con pocas luces se cargó
parte del avispero, lo cual todavía convertía en más peligrosas a las avispas.
Detalle del avispero roto.
Realmente, cuesta creer que no se hayan producido picadas,
aunque es posible que si han existido no se hagan públicas. Es más, una actuación
descontrolada de este tipo sobre un nido de avispa asiática es absolutamente
contraproducente ¿Por qué? A partir de septiembre nacen los machos y las nuevas
reinas que una vez fecundadas en otoño estarán listas para independizarse del
avispero. Buscaran, entonces, algún lugar resguardado de las inclemencias
climáticas donde sobrevivir al invierno. Al año siguiente, una vez las
temperaturas sean idóneas, dichas reinas comenzaran a formar nuevas colonias.
Es decir, era conveniente y prioritario actuar sobre al
avispero nada más descubrirse, de forma que no escapara ninguna de estas nuevas
reinas, siguiendo una adecuada planificación técnica a tal efecto y aplicando
un biocida. Esto hubiese permitido frenar el ritmo de colonización de Gósol por
parte de la especie. La actuación estúpida de cargarse medio avispero ha
propiciado que las nuevas avispas reinas fecundadas por los machos se dispersen,
potenciando la colonización. Al año siguiente es altamente probable que la
avispa asiática se consolide con fuerza en Gósol, gracias a las
administraciones públicas.
El avispero y la inacción del Ayuntamiento de Gósol se han
convertido en un tema de conversación y de preocupación entre, como mínimo,
parte del vecindario. No se da crédito ni explicación al por qué de la actitud
del Consistorio ¿Vale menos una vida humana para los políticos de Gósol que
contratar para un día el servicio de una empresa autorizada en el control de la
avispa? ¿La pela es la pela a cualquier precio? Quizás deberían de pensar,
atendiendo a que una parte de ellos se dedican a la hostelería y viven,
principalmente, del turismo, que estas actitudes no les benefician.
Hay quién hace de la obstinación bandera hasta las últimas
consecuencias, aunque actuar al margen de las normas y protocolos desde la
administración pública tendría que ser un límite perseguido por costumbre y no
una moda tolerada, máxime en situaciones en las que se crea un peligro grave
para la seguridad de las personas. Si pensarán detenidamente un instante, en
caso de accidente con una repercusión seria en la vida de un ciudadano, las
consecuencias jurídicas no serían agradables. Aunque, también es verdad, que las consecuencias económicas las pagaría el erario público y no el bolsillo de los responsables...uno de los males de este país.
Por otro lado, intentando ver las cosas con una mentalidad salida
del terruño, dado que en Gósol existen tantos huertos de verdura y hortalizas y
hasta frutales, sus actitudes me fascinan ¿Acaso piensan que la polinización de
los tomates, las manzanas, las judías y tantísimos otros cultivos la lleva a
cabo el espíritu santo? Son las víctimas de la avispa asiática (polinizadores
como las abejas) quiénes la llevan a cabo. De hecho, hasta el mismo paisaje
florido del que se alimentan las vacas y contemplan los turistas debe su existencia
a los polinizadores. La vida de la especie humana depende de estos pequeños y
laboriosos invertebrados ¿Tampoco quieren aprenderlo?
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