miércoles, 15 de enero de 2020

Explosión en la petroquímica (La Canonja)


Ayer veía impertérrito las noticias sobre la explosión e incendio en la petroquímica de La Canonja (Tarragona) en TV3. Escuchaba las declaraciones de diferentes cargos políticos y otros personajes asegurando que el humo del óxido de etileno no era tóxico mientras de fondo destacaban las imágenes de las llamaradas y la gran columna de humo. En conjunto, las imágenes, los políticos y las declaraciones en el mismo plano daban risa y pena a la vez, se asemejaba a una tragicomedia de las malas y guardaban un paralelismo inquietante con aquel baño de Manuel Fraga en la “supuesta” playa de Palomares.

La próxima vez intentad poner desde TV3 otro escenario detrás (un campo de amapolas o un cielo azul) porqué así no cuela.

Eso sí, ayer ya nos anunciaban que el ministro Ábalos anulaba el trayecto en tren entre Valencia y Barcelona previsto para hoy. Para el resto de los ciudadanos no había peligro. Me pongo en la piel de los periodistas aguantando el tipo y los compadezco. Imagino que las heridas en la lengua después de esos momentos deben de ser difíciles de curar.

Esta mañana miraba el telediario de Televisión Española (TVE), esperando algún cambio en la información sobre este suceso. Pues no ha sido así, el cuento sobre la toxicidad era más o menos el mismo.
A este guiso informativo añadían desde TVE que los daños producidos en el edificio del barrio de Torreforta con el resultado de un vecino muerto, fueron causados por la onda explosiva del accidente, cuando realmente los daños y la muerte los produjo una gran chapa de hierro que viajó despedida desde la petroquímica hasta ese lugar a raíz de la explosión, un viaje de varios kilómetros.

Pinocho tiene muchos fans en los paisajes ibéricos.

Suelo mirar diferentes medios para una misma noticia, con la intención de sacar una idea más aproximada de la realidad. Metido en estas lides, he ido consultando periódicos y vamos mal, muy mal en objetividad. Abunda un único mensaje, sin aristas, sin contrapuntos (no pasa nada, no es tóxico, que los ciudadanos estén tranquilos, etc.).

Por suerte, cuando mi nivel de cabreo iba aumentando, he visto la noticia de hoy en El Punt Avui:

Queixes del territori i dels sindicats pel pla d’emergència, que veuen “una presa de pel”

Hasta he suspirado de alivio. No está todo perdido, la verdad cuenta todavía con pequeños escenarios periodísticos donde pasearse. La pena más profunda me la dan los medios públicos de gran alcance, los que pagamos entre todos. Más bien, sería ascopena, ese término acuñado en el libro Payasos en la lavadora de Álex de la Iglesia.

A pesar de todo, ahora voy entendiendo mejor por qué el IBEX apenas ha bajado las últimas semanas.
Malas noticias para los pobres y buenas para los ricos: todo seguirá atado y bien atado.

La verdad sobre el óxido de etileno
No soy un experto en toxicidad, no es mí campo. Así que he hecho una búsqueda rápida sobre la toxicidad del óxido de etileno en el Google. Enseguida me ha aparecido la página del Centro Canadiense de Seguridad y Salud Ocupacional (CCSSO) un contenido que ilustra en detalle los peligros para la salud del óxido de etileno. A través de este enlace llegaréis a la información:


Para cerciorarme del grado de mentira propagado por algunos medios de información y los políticos, busqué específicamente también en el Google sobre la toxicidad del óxido de etileno durante episodios de incendio. Sin esforzarme me apareció una guía publicada por la Diputación de Sevilla “Efectos nocivos del humo de la combustión sobre la salud y el medio ambiente”. La guía es de descarga y consulta gratuita mediante este enlace:


Yendo directamente a la página 18 de la guía comprobaréis las “bondades” de ese químico cuando combustiona.

A partir de aquí pienso “si he podido corroborar que los políticos mienten descaradamente con un esfuerzo mínimo de búsqueda en el Google, como es que muchos periodistas no contrastan la información y nos sirven solamente la versión oficial, sin ningún tipo de discrepancia.”

Será en aras de la libertad de expresión y la democracia.

El Parlament de Catalunya
Iré haciendo recordatorios del incendio de la empresa que causó el desastre ecológico de la parte del río Besós protegida a escala europea como Red Natura 2000. La ocasión es más que apropiada y he añadido unas imágenes de ese desastre, de uno de los muchos peces que murieron y un ejemplo de como quedó el lecho fluvial.




Después de esta sucesión de graves accidentes en empresas de las últimas semanas, el de Montornés del Vallés y ahora el de La Canonja, cabría esperar en un país normal, avanzado y demócrata varias reacciones:

  • Dimisión de responsables, entre otros motivos, por mentir con un tema con implicaciones graves sobre la salud de los ciudadanos. Y también por no poner en marcha todas las medidas necesarias (alarmas sonoras por ejemplo) para avisar del confinamiento a los ciudadanos situados en el radio de acción de la explosión e incendio.

  • Repercusión en el Parlament. Estos accidentes, el de Montornés y el de La Canonja, tienen que ser sacados en el Parlament. De hecho, lo más apropiado sería que se montara una comisión sobre todos los aspectos que envuelven estos sucesos (el control de las empresas y las medidas para hacer que cumplan, el plan de emergencia exterior del sector químico de Catalunya (PLASEQCAT), etc.).


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