domingo, 6 de junio de 2021

Hospital de Mollet y Sensibilización Central

 

Grasilla es uno de los nombres que se le da a la Pinguicula vulgaris, una de las plantas carnívoras autóctonas de la península Ibérica. Crece en terrenos pobres en nutrientes, de forma que esa carencia la tiene que suplir con la captura de pequeños insectos. Una vez un insecto se posa en sus hojas, queda atrapado, las sustancias de la hoja lo degradan y sus nutrientes acaban siendo utilizados por la planta. En las plantas de la fotografía se observan varios de los incautos insectos atrapados en las hojas.

Este post es la continuación de la aventura de FXMV en el Hospital de Mollet del Vallés con motivo de una prueba de ergometría. El inicio del embrollo se narró en el post del día 16 de noviembre de 2020, titulado Protocolo sanitario (SQM).

https://perroverdeweb.blogspot.com/2020/11/protocolo-sanitario-sqm.html

Para los que queráis ir directos al tema en ese post, el caso se describió en el apartado de La respuesta de Anna Mompart Penina, justo dentro del subapartado Primeramente.

De todas formas, os lo resumo ahora brevemente para poneros en contexto. La Unidad de Expertesa en Fibromialgia del Hospital de Mollet prescribió a FXMV una ergometría en el mismo centro sanitario. Cuando acudió a hacerse la prueba meses más tarde, el 3 de noviembre de 2020, la cardióloga le cuestionó la necesidad de hacérsela alegando que la fibromialgia y el síndrome de fatiga crónica no guardaban relación con los problemas de corazón, afirmación que no es cierta puesto que ambas patologías aparecen asociadas con frecuencia.

Acto seguido la cardióloga le preguntó si había comido algo antes de la prueba y FXMV le respondió que un croissant una hora antes. La cardióloga, entonces, le comunicó que no podía hacerle la ergometría. Pero claro, nadie le había entregado a FXMV las hojas de preparación previa para la prueba, así que el desconocía que tuviera que ir estrictamente en ayuno…cosa, por cierto, muy, pero que muy rara en una ergometría simple.

El desaguisado acabó en una queja que registró FXMV en el Hospital de Mollet. Pese a que la culpa era del Hospital, no se le programó de nuevo la ergometría hasta el 2 de febrero de 2021, tres meses después.

La ergometría de febrero de 2021

La ergometría se la habían programado a las 13 horas y tuvo que tragar un buen rato en la sala de espera colonias, detergentes, suavizantes y tantos otros productos químicos que hacen empeorar a un enfermo de Sensibilidad Química Múltiple (SQM).

 

Cuando entró en la sala de la ergometría ya se encontraba mal y le pidió a la enfermera que dejara que le acompañara su mujer puesto que tenía problemas neurocognitivos severos (problemas de concentración, memoria). Aún llevando un informe de diagnóstico de sus problemas neurocognitivos en la mano, la enfermera de la prueba se negó en redondo a que su mujer permaneciese con él. Por si fuera poco, tuvo que hacer la ergometría, UNA PRUEBA DE ESFUERZO, con la mascarilla FFP2 puesta.

 

El asunto tiene un ingrediente adicional que lo convierte en un plato exquisitamente deplorable. El primero es que en la última visita con la Doctora de la Unidad de Expertesa de Fibromialgia del Hospital de Mollet, FXMV le informó de su problema neurocognitivo, que tenía un informe de diagnóstico que le podía hacer llegar, pero la Doctora no le dio ninguna importancia alegando que era archiconocido que los enfermos de fibromialgia y SQM sufrían de forma común este problema. Entonces ¿Por qué los ningunean y le niegan el acceso a su acompañante? ¿Los demás profesionales del Hospital de Mollet que no son de esta unidad de expertesa no tienen ni puta idea del tema sabiendo que atienden a pacientes de este tipo? Y lo que es peor ¿Acaso lo saben perfectamente todos y lo hacen por pura insensibilidad hacía estas enfermedades y sus problemas asociados? ¿Qué nivel de formación y sensibilidad se le requiere desde la Generalitat a un Hospital concertado y universitario que tiene Unidades de Expertesa en Síndromes de Sensibilización Central?

 

El caso es que FXMV al salir de la ergometría, se dirigió directamente al mostrador de atención al ciudadano y redactó, con la ayuda de su mujer, una instancia de queja que registró en el Hospital de Mollet. La respuesta del Hospital a la queja la firmó la Coordinadora de Atención a la Ciudadanía con fecha 16 de febrero de 2021, y la cuelgo aquí íntegramente, traducida al castellano. También incluyo la original en catalán y cómo broche final la réplica de FXMV.

 

Respuesta de la Coordinadora de Atención a la Ciudadanía (traducción al castellano)

 

Estimado Sr. FXMV

 

En respuesta a su escrito del 2 de febrero de 2021, en el que manifiesta su desacuerdo por no haber dejado entrar a su pareja durante su prueba por parte del servicio de Cardiología, le queremos decir que lamentamos las molestias ocasionadas.

 

Revisado su caso por parte del responsable del servicio, le informamos que, por protocolo, no se permite la entrada a acompañantes para este tipo de pruebas y en este caso no se debe a la situación de alarma producida por el covid-19. Por otro lado, decirle que para posteriores citas con otros servicios, pueden comentar su situación y aportar el informe correspondiente, para que puedan valorar la posibilidad de poder entrar a realizar el acompañamiento a las visitas.

 

Es voluntad de la dirección y de los profesionales del Hospital de Mollet proporcionar el mejor servicio a los ciudadanos y le agradecemos que nos haya hecho llegar este escrito, ya que nos permitirá mejorar la calidad de la asistencia.

 

Atentamente,


 

Respuesta de la Coordinadora de Atención a la Ciudadanía (original en catalán)




Respuesta de FXMV a la Coordinadora de Atención a la Ciudadanía

A la atención de Aurora del Águila, Coordinadora de Atención a la Ciudadanía

Encuentro lamentable su respuesta a mí queja. En la queja por escrito que registré, a la que responde usted, hacía constar que no dejaron entrar a mí acompañante, aunque informé a la enfermera de mí problema y llevaba en la mano un informe de diagnóstico de mi deterioro neurocognitivo. Hasta ese momento no me había encontrado con ningún otro centro de salud en el que no dejasen que entrara con un acompañante cuando les informaba de mis problemas neurocognitivos, un deterioro grave/severo que afecta a mí memoria y capacidad de concentración.

Cómo usted conoce la prueba era una ergometría, una prueba de esfuerzo de lo más normalito. Me contesta que la negativa de dejar entrar a mí acompañante no tiene que ver con el covid sino con el protocolo para este tipo de pruebas que impide la entrada de un acompañante. Encuentro que su argumentación es una excusa peregrina. No alcanzo a entender cuál es la razón técnica que fuerza a incluir en el protocolo de una simple ergometría la prohibición de la entrada de un acompañante ¿Es que se les murió alguien durante alguna ergometría?

 

La primera vez que me convocaron a la prueba de esfuerzo no me la quisieron hacer porqué había comido un cruasán una hora antes, y entonces según la doctora no cumplía con el protocolo que cómo paciente tenía que respetar antes de acudir a la prueba. Tampoco me habían informado de dicho protocolo, el fallo era de sus profesionales, pero acabé pagando yo el pato, me hicieron perder el tiempo y no me volvieron a programar la ergometría hasta al cabo de unos meses. En la segunda citación a la prueba no dejan pasar a mí acompañante y usted me da una excusa que no hay quién se la crea. Me gustaría disponer del protocolo y cerciorarme así de que usted dice la verdad. En caso de existir, tampoco comprendo el por qué cuando me dieron la hoja de preparativos para la segunda citación a la prueba meses antes de la realización de la ergometría, no constaba esa excéntrica prohibición que usted esgrime. En cualquier caso, lo entendería cómo una falta de transparencia y el ciudadano tiene todo el derecho de conocer “las reglas del juego” antes de la prueba.

En las diferentes pruebas médicas que me han practicado en otros centros durante el período de la pandemia de covid-19, tanto desde servicios de salud pública cómo privada, todos los profesionales se han mostrado comprensivos y sensibles con mí problema. Ninguno nunca ha prohibido la entrada a mí acompañante. Hasta en otro Hospital del Vallès Oriental dedicado a la salud pública había un cartel informativo en el que se advertía que los pacientes debían entrar solos a la consulta, exceptuando los casos de personas con problemas neurocognitivos.

Es de cajón que una persona con Alzheimer o cualquier otra patología que le cree problemas serios de concentración y memoria tiene que ser acompañada por alguien, sea a una consulta médica o a una prueba. Negar este acompañamiento no se ajusta a un comportamiento mínimamente ético, humanitario y razonable.

 

Ignoro si usted tiene la más remota idea de medicina y de lo que significa tener una limitación neurocognitiva importante. Sino es así no debiera estar desempeñando su cargo, y si es así tampoco por la falta de sensibilidad hacía un paciente y de potencial resolutivo de una queja.

 

El Hospital de Mollet tiene Unidad de Expertesa en Fibromialgia y Síndrome de Fatiga Crónica. Por lo tanto, todos los profesionales tienen que conocer que un enfermo de estos Síndromes de la Sensibilización Central (SSC) cursa, típicamente, problemas neurocognitivos de esta índole. Yo soy paciente de estas unidades y además sufro de Sensibilidad Química Múltiple (SQM) en grado III-IV, tema conocido sobradamente por su Hospital. Al respecto, le informo que los productos tóxicos a los cuales me obligan a exponerme en cada visita al Hospital en las salas de espera y las consultas (colonias, suavizantes, desodorantes, etc.) tienen la capacidad de activar los problemas neurocognitivos de un paciente de SQM además de otros síntomas, cómo bien debería conocer cualquier profesional de la salud en un país occidental.

 

Usted, según su respuesta, casi deja al libre albedrio de cada profesional de su Hospital que me atienda en el futuro el elegir entre dejar, o no, pasar a mí acompañante. Algo así cómo el perro no es mío. Interpreto que considera que es exclusivamente mí problema sufrir estos problemas de salud y que me apañe. Lo que usted debería haber hecho después de leer mí primera queja era mover el culo y asegurarse de que en su Hospital los enfermos cómo yo tuviesen el derecho a ser asistidos por un acompañante durante cada visita, con cualquier profesional, y durante cualquier prueba en la que realmente no exista una razón técnica de peso que lo haga inviable. En una ergometría no existen.

Creo que no se toman en serio la atención a los pacientes de SSC, usted la primera, y no tienen ningún tipo de respeto por nosotras y nosotros. Las unidades de expertesa son solo un saco donde nos meten con el objeto de hacer ver que hacen algo, intentando justificar unos sueldos que no se merecen. Este es mi punto de vista cómo enfermo de SSC y su respuesta se ajusta perfectamente a él.

 

Se me antoja intrigante el desarrollo de la desventura y me conduce a varias cuestiones:

 

¿Será todo esto el Plan Operativo de Atención a las Personas Afectadas de Síndromes de Sensibilización Central de Catalunya? Y ¿El Protocolo de Atención Sanitaria a las Personas Afectadas de SQM?

 

¿Alguien los ha visto en algún lugar? Que avise por si se hubieran escapado.

 

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