domingo, 6 de febrero de 2022

Hospital de Mollet y Sensibilización Central (II)

 

La tabla de arriba fue publicada por El Diario.es aunque la fuente original es la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP). Os dejo con la cita del artículo y el enlace:

Daniel Sánchez Caballero. 1 de enero de 2022. Las comunidades dedicarán en 2022 más dinero a Sanidad pero siguen lejos de los grandes países europeos.

https://www.eldiario.es/sociedad/comunidades-dedicaran-2022-dinero-sanidad-siguen-lejos-grandes-paises-europeos_1_8621506.html


Quedaros con esta información puesto que más adelante la recuperaré para darle más sentido al contenido central del post de hoy. Los lectores que seguís Perro Verde, sabéis que el 6 de junio de 2021 publicó un post (Hospital de Mollet y Sensibilización Central) centrado en las experiencias de un enfermo de Fibromialgia (FM), Síndrome de Fatiga Crónica (SFC) y Sensibilidad Química Múltiple (SQM) en el Hospital de Mollet del Vallés.

https://perroverdeweb.blogspot.com/2021/06/hospital-de-mollet-y-sensibilizacion.html

 

Hoy toca hablar de nuevo de este Hospital y la atención a los enfermos de estas enfermedades. El Hospital de Mollet es un hospital universitario situado a unos 15 km de Barcelona, localizado en el límite de la comarca del Vallés Oriental, lindando con la vecina del Vallés Occidental. Se ocupa (es un decir) de los enfermos de una de las zonas más pobladas de Catalunya, repleta de industrias contaminantes (destacan las del sector químico) y a rebosar de tránsito de vehículos (entre otros, debido al sector logístico). Es decir, los ciudadanos residentes reciben el impacto cotidiano de los altos índices de contaminación, y abundan y crecen las patologías emergentes relacionadas con la contaminación (p. ej. El cáncer). Por supuesto, las dos comarcas son económicamente un motor en Catalunya y se recaudan sumas millonarias de impuestos.

 

Ante la abundancia de recursos públicos y de enfermedades, lógico sería el disponer de una atención sanitaria pública a la altura de las circunstancias. Lo cierto viene siendo lo contrario. Al fin y al cabo, la mayoría de la población de las comarcas queda conformada por los típicos curritos de fábrica y demás, y los núcleos urbanos son ciudades dormitorio. Se procura que puedan comer lo justito, que consuman, procreen y trabajen. Si se estropean por el camino, la disponibilidad de mano de obra es casi ilimitada.

 

Con las repercusiones que ello tenga, cómo hospital universitario está vinculado a la Universidad de Barcelona y también tiene alianzas y acuerdos con la Universidad Autónoma de Barcelona, la Universitat Oberta de Catalunya, Blanquerna (Universidad Ramón Llull), Universidad de Vic (Universidad Central de Catalunya) y la Universidad Politécnica de Catalunya. En este enlace podréis comprobarlo:

 

https://docencia.fsm.cat/es/pregrado/

 

Esta introducción busca situaros en la escena. FXMV ha ido acumulando unas cuantas experiencias negativas más en el Hospital de Mollet y quería dar cuenta de algunas de ellas a lo largo de las próximas semanas. Tras comprobar que registrando reclamaciones en el hospital solamente se obtienen respuestas que son una tomadura de pelo, FXMV se decidió a enviar una carta a un periódico comarcal (El 9 Nou). Fue publicada el 31 de enero de 2022 en la versión impresa. Os la ofrezco a continuación, en catalán y en castellano.

 

La carta

 


Versión en castellano

Diagnosticado de Fibromialgia (FM), Síndrome de Fatiga Crónica (SFC) y Sensibilidad Química Múltiple (SQM), el 10 de enero me visitó la Doctora de la Unidad Especializada en FM y SFC del Hospital de Mollet del Vallés. Narro parte de la visita a continuación.

 

La Doctora me obliga a sentar en la pared, a unos 5-6 metros de ella. El SFC comporta estar agotado siempre y no tener energía ni para las tareas cotidianas. Para un enfermo de SFC es un esfuerzo hablar en condiciones normales. Hacerlo con mascarilla y a distancia, es una tortura. Cómo no me entiende, tengo que alzar la voz durante toda la visita y repetir las explicaciones.

 

Me explicita sus prisas desde el inicio —“solo tengo 15 minutos”— hasta la despedida repitiendo “¡Venga, venga, que más!”. Intento ser cordial y paciente, pero me trata con soberbia altiva. Destacan sus ganas de confrontación, la falta de interés, de sensibilidad y empatía hacia cada uno de los problemas íntimos de salud que le explico.

 

Utilizo la abreviación catalana y castellana de “SQM” y me dice con una carcajada que la costumbre anglosajona de las siglas no le gusta. Menosprecia el positivo de Helicobacter pylory, una bacteria asociada con úlceras y cáncer de estómago. Duda sobre la relación entre la FM-SFC y un mal funcionamiento del sistema inmune, un hecho más que descrito en publicaciones científicas.

 

Ella conoce mis problemas neurocognitivos (de atención, concentración y memoria). Le pido que como Doctora de la Unidad Especializada interceda en el Hospital, para que pueda acompañarme alguien a cualquier visita, ya que por el COVID no dejan entrar acompañantes. Rompe a reír y me dice que eso, igual que un informe médico, es un acto burocrático y ella está para diagnosticar y hacer pruebas. Harto, replico: eso es cuidar y forma parte de la profesión médica. Entonces, a los enfermos de Alzheimer ¿También los obligáis a entrar solos en la consulta? Me echa con la palabra en la boca porqué le llaman por teléfono. Salgo agotado, estresado, frustrado, desmotivado, humillado, hecho polvo.

 

Al día siguiente tenia agudizados los síntomas de la FM y la SFC (dolores, agotamiento, aturdimiento, etc.). No había podido dormir.

 

Abundan las quejas públicas de los enfermos de FM, SFC y SQM. Reflejan una sanidad falta de humanidad y sensibilidad, de escasa o nula formación y un inexistente interés en aprender de estas enfermedades. Cerca de un 80% de los afectados son mujeres, etiquetadas, con frecuencia, de ansiosas, depresivas, etc. Parte de los enfermos se suicidan, por el sufrimiento físico y el abandonamiento de las administraciones públicas.


La anterior visita con esta doctora que se ocupa de hacer el seguimiento de la fibromialgia data del 11 de agosto de 2020, 17 meses antes. En total, FXMV ha sido visitada en tres ocasiones por ella. Nunca se le ha explorado físicamente para evaluar la evolución de los puntos de dolor ni la intensidad. Hasta

 

hace unos pocos años, la exploración física era una técnica básica en el diagnóstico y valoración de los pacientes. Hoy en día, los doctores parece que tengan miedo a levantarse de la silla, no se les vaya a enfriar el culo.

 

Hay detalles que no se pueden captar con pruebas, sino con exploración.

 

La sanidad pública catalana

El de Mollet es un hospital privado con servicios concertados por la sanidad pública catalana. Es decir, es la Generalitat quién paga al Hospital por sus servicios públicos. La inmensa mayoría de hospitales que atienden enfermos por la vía pública en Catalunya son concertados.

 

Si, amiguetes, la sanidad pública de Catalunya está básicamente externalizada. Los que atienden al enfermo, principalmente, es personal contratado de forma privada y no funcionarios públicos.

Al fin y al cabo, en Catalunya nos situamos a la cola de inversión en euros por ciudadano en sanidad pública (1456,45 euros), justo en la cuarta posición final, a unos 500 euros de diferencia de Euskadi, Asturias, Navarra y Extremadura. Estos datos los tenéis representados en la tabla del inicio del post.

 

El Producto Interior Bruto (PIB) de Extremadura es 19.386 millones de euros; alcanza la posición 14 en el total de las comunidades autónomas. Catalunya, con un PIB de 212.931 millones de euros, ocupa el segundo puesto entre las autonomías ¿Cómo puede una autonomía tan pobre económicamente en comparación con Catalunya tener una inversión sanitaria un 29% superior?

 

El esfuerzo presupuestario en sanidad pública es algo que decide en exclusivo la comunidad autónoma. Por lo tanto, la Generalitat queda definida como una de las comunidades que menos se preocupa de la vida y salud de sus ciudadanos, y a eso se le llama ser patriota. Un hecho diferencial catalán que se debe a la miseria de su clase política.

Os explicaba que la sanidad pública catalana cuenta, mayormente, con hospitales privados para ejercer sus funciones. Un funcionario accede a su puesto presentándose a una prueba de oposición, un duro examen en el que compite con centenares o miles de aspirantes que también optan por ese trabajo. Los que obtienen mejor puntuación son los que ganan el puesto. Siendo funcionario, el profesional disfruta de unas condiciones de trabajo y unos derechos estipulados que le blindan en muchos sentidos. Echar a un funcionario es bien difícil, no imposible, pero si muy difícil. Las repercusiones de tener funcionarios en vez de personal contratado de forma privada son obvias. Por lo general:

  •       Más conocimientos y mayor capacidad.
  •      Mayor libertad del profesional a la hora de ejercer su labor de forma independiente. Eso incluye derivar a sus pacientes a otros profesionales o enviarles a hacer cuantas pruebas sean necesarias, sin escatimar.
  •      Mayor libertad del profesional en la reivindicación de medios y condiciones de trabajo adecuadas.

La mayoría de los profesionales de la sanidad pública catalana no son funcionarios, sino que están contratados de forma privada. Los profesionales de la salud de centros privados acostumbran a tener unas condiciones precarias de trabajo y todos estamos al tanto de lo fácil que es hoy en día despedir en el sector privado. Estando sobre la cuerda floja ¿Quién se atreve a luchar por el paciente? ¿Alguien es todavía tan ingenuo de pensar que las pruebas y derivaciones a otros centros sanitarios no están restringidas? La función de control y censura la tenemos representada por los jefes y gestores, colocados ahí con ese objetivo: escatimar medios y recursos, ahorrar dinero y hacer que el negocio de la externalización sea lo más rentable posible.

Con esto llegamos al punto definitivo de la receta que explica el por qué en Catalunya, y en otras comunidades, nuestros políticos han ido privatizando la sanidad pública: externalizar los servicios públicos beneficia a las empresas privadas, en detrimento del ciudadano. Es un deporte al alza entre los políticos (tanto da el color) que practican con ahínco y tesón, bien por pagar favores a quiénes los apoyan, o por desviar pastuqui hacía empresas de familiares y allegados o, directamente a aquellas en las que tienen participación.

 

El objetivo del político es ser el que parte y reparte.

No hay nada más. 

Me despido aclarando que no me he olvidado de la CONFESQ. Tengo pendiente aquel post en el que se desmontaran las falsedades sobre la atención sanitaria hacía los enfermos de SQM en Catalunya. 


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