viernes, 16 de agosto de 2019

Especismo


Esta es una entrada larga y sin AFOTOS. Asín (está admitido por la RAE) que coged una cervecita, poneros cómodos y dejad ya el móvil.

La clasificación de la vida
El estudio de la vida, de los seres vivos (la biología), requiere de la clasificación de las diferentes formas de vida para comprender las relaciones entre los organismos y su entorno (ecología, etc.), las funciones que desempeñan, la evolución y mil aspectos más. La taxonomía es la parte de esta ciencia que se centra en esta clasificación sistemática de los seres vivos, agrupándolos en diferentes categorías; básicamente en Dominio, Reino, Filo, Clase, Orden, Familia, Género y Especie. Por ejemplo, el nombre científico de un perro sería Canis lupus familiaris, donde el género (Canis) es la primera palabra, la especie (lupus) la segunda y la subespecie (familiaris) la tercera. Además, es un mamífero de la Familia Canidae perteneciente al Orden Carnivora. La clasificación se lleva a cabo según unas pautas científicas, mediante el estudio de las características de cada grupo de organismos, la distribución geográfica, el comportamiento (p. ejemplo el canto en las aves), el código genético, etc., y este etiquetaje final es inherente a “los caminos”, “las sendas” de la evolución de la vida en la Tierra.

La evolución ha ido dando lugar a diferentes formas de vida, este etiquetaje y agrupaciones se lleva a cabo según su proximidad o lejanía en el período de aparición de cada una de ellas. A escala de especie, en ocasiones dos aves que son del mismo género (Coturnix) pero de especies diferentes, como son  la Codorniz común (Coturnix coturnix) y la Codorniz japonesa (Coturnix japonica), pueden hibridarse dando lugar a una descendencia fértil. Algunas aves pueden ser consideradas especies por unos taxónomos y subespecies por otros, y el Género a su vez ser motivo de controversia. Es decir, las diferentes categorías taxonómicas aceptadas por la comunidad científica no tienen siempre unos límites bien definidos y claros, y hay debates hasta con el concepto de que es lo que denominamos Especie.

Es decir, como en cualquier otra disciplina científica, se acaban resolviendo dudas y a su vez abriendo nuevos interrogantes que suscitan nuevos debates entre los científicos. Al fin y al cabo, la realidad es tan compleja que supera las etiquetas que vamos creando para interpretarla y comprenderla, aunque como especie humana necesitamos esas etiquetas para seguir avanzando en el conocimiento. No se trata de hacer una monografia sobre taxonomía y los diferentes conceptos de Especie en esta entrada...intento dar una visión general y simple para culturizar y abrir mentes.

Las personas más radicales y más incultas respecto a conocimientos sobre cómo funciona la biología, pueden llegar a ver o vislumbrar en todo este orden de etiquetaje (dicho vulgarmente para que me entienda hasta el más cerril) hasta una muestra de Especismo. Están completa y nefastamente equivocados. El Especismo relacionaría las diferentes categorías en un orden de importancia moral (la supremacía de la especie humana sobre todas las demás, y etc.), cuestión que para nada plantea ni contempla la taxonomía.

La conservación y protección de la biodiversidad
A un científico o naturalista que sea conservacionista (no todos los son, también hay coleccionistas de especies y de publicaciones) lo que le preocupa es la conservación de la biodiversidad.

Les va a preocupar que los ecosistemas estén bien conservados, con un óptimo nivel de biodiversidad (diversidad de especies). Esta diversidad de especies va a garantizar que esos ecosistemas estén “equilibrados” y perduren. Esto representa un bien colectivo, nos va a beneficiar a todos, directa o indirectamente por aquello de los servicios ecosistémicos. Entre muchos aspectos, debemos ser conscientes de que son los seres vivos quiénes a través de sus relaciones en los ecosistemas y con su entorno intervienen en la regulación de la temperatura, la atmósfera, la humedad, la precipitación, etc. Si empezamos a eliminar fichas del tablero de los ecosistemas (empiezan a extinguirse especies) el funcionamiento del sistema se va al garete.

Al margen de nuestras posibilidades o no de existencia en el futuro como especie, también hay otras razones que impulsan al conservacionista a actuar. Una bien popular es el poder seguir disfrutando de esas especies, de su observación dentro de unas décadas y que las próximas generaciones también lo hagan.

¡Conservar implica conocer!
Las especies padecen diferentes niveles de riesgo de extinción, por diferentes motivos, entre ellos:

1   Su distribución geográfica. Unas tienen una distribución de miles y miles de kilómetros cuadrados a lo largo de diferentes continentes y otras llegan a concentrar toda su población en una extensión ridícula de 1 km2

Su estrategia biológica. Las especies situadas en las partes altas de la pirámide trófica (los grandes depredadores) suelen ser escasas, maduran sexualmente tarde (después de años), requieren que el ecosistema esté muy bien conservado y tienen una productividad muy baja de descendientes. Todo ello las hace extremadamente sensibles a cualquier problema (enfermedades, persecución de la especie humana, destrucción del hábitat, etc.).

Por el contrario, las especies situadas en las partes bajas o medias de la pirámide trófica (herbívoros, insectívoros, presas de los grandes depredadores en definitiva) suelen reproducirse al poco tiempo de nacer (al cabo de meses, un año, etc.), son abundantes y producen mucha descendencia, además de no necesitar requerimientos ecológicos muy específicos. Lógicamente, en general, suele ser mucho más difícil que se extingan.
Estos motivos y alguno más que no voy a listar aquí, por no alargarme, son ESENCIALES para crear un plan, una estrategia encaminada a conservar la biodiversidad y el buen estado de los ecosistemas. Está en juego nuestra persistencia como especie en la Tierra a medio y largo alcance...para el que no lo haya pensado, nosotros nos situamos en el ápice de la pirámide trófica; tenemos bastantes números para que nos toque el premio gordo de Navidad.

Cuando se redacta y aprueba una ley con diferentes categorías de protección para cada especie, se tienen en cuenta estos aspectos. La redacción de las normas jurídicas cuenta con el asesoramiento de los científicos. Esto no significa que moralmente estos científicos y los naturalistas sean unos especistas y les importen más unos seres vivos que otros. Lo salvarían todo, quieren ecosistemas bien conservados, pero son conscientes de la realidad y en base al conocimiento sobre el riesgo de extinción (distribución geográfica, estrategia biológica, etc.) intentan que los más proclives a desaparecer sean los más protegidos. Recordemos que los límites de la legislación, las leyes y sus sanciones, y su aplicación dependen fundamentalmente de la CLASE POLÍTICA...los funcionarios en este país a la práctica no tienen libertad de movimientos.

Si nos pusiéramos espléndidos y en plan talibán, para cumplir con los requerimientos morales al 100% del animalista más vociferante en las redes sociales, entonces debiéramos recomendarle amablemente que para cumplir con sus principios:

  1.  No  debería utilizar medicamentos porqué están testados en animales.
  2.  No debería utilizar maquillaje porqué está testado en animales.
  3.  No debería utilizar ropa porqué los tintes y demás se han testado en animales.
  4.  No debería utilizar crema solar ni cremas hidratantes porqué se han testado en animales. Además, la crema solar mata a los corales.
  5.  No debería comer verduras ni hortalizas porqué para cultivarlas se rotura la tierra y se acaba con infinidad de invertebrados y pequeños vertebrados.
  6.  No debería conducir la moto, el coche o la bici porqué atropella animales. Efectivamente, con bici también hay atropellos de anfibios por ejemplo e invertebrados.
  7. Etc.


No es el caso, no se trata de eso. Aunque si alguno quiere, aún está a tiempo de irse a vivir al campo desnudo y vivir el día a día como cualquier animal (sin supermercado, ni tiendas, ni frigoríficos, ni móvil, ni tele, ni coche, ni nada de nada).

Se trata de entender, de conocer el por qué de unas decisiones, de unas estrategias, de unas recomendaciones, de unas leyes y no menospreciar a los que dedican su vida y su alma a un objetivo para el bien colectivo, de la humanidad y de la TIERRA.

Las invasoras
Hoy en día, con el movimiento febril y constante de millones de toneladas de mercancías y personas de punta a punta del mundo, nos guste o no, la puerta a la entrada de especies invasoras está abierta de par en par. También el gran negocio de la cría en cautividad y venta de especies exóticas es otro enorme foco de invasión por parte de especies alóctonas.

¿Que suele pasar con las invasoras?

Las invasoras son especies alóctonas con unas características biológicas determinadas que les hacen propagarse sin apenas limitación, comportando grandes problemas a la diversidad biológica autóctona. Acaban alterando el funcionamiento de los ecosistemas, empobreciéndolos y provocando la extinción de especies autóctonas. Las especies invasoras en importancia ocupan el tercer puesto como causantes de la actual crisis de biodiversidad (la sexta extinción masiva), por detrás de la perdida de hábitat y la fragmentación, tal como se explica en este artículo científico:

Mack, R.N., Simberloff, D., Lonsdale, W.M., Evans, H., Clout, M. & Bazzaz, F.A. 2000. Biotic invasions: causes, epidemiology, global consequences, and control. Ecol. Appl. 10: 689–710.

Las consecuencias de esta situación son nefastas, incluso para nuestra vida. Lógicamente, el que no sale al campo a observarlo, a disfrutar de sus plantas, sus árboles, sus aves, sus mamíferos, sus invertebrados, esto no lo va a notar en el día a día directamente. Pero, a larga distancia, todos acabamos perdiendo si los ecosistemas se degradan...esto parece muy difícil de comprender para mucha gente aún. Pues se arregla fácil, leyendo literatura especializada.

Ejemplos de las invasiones y sus consecuencias hay muchos a escala mundial. Australia y Nueva Zelanda son países que se lo toman en serio, invierten enormes medios y recursos, y actuan de forma drástica para conservar especies únicas que no han evolucionado para evitar la depredación de ratas, gatos y perros (especies introducidas por los occidentales). España, como no, cede a las presiones de gente sin apenas conocimientos que vocifera en las redes, y no se aplican las medidas recomendadas por los expertos. Ocurre no solamente con los conflictos con animalistas, también con todo tipo de colectivos; el conservacionista, el conservacionista siempre pierde, siempre es relegado al olvido, como si fuera un radical estúpido.

Seria de gran ayuda comprender que una vez hay una invasión en marcha, la medida del control es un acto desesperado para atajarla, y si no se actúa rápido y de forma contundente llega un momento en que la situación es irremediablemente irreversible. No es la solución que más placer le produce a un naturalista o un científico (no somos sádicos). Unos buenos planes de prevención de invasiones, con los medios y mecanismos necesarios aplicados para evitar un inicio de colonización, son la mejor opción. Pero esto significa dedicar recursos, y unas acciones (y sanciones) que molestarían a ciertos lobbies. Hay muchas medidas que debieran ser vociferadas en las redes sociales por parte de todos (animalistas y conservacionistas) para que se pusieran en marcha. Entre ellas, que se acabe con la tenencia de animales exóticos (y plantas invasoras) y con la cría en cautividad.

Obviamente, los medios de control tienen que basarse en el conocimiento, y que sea un control selectivo. Pongo un ejemplo, en Catalunya con respecto a la avispa asiática (Vespa velutina), en contra de lo que recomiendan los expertos europeos, el protocolo de control de la Generalitat no incluye la recuperación física del avispero tratado con insecticida para su destrucción física. Con lo cual, las aves con mucha probabilidad acudirán a los nidos tratados, una vez muertas las avispas defensoras, a alimentarse de las larvas de avispas...larvas impregnadas en biocidas.

¿Quién es el Especista?
Podríamos darle la vuelta a la tortilla y ver que, con frecuencia (no siempre), el animalista se preocupa de los animales domésticos y las mascotas (en libertad o en jaula), y su sensibilidad hacia los silvestres autóctonos es mínima. Es lo más habitual del mundo observar como en lugares protegidos en período reproductor o de migración de aves, y en contra de los carteles de prohibición de llevar el perro suelto, personas con espíritu animalista sueltan a su perro...cuando les informas educadamente del mal que provocan, comentarios del estilo “el perro necesita hacer ejercicio” son lo habitual. Para que lo entendáis, SU PERRO, porqué es SUYO, SU PROPIEDAD, es más importante que las aves protegidas que intentan criar.

¿Cuantas veces se movilizan en contra de la caza este tipo de personajes?
¿Que acciones emprenden en contra de los biocidas prohibidos en norteamérica y permitidos en la UE?
La lista de preguntas podria continuar...

Desde luego, antes de opinar, antes de vociferar, muchos debieran informarse bien, abrir su mente y ver las posibilidades con objetividad.

¿Por qué es éticamente menos reprobable o especista dejar que las cotorras de Kramer (Psittacula krameri), una especie invasora gracias a la maldita manía de tener aves exóticas enjauladas, acaben con una de las poblaciones más importantes de nóctulo mayor (Nyctalus lasiopterus) en Europa que controlar a la cotorra de Kramer para que el nóctulo mayor pueda vivir?

Si, hablo del Parque de Maria Luisa de Sevilla. Pues es una cuestión, parece ser, de simpatías; la cotorra era más chula que la rata voladora, y daba igual que los investigadores de la Estación Biológica de Doñana y el CSIC recomendaran medidas de control apoyadas en el conocimiento y amparadas por la ley.

¿Acaso el siglo XXI pasará a ser el siglo del esnobismo  gañán y naïf?
A ver ¿Que hay de malo en llevar el coche nuevo limpito por dentro y vaciar el cenicero por la ventana?

La extinción de una sola especie comporta el sufrimiento de muchos individuos, no desaparecen de forma abstracta. Lo peor, ahora entidades o personas con bandera ecologista, ante este tipo de situaciones, por motivos políticos personales o no, se posicionan en contra del control. La evolución natural del maniqueísmo político es que cuando un tema llega a ser de interés para los ciudadanos (votos, no personas...es decir, pasta para los profesionales de la política), entonces la conciencia de entidades y políticos se vuelve elástica, muta, y...
 Chachan!! Ahora lo que molan son las mascotas!!

¿Se prefiere que muchas especies se extingan para que unas pocas invasoras fuera de su entorno de distribución natural sobrevivan, que los ecosistemas funcionen peor, que las condiciones de vida para la especie humana vayan a peor en la Tierra?

Podríamos llegar a valorar estas actitudes como un tipo de ESPECISMO, pero no os cabreéis, que todo el mundo se ahorca con su propia soga.