Informe de
diagnóstico de SQM de toxicólogo del Hospital Clínic
¿Tenía Grumpy un Patrón de Conducta de Tipo A (PCTA)?
¿Tenía más
probabilidades de sufrir úlcera gástrica, duodenal, problemas coronarios,
fibromialgia, fatiga crónica, sensibilidad química múltiple y
electrohipersensibilidad?
Lee esta entrada y darás respuesta a estos interrogantes. Os informo que el
Hospital Clínic de Barcelona ha diagnosticado recientemente de SQM a FXMV. Pero
el informe que hizo el toxicólogo es sorprendente. La Asociación de Afectados e Afectadas de Sensibilidade Química
Múltiple, Electrohipersensibilidade e outras Enfermedades Ambientais de Galicia
hizo crítica y difusión de parte del contenido del informe en una publicación del día 1
de junio en su Facebook:
Las entidades grandes de afectados silencio (lo normal) y las catalanas, lo
mismo.
La confusión mental promueve la idea de patriotismo rimbombante que condena cualquier crítica
a la administración pública que dirige la patria idealizada. En USA, Snowden era
un traidor y esa concepción de persecución de la administración americana sobre ese activista nos horripila.
En Catalunya criticar la
gestión de la Generalitat es ser un antipatriota o un facha para muchos…¿no
será al revés?
¿Intentar que la gestión
mejore a partir de la crítica abierta cuando no hacen caso de otros métodos más
silenciosos es ser antipatriótico?
¿No será lo opuesto el ser antipatriota?
Sea como fuere, el susodicho informe ha generado el registro de otra reclamación,
de 17 páginas, en la Generalitat.
¿Eres un enfermo maltratado?
No lo cuentes solo en el
bar, en la calle.
Pon una reclamación y
difúndelo en redes sociales y etc.
Se patriota y compártelo.
En esta entrada te incluimos enterita la queja de FXMV. Hala, a disfrutar.
Otra reclamación
Señoras
y/o señores,
Me
dirijo a ustedes para hacerles constar mis quejas y mi indignación como
paciente de la sanidad pública catalana. El doctor X de Consultas Externas de
Toxicología del Hospital Clínic emitió un informe médico el día 25 de mayo de
2020 (adjunto en esta reclamación) con un contenido falto de rigor,
contraviniendo documentos oficiales e incluso entrando en conflicto con el
principio PRIMUN NON PROCERE elemental para el desarrollo de la medicina.
El
informe omite parte estratégica de la información que le hice llegar como
paciente en cuanto a diferentes patologías que han aparecido y agravado en
paralelo junto con los Síndromes de Sensibilización Central, y también en lo
relativo a diferentes parámetros alterados a lo largo de los últimos años (p.
ej. La histamina en orina de 24 horas).
Al
margen de las quejas por el informe, aprovecho para señalar que parte de las
patologías (problemas intestinales, electrohipersensibilidad,
blefaritis/meibomitis, etc.) no han sido diagnosticadas, ni valoradas, ni
tratadas por ningún especialista de la salud pública. En concreto, por ejemplo mis
problemas intestinales, reiterados a lo largo de meses a diferentes doctores
que me han ido atendiendo entre septiembre del 2019 y la actualidad, siguen sin
ser atendidos por especialista ni se practican pruebas diagnósticas al respecto.
Paso
a detallar por apartado del informe mis quejas y observaciones en relación al
informe. En cada apartado incluyo en cursiva y entrecomillado los parágrafos
del informe a los que hago alusión.
Antecedentes e
historia previa
ANTECEDENTES PERSONALES
A
pesar de haberle recalcado de diferentes maneras que durante los últimos 15
años aproximadamente tuve exposición regular a plaguicidas mientras realizaba
censos de aves de primavera en zonas de cultivo de la Plana de Lleida, Vallés y
otras localidades, el doctor valora este hecho tan solo como una posibilidad:
“Según su testimonio, en esta
localización pudo tener contacto con plaguicidas utilizados en el tratamiento
de los cultivos de la zona.”
Habiéndole
referido que mientras hacía los censos de aves no era raro encontrarme
tractores a 5-10 metros de mí fumigando, e incluso concretando que con algunos
trabajos acababa con la ropa mojada de rocío y oliendo a químico. Él lo valora
como “pudo tener contacto” cuando la nebulización implica la dispersión del
producto en un amplio radio y yo no llevaba nunca ningún tipo de protección (ni
mascarillas). Tampoco la ropa de trabajo era impermeable. En la bibliografía
técnica que trata la Sensibilidad Química Múltiple los plaguicidas son
mencionados como un posible desencadenante de la patología, hecho que debiera destacar
cualquier toxicólogo que trate pacientes afectados de Sensibilidad Química
Múltiple (SQM) con una exposición segura.
Proceso actual
Respecto
el segundo parágrafo, esta descripción no es exacta del todo:
“enrojecimiento de la cara y
el cuello con la exposición solar y los cambios de temperatura. Estos episodios
empeoran con el ejercicio, la sudoración o la ducha.”
A
lo largo de los últimos años me he ido volviendo cada vez más intolerante a la
exposición solar en cara y cuello, la cual que me produce un enrojecimiento
anormal, muy extremo, y una reacción de prurito asociada. El enrojecimiento en
cara y cuello SIEMPRE está presente, destacando claramente con el resto del
cuerpo en tonalidad (y no soy de tez rojiza), aunque el color rojo en menor
mesura también alcanza otras partes del cuerpo (pecho, tronco) presentándose en
las extremidades de manera mucho más atenuada.
La
sudamina que he sufrido los últimos años ha empeorado, llegando hasta a cambiar
la piel de la espalda en una ocasión, quemada como si hubiera tomado el sol sin
haberlo hecho. El prurito lo tengo cada día, a menor escala durante los meses
de invierno. La ducha, en especial con agua de cloración muy intensa, me activa
el prurito.
El
incremento del color rojizo se produce ante cualquiera de todos los hechos narrados
y también cuando estoy en ambientes contaminados, cuando permanezco en el
ordenador 2-3 horas (también se muestra con exposición a ondas). En definitiva,
en cualquier situación que me suponga un estrés de cualquier tipo a nivel
fisiológico (cualquier tipo de esfuerzo físico continuado inclusive). Cuando he
tenido las mayores crisis (finales verano-principios otoño; mucha calor y
humedad ambiental alta, y alto nivel de contaminación atmosférica) es cuando
sin exponerme al sol para nada he estado más rojo. Es habitual que el
incremento del color rojizo vaya acompañado de una mayor probabilidad de
desencadenamiento del prurito, y también coincide con un abatimiento y falta de
energía general.
Por
otro lado, hay otros episodios que me hacen enrojecer y que sugieren una
liberación de histamina por presión:
1) Tumbarme boca abajo genera instantáneamente enrojecimiento exagerado en
pecho, cara, cuello y tronco en minutos, y prurito insoportable.
2) Tumbarme de lado en ocasiones me es imposible, también tengo la misma
reacción.
Evolución
“El contacto con estos
productos genera un rápido rechazo en los pacientes, que se sienten mal, con
disnea, cefalea, náuseas, mal estado general y otros síntomas acompañantes, pero que en ningún caso son debidos a un
efecto tóxico dosis-dependiente ni dan lugar a daño estructural en ningún
órgano o sistema ni a corto ni a largo plazo.”
Del párrafo por encima de estas líneas subrayo una afirmación rotunda
que dado el nivel de conocimientos disponibles actualmente no se puede hacer de
forma rigurosa sin posibilidad de errar. Frecuentemente y de forma errónea
todavía se considera desde el punto de vista de algún toxicólogo, quizá por
falta de lectura de los artículos científicos relevantes de las últimas
décadas, que la reacción del organismo siempre depende de una relación lineal
(monotónica) con el tóxico: a mayor dosis existe un mayor efecto, y bajando la
dosis llegará un punto que el efecto desaparecerá.
La ciencia está en continua evolución y los profesionales están
obligados a actualizarse leyendo la literatura científica que ha ido tratando
un mismo tema a lo largo de las últimas décadas una y otra vez. En la cuestión
que nos atañe, por ejemplo bien nos vendría a todos que consultaran artículos
científicos como estos:
Rhomberg LR,
Goodman JE. 2012. Low-dose
effects and nonmonotonic dose-responses of endocrine disrupting chemicals: has
the case been made? Regulat. Toxicol. Pharmacol., 64.
Vandenberg LN, Colborn
T, Hayes TB, Heindel JJ, Jacobs DR, Jr., Lee DH, et al. 2012.
Hormones and endocrine-disrupting chemicals: low-dose effects and nonmonotonic
dose responses. Endocr. Rev., 33.
Existen químicos de síntesis que actúan como disruptores hormonales y tanto
el efecto coctel de diversos contaminantes como el hecho de que las hormonas
naturales presenten respuestas no monotónicas (en forma de letra U) son cuestiones
publicadas en revistas indexadas del ámbito científico desde el siglo pasado de
forma bastante recurrente, por decenas y decenas de científicos.
Hasta hace unas décadas, desde un punto de vista toxicológico, solamente
se contemplaba la respuesta monotónica, puesto que no existían suficientes evidencias
científicas que demostraran una respuesta no monotónica. Hoy en día, la
existencia de la respuesta no monotónica frente a sustancias químicas
artificiales con capacidad para actuar como disruptores hormonales a dosis
ínfimas está interiorizada en el mundo científico y este hecho hasta sido aceptado
por la comunidad política de la UE. En el 2012 el Parlamento Europeo ponía en
marcha los mecanismos burocráticos de evaluación de las sustancias químicas
artificiales con potencial de disrupción endocrina, bajo el prisma de la respuesta NO MONOTÓNICA. Si el Parlamento
Europeo tiró adelante con esta iniciativa pese a todas las presiones de los
lobbies de la industria (química y de otros sectores), no entiendo como algún
profesional de las ciencias sigue obstinado en no actualizarse, o girar la
espalda a la realidad conocida.
Las dosis permitidas de una sustancia determinada según las evaluaciones
toxicológicas llevadas a cabo según el prisma de la respuesta monotónica, aunque
no tienen un efecto notorio inmediato en la mayoría de las personas sí que podrían
tener un efecto tóxico en personas con SQM dando lugar a una reacción inmediata.
Que la ciencia no conozca el por qué, los mecanismos que subyacen, debido a que
la investigación de excelencia en este materia de la SQM ha sido ridícula a lo
largo de la historia (desde mitad del siglo XX hasta ahora) en todos los
sentidos necesarios (bioquímica, fisiología, etc.), no es un motivo para negar
un efecto tóxico dosis-dependiente.
Pese a la vergonzosa carencia de investigación, diferentes estudios han
ido demostrando efectos físicos frente a la exposición a tóxicos de enfermos de
SQM en comparación con personas no enfermas. Orriols et al. (2009) demostraron que La exposición a sustancias químicas causaba deterioro
neurocognitivo y disfunción cerebral SPECT en los enfermos de SQM sometidos al
experimento de exposición, particularmente en las áreas de procesamiento de los
olores, lo que según los autores sugería un origen neurogénico de la SQM.
Orriols, R., Costa, R., Cuberas, G., Jacas, C., Castell, J. &
Sunyer, J. 2009. Brain dysfunction in multiple chemical sensitibity. Journal of the Neurological Sciences,
287.
Debido a esta serie de argumentos, aventurarse a emitir semejantes afirmaciones
es extremadamente imprudente en un tema muy complejo que aconseja cautela y
prudencia, y por encima de todo, el rigor imprescindible en cualquier
disciplina científica.
Como ejemplo, cabe remarcar que el hecho de que no exista un parámetro aceptado
por la comunidad científica para medir de forma fidedigna e incontestable una
intolerancia alimentaria a un alimento concreto, no prueba que el cuerpo de
algunas personas no intolere y sufra una reacción fisiológica negativa cada vez
que se exponga a él ¿Verdad que
entendemos que recomendarles que sigan comiéndolo sería de una sinrazón
maquiavélica deplorable?
En
cuanto a los daños estructurales en órganos o sistema a corto o largo plazo que
este doctor niega rotundamente…es realmente curioso que lo haga, cuando los
enfermos de SQM acaban sufriendo infinidad de patologías y daños estructurales,
hecho que tiene que conocer. En mí caso, en los últimos cuatro años (mi primera
gran crisis de síntomas se produjo a finales de verano del 2016) he sufrido de
forma continua complicaciones de salud que se han agravado en paralelo al
empeoramiento general de salud. Por ejemplo, no había tenido nunca un problema
oftalmológico y la blefaritis/meibomitis aparecieron en ese período…¿Qué no hay
un daño estructural? ¿Qué las glándulas de meibomio dejen de funcionar bien con
46 años no es un daño estructural? ¿Qué se creen bolsas de pus frecuentemente en
las glándulas es normal? ¿Y que los síntomas y los problemas del ojo empeoren
con la exposición a tóxicos y contaminación no tiene nada que ver con la SQM?
¿Cómo se explica que los enfermos afectados por Síndrome de Sensibilización
Central (SSC) sufran un patrón muy parecido de patologías dispares que
conllevan un daño orgánico (sobre el intestino por ejemplo, sobre la piel, etc.)?
Sencillamente,
no existe ningún tipo de base científica para emitir tales afirmaciones y la
primera tarea de un doctor que tiene que tratar con enfermos de SSC es ponerse
al día leyendo la literatura científica actual existente en las revistas
internacionales, en publicaciones en lengua anglosajona.
Prosiguiendo
con los fragmentos críticos del informe, paso al siguiente:
“La SQM no es de origen
alérgico. Las pruebas cutáneas, la inmunidad sérica y la celular son normales
en la SQM pura. Se diferencia de los síndromes de hiperreactividad de la vía
aérea en que no hay broncoespasmo y en que las pruebas funcionales
respiratorias son normales, a menos que haya otra patología asociada. La SQM no
es tampoco un síndrome que persista por la presencia de un tóxico en el
organismo, ya que las determinaciones analíticas de xenobióticos en muestras
biológicas (sangre u orina) son normales o están incluso por debajo de los
valores poblacionales. Por ello, ningún tratamiento antitóxico o antidótico es
eficaz.”
Existen
publicaciones científicas que ponen de relieve una clara relación entre las
alergias y la SQM. Por ejemplo Jeong et
al. (2014) encontraron que la estima de prevalencia de SQM fue más alta
entre pacientes alérgicos que en los no alérgicos y no es el único trabajo que
pone de relieve este hecho. La referencia de dicho trabajo:
Jeong,
I., Kim, I., Jung Park, H., Roh, J., Park, J-W. & Lee, J-H. 2014. Allergic
Diseases and Multiple Chemical Sensitivity in Korean Adults. Allergy Asthma Immuno. Res. 6 (5).
Nuevamente,
que no existan suficientes evidencias científicas para explicar el mecanismo
que da lugar a la SQM no motiva la emisión de frases rotundas y absolutistas.
Por otro lado, en mí caso la sanidad pública catalana no me ha practicado
ningún tipo de prueba alérgica, cuando se conoce que los enfermos de SQM suelen
sufrir alergias. ¿Según el plan operativo de atención a las personas afectas de
SSC no se debe ocupar la sanidad pública de todos los diagnósticos de comorbilidades?
Siendo tan poco investigada esta patología de la SQM, me cuesta mucho entender
el por qué no se monitoriza correctamente a los enfermos, y se sesga la
posibilidad de disponer de datos cruciales sobre los enfermos con el objeto de
avanzar en el conocimiento de la enfermedad. Además, sería indicado también
desde un punto de vista del manejo del paciente y de mejorar su calidad de
vida, viendo que problemas de salud colaterales son abordables.
Referente
al resto del párrafo, más de lo mismo. De nuevo afirmaciones rotundas sin
suficiente base científica de respaldo. Da por sentado que las dosis
“consideradas” como normales según el antiguo esquema de evaluaciones
toxicológicas (desfasado actualmente) o por debajo de los valores
poblacionales, tienen que ser absolutamente inocuas para completamente todo el
mundo, obviando la relación de dosis-respuesta no monotónica demostrada de
algunas sustancias químicas artificiales con capacidad de activación de la
respuesta a dosis ínfimas. Tampoco sé muy bien a que determinaciones analíticas
de xenobióticos en sangre u orina se refiere porqué desde luego a los enfermos
de SQM catalanes no nos hacen ningún muestreo de sangre u orina para el
muestreo de xenobióticos.
Que
en la actualidad no se conozca ningún tratamiento antitóxico o antidótico cuya
eficacia se haya demostrado de forma científica, no quiere decir que no haya
ninguno por descubrir. En todo caso,
cabría expresarlo de otra forma, por ejemplo “Actualmente, no existe evidencia
científica que demuestre la utilidad de algún tratamiento antitóxico o
antidótico”.
Se
dedica a negar el origen orgánico de la SQM, a imponer un dogma personal suyo
sin argumentos científicos robustos, obviando el conocimiento científico
disponible hoy en día. Es un modo de proceder no objetivo y, desde luego,
absolutamente inapropiado para un profesional de la medicina que tiene que
tratar enfermos con una patología tan grave y compleja como la SQM.
Otro
párrafo:
“La patogenia de la SQM es
desconocida, pero una predisposición genética es probablemente necesaria, a la que puede añadirse como factor
desencadenante una exposición única o reiterada a productos tóxicos
(insecticidas, hidrocarburos, disolventes, irritantes, ambientes contaminados),
pero en muchas ocasiones no se recoge
este antecedente.”
Sencillamente,
la exposición 0 a tóxicos artificiales no existe ya en ningún rincón
humanizado. La exposición continua, reiterada y masiva por inhalación, ingesta
y por piel a químicos de síntesis es desde hace décadas un hecho cotidiano para
gran parte de la población del mundo occidental y por ese motivo la
sensibilización a las sustancias químicas artificiales va a más (personas con
reacciones a productos sobre la piel, personas a las que les molestan productos
y les generan malestar, etc.).
Hasta
que una persona desarrolle la enfermedad de SQM en grado grave y sea
diagnosticada (no hacen caso de los pacientes hasta que llegan a ese extremo)
pueden transcurrir muchos años en los que habrá sufrido (advertida o
inadvertidamente para ella) una exposición regular a un coctel de sustancias
químicas artificiales. Generalmente, esto es así y cualquiera que haya tratado
con unos cuantos enfermos de SQM lo tiene que conocer. Por lo tanto, que se
recoja por escrito, que se anote, o no, este antecedente en su historial no
demuestra de forma incontestable que la exposición a productos tóxicos no haya actuado
como mediadora, como desencadenante. Evidentemente, hay otros imponderables
añadidos, como el hecho de si la sanidad pública (del país o comunidad autónoma
que sea) realiza o no una buena anamnesis a cada enfermo de SQM y registra la
exposición laboral y del lugar de residencia.
De
todas formas, un artículo científico llevado a cabo en el “propio” Hospital
Clínic ponía de manifiesto que en el
59,6% de los casos estudiados de SQM el origen del síndrome se relacionaba con
una exposición laboral a productos químicos diversos (Nogué et al. 2007). Añado la referencia del
estudio a continuación:
Nogué S, Fernandez-Solà J, Rovira E, Montori E, Fernandez-Huerta
JM, Munne P. 2007. Sensibilidad química
múltiple: análisis de 52 casos. Medicina Clínica (Bar ).
Un 59,6% es un
alto porcentaje...a pesar de ese trabajo desarrollado por otros compañeros del
Hospital Clínic, en el informe el doctor X se apoya en la hipótesis genética
como primera explicación y como ya de lejos, muy secundariamente, menciona la
exposición a tóxicos. Extrañamente, este
mismo artículo además es el único citado en el informe del doctor dentro del
apartado de Bibliografía. Tremendo.
“Situaciones de estrés han sido también capaces de generar el síndrome
en muchos pacientes, que suelen tener un patrón de conducta de tipo A. Por
ello, la asociación con el Síndrome de Fatiga Crónica o la Fibromialgia es muy
frecuente. El síndrome ansioso-depresivo es muy prevalente en estos pacientes.
No se dispone de marcadores biológicos ni de exploraciones complementarias
específicas, por lo que el diagnóstico de la SQM es clínico.”
Esa
etiqueta del Patrón de Conducta de Tipo A (PCTA) que pretende ser asociada al
origen de los Síndromes de Sensibilización Central se basa en unos poquísimos artículos
publicados que utilizan unos métodos con una limitación de base que ya de por
si sesga el resultado y le da escasa credibilidad científica. El método es
básicamente tomar en cuenta una población ya enferma a la que se somete a un
muestreo mediante un test tipo cuestionario (la encuesta de Jenkins) hecho que
denota una base subjetiva de los resultados, sin realizar ningún tipo de
muestreo físico, bioquímico, etc. Además, la interpretación de los resultados
es peculiar, ya que no podemos conocer cómo eran los pacientes antes de que
enfermaran porqué el cuestionario de Jenkins no se les aplicó antes de ello
(lógico). De modo que quizá el resultado del PCTA sea más una consecuencia de
la enfermedad que no una causa propiamente. En ese sentido, es bien conocido
que los tóxicos alteran el comportamiento…hasta ahí supongo que un toxicólogo,
llega.
Uno
de los poquísimos artículos que pretende poner el acento en el PCTA
relacionándolo con un riesgo a desarrollar el Síndrome de la Fatiga Crónica se
publicó en una revista de bajo impacto científico:
Godás-Sieso
T, Gómez Gil E, Salamero Baró M, Fernández-Huerta JM, Fernández- Solà J. 2009.
Relación entre el síndrome de fatiga crónica y el patrón de conducta tipo A.
Med Clin (Barc).;133:539–41.
En
la Discusión del artículo, los
autores se escudan en la relación entre el PCTA y otras patologías, utilizando
un trabajo bastante antiguo (Keltingas-Jarvinen 1987) para argumentar una
asociación entre el PCTA y la úlcera duodenal. Las evidencias científicas existentes,
sin embargo, apuntan muy claramente a la bacteria Helicobacter Pylori como causa de las úlceras duodenales como era
bien conocido ya en el año 1994 (15 años antes de artículo reseñado de
Godás-Sieso et al. 2009), sólo cabe
consultar este artículo:
Shafran,
S. D. & Conly, J. M. 1994. Helicobacter Pylori and duodenal ulcer: Guilty
as charged. Canadian Journal of
Infectious Diseases, 5 (6).
Godás-Sieso
et al. (2009) también argumentan que
“numerosos estudios confirman la relación entre el PCTA y el riesgo de que se
desarrollen trastornos coronarios” pero no aclaran cuales. La verdad es que si
buscamos trabajos de revisión sobre esta temática, nos podemos encontrar con
alguno tan demoledor y contrario a la afirmación de Godás-Sieso et al. (2009) como este siguiente:
Petticrew,
MP; Lee, K. & McKee, M. 2012. Type A Behaviour Pattern and Coronary Heart
Disease: PHillip Morris’s “Crown Jewel”. American
Journal of Public Health, 102 (11).
Petticrew
et al. (2012) ponen de manifiesto los
intentos una y otra vez por parte de la industria tabacalera de crear
controversia señalando el PCTA como factor de riesgo para las enfermedades
coronarias, subvencionando estudios sobre PCTA. Del mismo modo Petticrew et al. (2012) apuntan los vínculos
financieros entre investigadores que apoyaban esa teoría y la industria del
tabaco. En resumen, la industria tabacalera lo que pretendía era desviar la
atención hacia otros lados, creando controversia, apuntando un patrón de
comportamiento entre los enfermos como causa de las enfermedades coronarias.
Dejo a continuación diversos parágrafos del artículo traducidos al castellano
(fíjense en el segundo párrafo donde critica la encuesta de Jenkins como
método):
“Aunque
resultó no productivo, la inversión sustancial de Philip Morris en la
investigación de PCTA es notable. A principios de la década de 1980, los
pocos resultados positivos tempranos fueron superados por numerosos estudios
negativos, y raramente se ha demostrado que PCTA y la hostilidad están
implicados en la etiología o el pronóstico de enfermedad coronaria.”
“La validez de las escalas utilizadas
para evaluar PCTA también ha sido cuestionada. (102, 103) Un instrumento de uso frecuente,
la Encuesta de actividad de Jenkins, tiene poca confiabilidad, y un análisis
factorial ha encontrado que lo que mide como comportamiento tipo A son en
realidad los rasgos de autoritarismo y dominio, junto con una ligera
extraversión.”
“PCTA continúa siendo un tema
de investigación científica en la actualidad. A este respecto, la
investigación del comportamiento tipo A exhibe las características de la
llamada "ciencia zombie": investigación que continúa publicándose a
pesar de los resultados repetidamente negativos (112). La mayoría de las
investigaciones de PCTA no han tenido relación con la industria del tabaco, pero
la mayoría de los hallazgos positivos relacionados con enfermedades coronarias
se derivan de estudios o investigadores, con vínculos de financiación con la
industria del tabaco.”
“Este análisis muestra hasta
qué punto la industria tabacalera ha dado forma a temas importantes en la
investigación contemporánea de salud pública. Incluso cuando falta evidencia científica, la industria ha demostrado
ser experta en explotar evidencia delgada para sus propios fines, utilizando
conceptos que atraen al pensamiento popular.”
102. Ray J, Bozek R. 1980. Dissecting
the A-B personality type. Br J Med Psychol.; 53(2).
103. Eysenck H, Fulker D. 1983. The
components of type A behaviour and its genètic determinants.
Pers Individ Dif., 4 (5).
112. Charlton B. 2008. Zombie science:
a sinistre consequence of evaluating scientific theories purely on the basis of
enlightened self-interest. Med Hypotheses, 71(3).
La encuesta de actividad de Jenkins, el único método
utilizado en el artículo de Godás-Sieso et
al. (2009), aparece desprestigiada al igual que otras escalas de evaluación
del PCTA en los parágrafos inseridos anteriormente de Petticrew et al. (2012).
En
resumen, el artículo de Godás-Sieso et
al. (2009) falla de inicio en el método empleado y en las argumentaciones
incluidas en la Discusión, inclusive a nivel de respaldarlas con evidencias
científicas que se conocían en el momento de la publicación como no fiables y/o
no ciertas. Es en conjunto un artículo de dudosa validez científica, y que nada
ayuda a avanzar en cuanto a la etiología de cualquiera de los Síndromes de
Sensibilización Central (SSC).
La
teoría del estrés postraumático como desencadenante de los SSC responde a la
obsesión de algunos profesionales por enfocar un problema de origen orgánico
desde un punto de vista no orgánico. Esta teoría del estrés postraumático como
desencadenante de la SQM y otros de los Síndromes de Sensibilización Central se
ha ido utilizando como explicación de la existencia de todos esos centenares de miles de soldados de la Guerra
de Kuwait etiquetados con el “Síndrome de la Guerra del Golfo”. Si, en
Estados Unidos unos 200.000 soldados quedaron afectados por ese síndrome que no
es más que SQM y otros de los SSC. Alrededor del 20-30% de los militares
estadounidenses que participaron en la Guerra del Golfo sufrieron el “Síndrome
de la Guerra del Golfo” (Mawson & Croft 2019), una guerra que se distinguió
por la superexposición masiva a tóxicos y químicos de todo tipo. Esos valores
de prevalencia están muy por encima de los descritos en cualquier estudio
occidental entre población normal. Adicionalmente, se sabe que los SSC (SQM
incluida) afectan mayoritariamente a mujeres y, sin embargo, el impacto en los
soldados varones de la guerra del golfo fue devastador.
Mawson,
AR & Croft, AM. 2019. Gulf War Illness: Unifying Hypothesis for a
Continuing Health Problem. International
Journal of Environmental Research and Public Health, 16.
Es
posible que un artículo divulgativo de un periódico sea capaz de abrir la mente
de las personas que no quieren leer literatura científica o no tienen capacidad
de entenderla:
María
Valero. 29 de abril de 2014. El Síndrome de la Guerra del Golfo sigue siendo
real 23 años después. El Mundo.
A pesar de todo…a pesar del gran conjunto de
datos incontestables, de toda esa verdad, vergonzosamente aún existen
personajes que desde las administraciones y desde fuera de ellas adoptan el
NEGACIONISMO ante la relación entre CONTAMINACIÓN Y SQM. Una forma de negar
la verdad es directamente no llevar a cabo un seguimiento idóneo de los
afectados, no destinar medios y recursos suficientes en la investigación a
nivel bioquímico del problema. Por eso no se avanza, el número de publicaciones
científicas sobre SQM en décadas es casi insignificante a escala mundial…no
interesa obtener evidencias, interesa que existan lagunas y así continuar
jugando a sacar a relucir teorías que son un insulto a la inteligencia y a la
dignidad de los enfermos, una falta de respeto.
La
intencionalidad de explicar unas enfermedades de origen orgánico mediante un PCTA,
y por síntomas de ansiedad y depresión, es simplemente estigmatizar a los
enfermos. Es cruel y malvado, y carece de base científica robusta.
Un
enfermo de cáncer que sufra una limitación social por sufrimientos físicos
diarios (dolor muscular generalizado, problemas cognitivos, intestinales, caída
absoluta de energía, infecciones recurrentes, etc.), que no sea atendido ni
socialmente ni sanitariamente de forma mínimamente digna, sea continuamente estigmatizado por el sistema
sanitario (p. ej. informes indigeribles)…al final, es fácil que acabe
padeciendo ansiedad y depresión, y sería de auténticos burros decir que la
ansiedad y la depresión desencadenaron el cáncer.
Me
viene a la cabeza otro caso que guarda un paralelismo evidente con esta forma
de estigmatizar a los enfermos de SSC sin tener base científica mínimamente
robusta: el caso de la úlcera péptica. Años atrás, los profesionales de la
medicina clasificaban rápidamente a los pacientes con úlcera péptica como
individuos con conducta de tipo A (PCTA) y establecían el estrés como
desencadenante del desarrollo de la úlcera. La ciencia no disponía de
explicación científica sobre el origen de la úlcera ni del mecanismo, de forma
que directamente se administraba esa etiqueta de forma poco ética, objetiva y exenta
de rigor científico, utilizando la especulación meramente. Hoy en día, gracias
a las investigaciones, la comunidad internacional de las ciencias de salud
tiene interiorizado que la mayoría de las úlceras pépticas eran y son mediadas
por una bacteria: el Helicobacter pylori.
Un artículo divulgativo que trata este tema:
Sebastián
Domingo, JJ. 2003. Úlcera Péptica Abordaje Terapéutico. Farmacia Profesional, 18 (6).
Cualquiera
con años en la profesión médica tendría que mirar atrás y reflexionar sobre
esos tremendos e injustos errores cometidos a sabiendas de no disponer de
evidencias científicas sólidas, con el objeto de que no se vuelvan a repetir.
Sirva también para los responsables de la administración cuya función es que la
sanidad pública catalana tenga un mínimo de decencia en la atención de los
enfermos de SSC y en la investigación acerca de ello.
Estigmatizar,
actuar con prejuicios no debe formar parte de ningún sistema sanitario, sea
público o privado, ni tampoco guiar los pasos de ninguna investigación. Urge el
entierro de una vez de la especulación y la tribulación baratas.
Plan terapéutico
“En la Unidad de Toxicología Clínica se recomienda que los pacientes
intenten reiniciar un proceso lento y progresivo de afrontamiento a los
productos químicos, ya que el aislamiento y la falta de exposiciones llevan a
mayores intolerancias tanto desde el punto de vista cualitativo como
cuantitativo. Por el mismo motivo no se recomienda el uso de mascarillas, ni la
instalación de depuradores de aire o de agua, ni la dieta ecológica, aunque hay
pacientes que no pueden evitar tomar estas medidas. Algunos enfermos se
benefician de una terapia cognitivo-conductual.”
Sin
duda, el párrafo que más estupor me produjo fue el inserido por encima de estas
líneas. No existe ningún trabajo científico publicado que haya demostrado de
forma sólida que la terapia cognitivo-conductual, la exposición a tóxicos, es
una terapia acertada para la SQM. Ni tan siquiera la Guía de Actualización en la
Valoración de Fibromialgia, Síndrome de Fatiga Crónica, Sensibilidad Química
Múltiple y Electrosensibilidad (Segunda Edición) publicada por el Instituto de la Seguridad Social (INSS)
que ha sido ampliamente criticada de forma beligerante por infinidad de
asociaciones de enfermos y profesionales de toda España, apuesta claramente por
esta práctica.
Teniendo en cuenta otra publicación oficial, el Documento de consenso sobre la Sensibilidad Química Múltiple (Ministerio de Sanidad, Política social e
Igualdad; Gobierno de España (2011)),
documento que contó con la participación de la Asociación Española de Toxicología (AETOX), la medida que define
con más eficacia es LA EVITACIÓN DE LAS
REEXPOSICIONES (apartado 11. 1. Evitar las reexposiciones). Justamente, al
contrario de lo que el toxicólogo del Hospital Clínic recomienda en su informe.
El citado Documento de consenso emite esta recomendación apoyándose concretamente
en las siguientes referencias:
115. Real
Decreto 39/1997, de 17 de enero, por el que se aprueba el Reglamento de los
Servicios de Prevención (BOE nº 27 de 31/1/1997)
122. Fox Roy A, Joffres
Michel R, Sampalli Tara , and Casey Jill. The Impact of a Multidisciplinary,
Holistic Approach to Management of Patients Diagnosed with Multiple Chemical
Sensitivity on Health Care Utilization Costs: An Observational Study. J Altern
Complement Med 2007;13(2):223–229
123. Corabian, Paula;
Harstall, Christa. Multiple chemical sensitivity: etiology, epidemiology,
diagnosis and treatment. Foundation for Medical Research; 1999. Disponible en:
http://www.ihe.ca/documents/HTB6.FINAL.doc [consultado el 23 de nobiembre de
2010]
124. Weaverk Virginia M.
Medical Management of the multiple chemical sensitivity patient. Regul Toxicol
Pharmacol. 1996 Aug; 24(1Pt2):S111-5
125. Nussbaumer, Linda L.
Multiple chemical sensitivity (MCS): the controversy and relation to interior
design. J Interior Desig. 2004 Jan; 30(1)51-65. Disponible en:
http://www.national-toxic-encephalopathy-foundation.org/interior.pdf
[consultado el 23 de noviembre de 2010]
126. Estrada, María Dolors.
Hipersensibilidad química múltiple: estado de conocimiento de la etiología y el
tratamiento. Barcelona: Agència d’Avaluació de Tecnologia i Recerca Mèdiques.
Servei Català de la Salut. Departament de Salut. Generalitat de Catalunya;
2009. Disponible en: http://www.gencat.cat/salut/
depsan/units/aatrm/pdf/hipersens_quimica_aatrm-09_es.pdf [consultado el 23 de
noviembre de 2010]
Prosigue el mismo Documento de consenso en el apartado 11.2. Maximizar la rehabilitación y el
apoyo psicosocial citando las siguientes propuestas que son antagonistas a
las recogidas en el informe del toxicólogo del Hospital Clínic:
Educación y apoyo para fomentar los cambios
en los estilos de vida necesarios para reducir las exposiciones
medioambientales.
También dice esto otro que no se cumple:
Mejorar las condiciones de comorbilidad que afectan a la mayoría de
las personas con SQM, como el dolor crónico, el síndrome de colon irritable, el
asma, los trastornos tiroideos.
Centrando la consulta en documentos e información oficial de la Generalitat respecto el manejo y
tratamiento de la Sensibilidad Química Múltiple, el Departament de Salut publicó en febrero de 2009 el siguiente título
“Hipersensibilitat química múltiple: estat de coneixement de l’etiologia i el
tractament (Maria-Dolors Estrada)”. El título está disponible en la web de la
Generalitat. Dicho documento contó con la revisión de Joaquím Fernández-Solà, doctor a cargo de la Unitat d’Expertesa de SQM
en el Hospital Clínic. Dice en el apartado 2. Tractament de l’HQM el citado documento lo siguiente:
Als pacients amb
l’HQM se’ls han aplicat multitud de potencials tractaments. L’avaluació crítica
ha mostrat com la majoria d’ells no tenien eficàcia o aquesta era molt pobra
(6). No s’han identificat assaigs clínics aleatorizats controlats.
(6) Ortega Pérez
A. «Sensibilidad a múltiples compuestos», una enfermedad comúnmente
inadvertida. Med Clin (Barc). 2005;125(7):257-62.
En una enquesta
realitzada als EUA (2003) a persones amb l’HQM (n=917) sobre els tractaments
seguits i la seva utilitat, els tres tractaments millor valorats pels propis
afectats van ser la creació d’un ambient
lliure de substàncies químiques i evitar els compostos lesius (ambdós útils en
el 95% dels enquestats), amb la pregària en tercer lloc. L’eficàcia dels
fàrmacs prescrits es trobava en el grup dels pitjor valorats (7).
(7) Gibson PR,
Elms AN, Ruding LA. Perceived treatment efficacy for conventional and
alternative therapies reported by persons with multiple chemical sensitivity.
Environ Health Perspect. 2003;111(12):1498-504.
En no conèixer bé
l’etiologia de l’HQM, tampoc es disposa d’un tractament etiològic o específic
(6). Cal evitar reexposicions als
productes desencadenants als quals s’ha perdut la tolerància, per mínima que
sigui. Per això, cal modificar els hàbits de vida diària amb millores en la
ventilació i aireació dels domicilis, evitant ambients humits, la no exposició
a ambients irritants (gasos, fums) i menjant ecològicament (8).
(8) Fernández-Solà J, Nogué S. Sensibilidad química y
ambiental múltiple. JANO Med Humanid. 2007;(1662):27-30.
Ya en la página 15, dice esto otro:
Tractament i prevenció
Actualment, l’HQM no
disposa d’un tractament etiològic o específic que hagi demostrat benefici.
S’ha de recomanar
cautela a les institucions sanitàries abans d’acceptar i finançar serveis i tractaments
sobre els quals no hi ha evidència que els sustenti.
Probablement és
impossible curar moltes de les persones afectades per l’HQM. Però mesures
profilàctiques poden evitar que més gent pugui patir-la. Endemés, la vida
diària d’aquelles que ja la pateixen pot ser millorada. És per això, que l’objectiu general més important ha de
ser limitar el risc d’exposició a substàncies químiques ja siguin en altes o
baixes concentracions.
Per tal de prevenir
l’HQM és important evitar l’exposició inicial. Cal posar especial atenció a
l’exposició a altes concentracions de substàncies químiques i també a
exposicions a dosis baixes repetides, sobretot en ambients habituals com el
domèstic o el lloc de treball. Una reducció
de la càrrega química hauria de ser també una fita per prevenir nous casos
d’HQM i la clínica dels afectats.
Finalment, és
important que tothom, com a consumidors, conegui quan estan sent exposats a
substàncies químiques i quines són aquestes. És per això que es considera
rellevant incrementar els esforços en les àrees següents: reducció general de
l’ús diari de substàncies químiques, de substàncies volàtils i aerosols, i de
l’ús de pesticides i biocides.
És possible que la
sensibilitat química s’afegeixi a l’impacte sobre la salut que tenen altres
tipus de sensibilitat com les ones electromagnètiques, o les infeccions
repetides, resultant en una potenciació de la càrrega tòxica total tolerable
per l’individu.
L’HQM apareix com a comorbiliditat
en moltes altres malalties d’origen inflamatoriinmunològic. És important que el
col·lectiu mèdic es familiaritzi amb els seus símptomes per poder detectar
precoçment els casos i evitar un empitjorament evolutiu.
La cosa no acaba aquí. Consultando el Canal Salut de la web de la Generalitat, se describe un tratamiento
para la Sensibilidad Química Múltiple, del que pego la parte opuesta a la
incluida en el informe del toxicólogo (incluyo el enlace también).
Tractament
En no conèixer bé les causes
de la sensibilitat química múltiple, no es disposa de cap tractament específic.
Per això, les intervencions terapèutiques han d'anar encaminades a la millora
de la simptomatologia i de la qualitat de vida.
En la SQM és molt important
la implicació del pacient en el control de la seva malaltia. Cal evitar reexposicions als productes
als quals s'ha perdut la tolerància, per mínima que sigui. Per això, cal
modificar els hàbits de vida diària i seguir les recomanacions
següents:
·
Millorar la ventilació i aireig dels domicilis.
·
Evitar ambients humits.
·
No exposar-se a ambients irritants (gasos, fums).
·
Consumir aliments ecològics.
Sobre
la terapia cognitivo-conductual recomendada en el informe del toxicólogo del
Hospital Clínic, decir que se basa en la hipótesis pavloviana no demostrada, así como tampoco existen
evidencias científicas publicadas creíbles acerca de la eficacia e inocuidad de
la “supuesta” terapia. Por citar un artículo de síntesis donde esto queda bien expresado,
les indico el único que el propio toxicólogo del Hospital Clínic refiere dentro
del apartado de Bibliografía del
mismo informe que me hizo llegar sobre mí diagnóstico. Es decir, un artículo de
revisión que cuenta precisamente con la autoría del jefe de la Unitat d’Expertesa de SQM del Hospital Clínic (J.
Fernández-Solà):
Nogué Xarau, S; Dueñas
Laita, A; Ferrer Dufol, A; Fernández Solà, J. 2011. Sensibilidad Química
Múltiple. Med Clin (Barc).
136(15):683-7.
¿Se
lo leyó el toxicólogo del informe algún día con atención y supo entender lo que
leía? Si su opinión es de desacuerdo con los autores del artículo ¿Por qué razón
lo contraviene indicando justamente lo opuesto y citando el mismo artículo como
única referencia del apartado de Bibliografía? Sinceramente, son misterios inescrutables
que no alcanzo a comprender.
Salvando
estos interrogantes, quedan otros más cruciales ¿Existe en el mundo algún artículo científico publicado en una revista
indexada que demuestre claramente que la terapia cognitivo-conductual es eficaz
para tratar a los enfermos de SQM y que no supone riesgos? ¿Está aceptada esta
terapia por la comunidad científica como exenta de riesgos para los enfermos de
SQM y a la vez eficaz para su enfermedad?
Hagan
un esfuerzo en la búsqueda bibliográfica y verán que la respuesta es NO.
De
todo ello un enfermo inteligente podría casi interpretar unos matices de
sadismo y humor negro. Divertido: recomienda una terapia peligrosa para un enfermo de SQM, además al estilo self-service,
sin concretar pautas de exposición, sin monitorización profesional ni
vigilancia por parte del sistema sanitario durante las pruebas de exposición
por las presumibles reacciones (convulsiones, insuficiencias respiratorias,
etc.). Uno, aun pensando bien, llegaría a la conclusión de que lo quieren
jubilar forzosamente de la peor manera posible, pero cayendo la responsabilidad
en uno mismo, no vaya a ser que salpique al personal sanitario público y la
sanidad pública catalana.
Una
conducta temeraria e imprudente en un profesional adscrito en toxicología de un
Hospital de la sanidad pública que además es hospital universitario…como
ciudadano me avergüenza profundamente.
Igualmente,
vergonzoso es que dicho profesional contradiga los documentos que exhibe la
administración para la que trabaja (la Generalitat) y otros estatales. Deduzco
que un profesional del sistema sanitario catalán puede entonces adoptar la
anarquía o la acracia como doctrina en el ejercicio de su función pública. Esta
hipótesis se sustenta también en la falta de respuesta por parte de la
Generalitat a las reclamaciones presentadas el año pasado por mí mujer sobre la
respuesta por escrito de otro doctor del mismo Hospital Clínic que se negaba a
visitarme, contraviniendo una Resolución
de la Generalitat y el Pla Operatiu per l’atenció dels afectats per SSC…ilusos
de nosotros, aún estamos esperando una respuesta.
Paso a otro de los fragmentos del informe del toxicólogo del Hospital
Clínic.
“La SQM es un proceso crónico,
y aunque no comporta ningún riesgo vital, reduce notablemente la calidad de
vida de los pacientes al limitar su presencia en determinados ambientes
laborales y cotidianos.”
Esta
afirmación rotunda “no comporta ningún
riesgo vital” me parece escandalosa cuando las crisis respiratorias por
ejemplo son otro de los problemas que sufren los enfermos recurrentemente
cuando se exponen a tóxicos. Es comúnmente conocido que bastantes acaban
requiriendo atención en urgencias por la insuficiencia respiratoria, desmayos,
convulsiones, etc.
Otra
afirmación al estilo “brindis al sol” incluida en el informe del toxicólogo del
Hospital Clínic que no es cierta y contraviene lo conocido hasta ahora es la
siguiente:
“En cuanto al tratamiento farmacológico que pudiera precisar, tiene el
mismo riesgo que la población general de presentar reacciones alérgicas a
anestésicos o a cualquier otro fármaco.”
Como
mencionaba anteriormente, diversos estudios científicos han señalado una
relación entre alergias y SQM, con una estima de prevalencia de SQM más alta
entre pacientes alérgicos que en los no alérgicos. Por ejemplo, en este sentido
recomendable leer Jeong et al.
(2014):
Jeong,
I., Kim, I., Jung Park, H., Roh, J., Park, J-W. & Lee, J-H. 2014. Allergic Diseases
and Multiple Chemical Sensitivity in Korean Adults. Allergy Asthma Immuno. Res. 6 (5).
Por
otro lado, es bien conocido que los enfermos de SQM tienen reacciones adversas
a fármacos, y por lo tanto, es conveniente adoptar la prudencia y cautela nuevamente,
y no lanzarse en plancha a una piscina en la que no se sabe si hay o no agua.
Para muestra de prudencia y sensibilidad, hay dos documentos donde hacen gala
de esa experiencia y sensibilidad necesarias:
Protocolo de Atención a Enfermos de Sensibilidad
Química Múltiple en Centros de Atención Primaria y en Centros o Servicios de
Atención Especializada. Asociación de
Afectados por Síndrome de Fatiga Crónica y Síndrome de Sensibilidad Química
Múltiple de la Comunidad de Madrid. (Autora: Dra. Mar Rodríguez Jimena,
Atención Primaria Servicio madrileño de salud).
En
la página 10, letra E) Realización de Técnicas sanitarias y/o Administración de
tratamientos, encontraran información al respecto. Los fragmentos referentes
están disponibles debajo de esta línea.
· Entre los desencadenantes
sintomáticos más frecuentemente relacionados por este colectivo de enfermos,
figuran los contenidos en los siguientes productos:
Perfumes, fragancias y
colonias.
Productos de aseo: gel,
champú.
Productos para el cabello:
espuma, fijador, acondicionador, laca.
Productos cosméticos: cremas,
lociones, desodorantes, etc.
Detergente y suavizante para
la ropa.
Todo tipo de ambientadores.
Productos de limpieza: friegasuelos,
lavavajillas, limpiadores multiusos, limpiacristales, quitagrasas, etc.
Pinturas, barnices, colas,
disolventes.
Todo tipo de productos en
spray.
Tinta de periódicos y
revistas.
Humo de tabaco, de barbacoa o
de la combustión de productos derivados del petróleo.
Combustibles: gasóleo,
gasolina, butano, propano, etc.
Amalgamas dentales (mercurio).
Excipientes, conservantes y aditivos utilizados
para la elaboración de medicamentos y suplementos.
Ondas electromagnéticas.
· Estos pacientes presentan, además de una limitada
capacidad de detoxificación, sensibilidad, hipersensibilidad o intolerancia a
múltiples sustancias o compuestos químicos, incluidos muchos fármacos
(principios activos o excipientes), por lo que se aconseja consultar la historia
clínica del paciente, los informes de que disponga o bien, si es posible, al
propio paciente o familiares, y solicitar su consentimiento antes de
administrarle cualquier medicación o técnica médica o de Enfermería.
· En caso de sutura o punción, la preparación y
desinfección de la zona corporal se realizará con la solución antiséptica que
el paciente, en base a experiencias previas, mejor tolere: agua oxigenada,
alcohol, povidona yodada rebajada, etc.
· Se evitará la utilización de apósitos plásticos o
con gran contenido en pegamentos, sustituyéndolos por los de papel.
Protocolo de Sensibilidad Química Múltiple en
las Unidades de urgencia hospitalaria. Consejería de Sanidad de la Comunidad de
Madrid (05 marzo de 2018). En la página 2 y
en un apartado específico de la página 6 “Medicación”, hace mención hacía la
susceptibilidad clara de los enfermos de SQM. Los fragmentos referentes
están disponibles debajo de esta línea.
Aprovechando
la ocasión, hago constar que la sanidad pública catalana no dispone de
protocolo para atender a un enfermo de SQM en urgencias ni en ningún otro tipo
de servicio. Lo único que existe son unas recomendaciones no vinculantes, y de
poca utilidad.
Acabando
este apartado del informe, el último párrafo contradice las aseveraciones
rotundas que el mismo doctor que figura como autor del informe ha ido
desgranando previamente.
“En el caso de precisar una hospitalización, se deberán seguir una serie
de medidas orientadas a evitar en lo posible, y dentro de las posibilidades de
cada centro, la exposición del paciente a los agentes desencadenantes más
típicos, como son los productos de limpieza, ambientadores, colonias y
perfumes.”
En
resumen, al paciente no le pasa nada por exponerse a tóxicos en casa o fuera
del hospital pero en caso de que vaya a un hospital se debe evitar la
exposición…por si acaso, no fuera a ser que le pase algo y la responsabilidad recaiga
en el servicio sanitario.
Observaciones
“Respecto al efecto que las
ondas electromagnéticas puedan tener en sus síntomas, no es posible hacer
ninguna recomendación al respecto, dado que no se estudia este fenómeno en esta
consulta.
Realizará un seguimiento anual
de la SQM en esta consulta.”
En
cuanto a la electrohipersensibilidad, llevo meses esperando que algún
profesional se ocupe de esta otra patología que forma parte de la comorbilidad
de los afectados de SQM. Hasta ahora, nadie me ha visitado en este sentido, no
tengo diagnóstico. El problema no acaba aquí, sino que no se me han realizado
pruebas de alergias, ningún especialista se ha ocupado de mis problemas
intestinales, ni de los oftalmológicos, etc. Todo aquello que se explica en el Pla operatiu d’atenció a les persones
afectades per les síndromes de sensibilització central relativo al
diagnóstico y tratamiento multidisciplinar de la comorbilidad asociada, no se
cumple en absoluto.
El
seguimiento de la SQM en una Unitat d’Expertesa en SQM se reduce a 1 visita
anual, algo que me parece una falta de atención en toda regla con unos enfermos
que sufren una compleja y grave enfermedad con muchas patologías asociadas.
A
lo largo del informe y dadas las contradicciones, aseveraciones rotundas sin
base, entreveo casi que una intención dogmática de expresar unas ideas personales
diríase que casi prejuiciosas no sustentadas de forma sólida en la literatura
científica publicada, con el agravante de ser hasta peligroso para la salud de
un enfermo de SQM de grado III-IV.
Ante
las aún grandes lagunas existentes en el conocimiento de esta enfermedad y dada
la gravedad, fragilidad y vulnerabilidad del estado de salud de los afectados
por SQM en grado 3 y 4, un profesional de la salud por encima de todo está
obligado a ser prudente y cauteloso en el manejo, en el diagnóstico del enfermo
y en la redacción de informes también.
Expreso
mi más enérgico rechazo al contenido de un informe incompleto, imprudente y que
contraviene documentos oficiales y el conocimiento disponible en la actualidad.
Exijo un informe de acuerdo a la dignidad de un ciudadano enfermo, sin intentos
de imponer dogmas.
Por
todo lo enunciado, no puedo confiar en un doctor que a tenor de lo expuesto es
difícil considerar que actúe en este caso de acuerdo con el principio básico
asistencial que tiene imperativamente que regir cualquier medicina:
PRIMUN
NON PROCERE
Acabo
haciendo hincapié en que antes de redactar y registrar esta larga queja,
manifesté mi desacuerdo con el contenido del informe por correo electrónico al
doctor X. Otro detalle adicional es que le hice saber mí intención de registrar
una reclamación por parte del contenido hace semanas atrás y como no ha habido
ninguna rectificación, finalmente he decidido dar este paso.