domingo, 14 de marzo de 2021

Belthirul-F, abejas y mariposas

 

Una mariposa de los cardos (Vanessa cardui) posada en un lugar de cría y migración de los Pirineos. Este lepidóptero realiza cada año migraciones que le llevan desde África al norte de Europa.

Hablaba estos días con un apicultor del Pirineo catalán preocupado por la gran mortalidad de abejas que había sufrido este invierno: había perdido prácticamente todas las colmenas. Durante décadas ha estado cuidando de sus abejas y los años con gran cantidad de nieve y temperaturas muy bajas había experimentado más pérdidas de lo normal. Este año se mostraba extrañado porqué el invierno había sido suave y con escasa nieve. Me subrayaba que, pese a ello, incluso este año las pérdidas habían sido notablemente más elevadas que las de un invierno con rigores climatológicos más extremos.

Él estaba escamado porqué el pasado otoño los de la Generalitat de Catalunya estuvieron fumigando para la procesionaria con el Belthirul-F en la zona donde tiene las colmenas.

 

He estado haciendo unas búsquedas en Google por si existieran quejas en esa dirección últimamente. La verdad, no he encontrado nada, aunque no descarto que puedan haber existido entre los apicultores más pérdidas fuera de lo normal y que otros sospechen del Belthirul-F. Llegar al punto de certeza sobre cuestiones de este tipo requiere un trabajo científico focalizado en la casuística que provocó la mortalidad de las abejas y, la verdad, mi experiencia es que cuando hay mortalidades de abejas raro es que se profundice en ello La administración pública no tiene interés y si se arremangara yo al menos tendría serias dudas sobre la imparcialidad científica cuando existen intereses económicos mayores y opuestos.

 

Picado por la inquietud, decidí seguir buscando en Google, centrado esta vez en trabajos científicos que abordaran la posible incidencia sobre la abeja de la miel (Apis mellifera) de los insecticidas que cómo el Belthirul-F están basados en diferentes cepas de la bacteria Bacillus thuringiensis.

 

Raro, raro, raro

Al ser tan sumamente importante la acción de los diferentes polinizadores (mariposas, abejas, coleópteros, etc.) en un principio sería plausible contar con una buena colección de artículos científicos que profundizaran en el efecto o no de los distintos insecticidas basados en el Bacillus thuringiensis. Al fin y al cabo, frutas, verduras, hortalizas y sus derivados, incluidos los animalicos que nos comemos, existen gracias a los polinizadores…pensemos en que una parte importante de la dieta de los animales de granja provienen de los alimentos polinizados por abejas, abejorros, etc. Casi todo lo que comemos y hasta otros bienes de consumo son posibles por la acción de estos invertebrados.

 

Entre los polinizadores, la abeja de la miel, al ser una especie domesticada y originarse una actividad económica derivada de sus productos elaborados, el interés de la sociedad hace que sea vista con otros ojos en comparación a sus primas, las abejas silvestres solitarias u otros polinizadores puramente silvestres. Antes de entrar en materia quería subrayar que en un único espacio natural protegido de la región mediterránea puede convivir varios centenares de especies de abejas silvestres solitarias, absolutamente indispensables para la supervivencia de la flora y la fauna autóctonas, y de rebote polinizadoras clave en las producciones agrícolas. La abeja de la miel es importante y más aún las olvidadas abejas silvestres solitarias.

 

Bien, después de buscar en Google, comprobé que el buscador sólo me ofrecía un singularmente reducido número de publicaciones cuyo objeto fuera investigar la existencia/ausencia de efectos de los insecticidas citados en la abeja de la miel. Tampoco nos tiene que sorprender demasiado. Después de todo, una peculiaridad de la industria de los pesticidas es la escasa investigación y su baja calidad en cuanto a los efectos perniciosos sobre la salud humana y el medio ambiente. Los resultados alarmantes acaban saliendo al cabo de años, hasta décadas después, provenientes de investigadores independientes que se mantienen en el filo de la navaja con su postura inquebrantable de contribución al bienestar común, y no al de las empresas privadas.

 

Vamos a los datos publicados…

 

¿No daña a las abejas?

Advierte la ficha técnica sobre Belthirul-F del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en el apartado de Mitigación de riesgos ambientales:

 

Según el Real Decreto 1311/2012, de 14 de septiembre, por el que se establece el marco de actuación para conseguir un uso sostenible de los productos fitosanitarios, en el ANEXO VI-Condiciones generales para la realización de las aplicaciones aéreas, punto 6-Realización del tratamiento, se indica: “No se aplicarán productos fitosanitarios por medios aéreos sobre núcleos urbanos o masas de agua (ríos, lagunas o embalses), asentamientos apícolas ni cultivos ecológicos no objeto de tratamiento, dejando a su alrededor una franja de seguridad mínima de 100 metros en la cual no podrá realizarse ningún tratamiento por medios aéreos”.

 

Las empresas que fabrican los insecticidas basados en Bacillus thuringiensis explotan distintas variedades y cepas de esta bacteria. A continuación, describo una síntesis de evidencias relevantes extraídas de los pocos artículos científicos que he podido encontrar al respecto de los efectos de estos insecticidas sobre la abeja de la miel, abarcando distintas cepas y variedades…incluida la variedad y cepa específica empleada en Belthirul-F.

 

Un trabajo muy reciente, Libardoni et al. (2021), llevó a cabo tres ensayos basados en la exposición de las abejas, por contacto y por ingestión, de tres cepas diferentes del Bacillus thuringiensis. Evaluaron entonces la longevidad de las abejas entre 1 y 120 horas. Una de las cepas provocó una longevidad reducida en las abejas cuando se las expuso al rociado. Sometidas al contacto, otra cepa originó también una reducción en la longevidad. Con la prueba de ingesta, las tres cepas indujeron una reducción en la longevidad, con unos valores muy similares (64,5 horas, 64,5 horas y 60,0 horas).

 

Libardoni et al. (2021) encontraron que el tratamiento con Xentari (uno de los insecticidas con Bacillus thuringiensis) disminuyó la capacidad de vuelo de las abejas obreras de 24 h en el ensayo de desplazamiento vertical; alcanzaron alturas de vuelo más bajas y tuvieron dificultades para alcanzar la fuente de luz en la parte superior de la torre. Sobre este particular los autores hacen constar en el artículo que las abejas melíferas más jóvenes son más sensibles a la exposición a productos dando lugar a un efecto en el comportamiento de vuelo. Por ejemplo, se han descrito efectos más graves en el comportamiento de vuelo de las abejas melíferas para el benzoato de metilo (Zhu et al. 2019), imidacloprid (Hesselbach et al. 2020), piriproxifeno, clorantraniliprodo y azadiractina (Gomes et al. 2020). En esta línea, Libardoni et al. (2021) señalan los cambios en el comportamiento de vuelo que influyen en la recolección de polen y néctar, afectando todo el desarrollo de la colonia, así como la polinización de los cultivos circundantes.

 

D'Urso et al. (2017) describieron cambios en el intestino de las abejas 96 horas después del tratamiento con B. thuringiensis. Brighenti et al. (2007) constataron en laboratorio que el insecticida cuyo nombre comercial es Dipel®PM, que utiliza Bacillus thuringiensis var. Kurstaki, era tóxico para los adultos de Apis mellifera cuando se roció en las obreras y cuando estas lo ingerían. Brighenti et al. (2007) hallaron que Dipel® PM a una concentración de 0.5 g 100 mL-1 (la dosis comercial) causaba una mortalidad significante (52,4% de las abejas en un experimento de 96 horas) cuando se rociaba a las obreras adultas.

 

Fijaos que las investigaciones exploran los efectos a lo largo de unas horas, unos pocos días, pero ciertos efectos agudos es posible que aparezcan a largo plazo en el epitelio intestinal de las abejas que han ingerido el producto, sin que haya un aparente impacto en la mortalidad durante el tiempo que dure el muestreo. Es decir, se pueden pasar por alto otras alteraciones fisiológicas que son dañinas para las abejas (D’Urso et al 2017; Renzi et al. 2016) lo cual es una consideración que apreciará cómo obvia cualquier persona mínimamente inteligente.

En el caso particular de la empresa comercializadora en España del Belthirul-F, esta nos aclara que no actúa sobre una única especie, sino que afecta en global al grupo de mariposas, y al grupo de los coleópteros (escarabajos), dípteros e himenópteros (abejas, avispas, etc.). Por lo tanto, quién avisa no es traidor. El enlace en el que podréis leerlo:

https://www.probelte.es/noticia/es/mejores-productos-insecticidas-de-probelte/133

 

Al poner la atención en la aplicación forestal aérea, el único estudio publicado que he encontrado que profundiza en el impacto de Bacillus thuringiensis var. Kurstaki sobre la abeja de la miel es una investigación basada en un método de valoración indirecto. El artículo científico se llevó a cabo en Ibiza y se publicó en una revista científica de bajo impacto científico (no llegaba al 1 en fecha del artículo): Spanish Journal of Agricultural Research. Dicho artículo de Leza et al. (2014) medía el impacto mediante el estudio del desarrollo de las crías en las colmenas. El método consistía en la toma de fotografías de las colmenas para que después, atención, un programa informático interpretase a través de esas imágenes la ocupación de las celdas de cría con relación al total de la superficie.

 

La investigación de Leza et al. (2014) comparaba con ese método el desarrollo de las crías en 8 colmenas: 4 localizadas en una zona control (sin tratamiento del plaguicida) y otras 4 situadas en una zona experimental (con tratamiento). La separación entre ambas fue de 10 kilómetros. El estudio no incorporó en el análisis estadístico ni en el método ninguna caracterización de variables ambientales ni a micro ni a macroescala y, por lo tanto, hay un sesgo importante. Me explico. La disponibilidad de flores (de alimento) en los alrededores de la zona control y la experimental pudo ser bien diferente y esto influir en los resultados de la reproducción de las abejas. Al no tenerse en cuenta, imaginemos que la disponibilidad de flores hubiese sido muchísimo más alta en la zona tratada que en la no tratada…eso nos llevaría a un resultado no representativo del efecto o no del tratamiento.

 

Por último, Leza et al. (2014) no medía la toxicidad directamente sobre la fisiología de las crías o de las abejas adultas, con lo que los posibles efectos, a mí juicio, fácilmente es plausible que puedan quedar enmascarados. Al margen de todo esto los autores actuaron con humildad y aclararon que sus resultados solo sugerían que el producto no afectaba al desarrollo de las crías de las abejas de la miel y conscientes del conocimiento existente acabaron diciendo que se requerían más estudios de campo para determinar un uso seguro del Bacillus thuringiensis var. Kurstaki en el manejo de las plagas forestales.


Y ¿Qué pasó? El número de artículos científicos que exploran los posibles efectos adversos sobre la abeja de la miel es muy reducido y en muchos de ellos se acaba concluyendo que se necesita más investigación al respecto. Sin embargo, careciendo de la certeza científica suficiente y conociéndose evidencias científicas alarmantes se ha adoptado esta medida masivamente en España en el manejo de las plagas forestales.

 

Nuevamente, gracias políticos.

 

¿No daña a las mariposas?

Una solución de entre 0,5% y 1% de Bacillus thuringiensis kurstaki fue letal para la mitad de las larvas de la Migradora de los cardos o Vanesa de los cardos (Vanessa cardui) en 48 horas (Stalter et al. 2000).

Una mariposa en peligro de extinción (Lycaeides melissa samuelis), del grupo de los licénidos, se demostró que era susceptible fenológica y fisiológicamente al Bacillus thuringiensis kurstaki empleado para la eliminación de una polilla (Lymantria dispar), alcanzando tasas de mortalidad de entre 73-86% en la investigación (Herms et al. 1997).

Tras horas de búsqueda y lectura de bibliografía al respecto del Bacillus thuringiensis estoy intrigado. Los métodos de control de plagas basados en esta bacteria lo anuncian cómo una solución para plagas de distingos grupos de invertebrados. Paradójicamente, a su vez se le describe cómo seguro o con un efecto negativo despreciable para especies no nocivas de esos mismos grupos de invertebrados, las que no son objetivo del control con el plaguicida.

No lo entiendo.

Francamente, lo considero un enigma.

Lo cierto es que a veces una especie emblemática es capaz de ponerlo todo patas arriba, y pasó esto con un bichejo. En efecto, hubo y hay tremenda controversia pública sobre el impacto de los métodos de control de plagas basados en el Bacillus thuringiensis sobre la bella mariposa monarca (Danaus plexippus) en Norteamérica. Y ni aún así se ha avanzado, se sigue retrocediendo.

Por encima de cualquier consideración, en global, de todas formas, observo una carencia de investigación en esta línea. Se sabe bien poco sobre el impacto en muchos de los invertebrados porqué los bichejos interesan bien poco, la ignorancia de la sociedad. Gran parte de la investigación focalizada en el efecto de esos productos sobre la biodiversidad, además, cosa curiosa, se ha desarrollado con los cultivos transgénicos ¿Qué tiene que ver esto con el Bacillus thuringiensis?

Puede que nos falte conocer una pieza importante de todo el rompecabezas con el fin de obtener la imagen final. Hacía finales de los años 80 Monsanto (la sana empresa que fagocitó Bayer) logró incorporar al genoma del maíz una proteína del Bacillus thuringiensis que es tóxica para las mariposas. El cultivo de maíz transgénico que incorporaba esa proteína se popularizó y hoy en día, gracias a la fantástica Unión Europea también lo disfrutamos en nuestros campos y platos. Son los llamados maíces BT (de Bacillus thurigiensis)…cómo el Mon 810.

No creo que esté al alcance de un ciudadano normal entender de cuanta pasta hablamos. Preferimos pensar que todo es correcto y si deciden por nosotros mejor así, no vayamos a ser infelices.

 

La procesionaria en Catalunya en el 2021

Quizá la valoración que lleva a cabo la Generalitat sobre la efectividad del tratamiento sea a ojímetro. No puedo juzgarlo porqué los datos y el método no los encuentro en ningún lugar. En sí, constituye algo grave porqué se están gastando ingentes cantidades de pasta pública en un método que ellos dicen que es eficaz pero no nos lo demuestran.

Cierto es que recorro zonas del Pirineo y prepirineo tratadas en otoño del 2020 para la procesionaria con el tratamiento a partir del Bacillus thuringiensis kurstaki ¡¡Están infectadas de orugas de la procesionaria!! ¿Cómo puede haber pasado con ese magnífico tratamiento que tanta pasta nos costó y que tantísimos medios catalanes anunciaron a bombo y platillo?

El Belthirul-F es una opción válida en tratamientos agrícolas, un método mucho más apropiado que los plaguicidas drásticos. Estoy de acuerdo. El error viene del enfoque. El enfoque de los políticos de ERC y Junts pel Si en Catalunya ha sido considerar vastas extensiones de ecosistemas forestales, estén o no protegidos a escala europea, cómo simples terrenos de cultivos de pinos. Es así, ellos contemplan las montañas cómo fábricas de pinos, alcornoques, encinas, robles, etc. Con esta cosmología planificaron el tratamiento cubriendo comarcas enteras. Es la ignorancia supina y el desprecio más absoluto por la biodiversidad, por la conservación de la naturaleza y a su vez por la salud de las personas, atendiendo a que la propia ficha técnica del producto indica su potencial de ejercer problemas de salud en las personas.

Existe un detalle más sobre la diferencia entre aplicar el tratamiento de forma controlada y precisa en un pequeño lugar, con un método terrestre, y la aplicación aérea a granel. Decía el apartado 11.3 del Anexo a la resolución AAR/2504/2020, del 10 de octubre, por la que se aprueba el Plan de aplicación aérea para el control de la procesionaria del pino para la campaña del año 2020 (Departament d’Agricultura, Ramaderia, Pesca i Alimentació, Generalitat de Catalunya):

 

“El tratamiento se realizará siempre de acuerdo las buenas prácticas de los tratamientos aéreos establecidas a nivel internacional o nacional, y en las condiciones meteorológicas adecuadas, de forma que, si estas empeoran de forma significativa, se suspenderá el tratamiento hasta que se restablezcan las condiciones adecuadas. Por esta razón, los directores de los trabajos comprobaran en la zona de trabajo antes de cada vuelo que la velocidad del aire sea inferior a 3 metros por segundo (10 km/hora) y que las condiciones de temperatura (siempre menor de 30º) y humedad sean adecuadas para el tratamiento”.

 

En áreas de montaña un viento inferior a 10 kilómetros por hora es una utopía, al existir los vientos de ladera y demás que están todos los días activos. La fumigación de grandes extensiones de terrenos requiere horas y horas de trabajo aéreo, y viajes continuos al punto en el que se recarga el vehículo del producto, que son aeródromos concretos situados a grandes distancias del sector a fumigar. En resumen, esa medida proclamada en el plan queda muy bien escrita pero la realidad nos dice que no se cumple. Esto nos indica que una fumigación área homogénea del terreno no es factible. Además, precisamente, al tratarse de una fumigación aérea con vientos de ladera y otros, todo ello provocará que el producto pueda acumularse en sectores concretos. Este último factor cuestiona el cumplimiento de la dosificación correcta, la indicada por el fabricante.

 

En otras palabras, para bien o para mal la precisión en la dosis y su alcance son dudosos.

Por añadidura, el impacto sobre la biodiversidad se escapa al medido en laboratorio con la dosis aconsejada.

Ahora bien, me pregunto que pasará en Catalunya en el 2021. Si el pacto entre ERC, Junts pel Si y la CUP se ultima, y acaban gobernando juntos o dando la CUP apoyo desde fuera ¿Se seguirán aplicando esos tratamientos?

En el anterior post de Perro Verde sobre el Belthirul-F (18 de octubre de 2020) os colgué un manifiesto en contra del tratamiento de la plaga de la oruga del alcornoque con Bacillus thuringiensis kurstaki firmado por científicos catalanes, asociaciones y por tres diferentes secciones municipales de la CUP (Sant Celoni, Tordera y Vallgorguina).

Las personas ilusas que todavía esperamos una mínima coherencia de los políticos consideramos plausible que la CUP tenga suficiente dignidad cómo para imponer una exigencia ambiental, de salud y de buen uso de los recursos públicos adaptada a la idea de país avanzado. Muchos esperamos que fuercen a dar marcha atrás al tratamiento masivo con Belthirul-F de montañas enteras de ecosistemas forestales.

En relación con la persistencia en el medio del Bacillus thuringiensis kurstaki un artículo científico (Van Cuyk et al. 2011) describe que al menos en entornos urbanos persiste hasta 4 años después de la aplicación.

La peor noticia es que la persistencia y resiliencia de los políticos peligrosos es ilimitada.

 

 

Bibliografía citada


Brighenti, D. M.; Carvalho, C. F.; Carvalho, G. A.; Brighenti, C. R. G.; Carvalho, S. M. (2007) Bioatividade do Bacillus thuringiensis var. kurstaki (Berliner, 1915) para adultos de Apis mellifera Linnaeus, 1758 (Hymenoptera: Apidae). Ciência e Agrotecnologia, Lavras, 31 (2).

 

D'Urso, V. et al. (2017) Observations on midgut of Apis mellifera workers (Hymenoptera: Apoidea) under controlled acute exposures to a Bacillus thuringiensis-based biopesticide. Apidologie, 48.

 

Gomes, I. N., Vieira, K. I. C., Gontijo, L. M. & Resende, H. C. (2020) Honeybee survival and flight capacity are compromised by insecticides used for controlling melon pests in Brazil. Ecotoxicology, 29.

 

Herms, C.P; McCullough, D. G. ; Bauer, L. S. ; Haack, R. A. ; Miller, D. L. ; Dubois, N. R. (1997) Susceptibility of the endangered Karner blue butterfly (Lepidoptera: Lycaenidae) to Bacillus thuringiensis var. kurstaki used for gypsy moth suppression in Michigan. The Great Lakes Entomologist, 30(4).

 

Hesselbach, H., Seeger, J., Schilcher, F., Ankenbrand, M. & Scheiner, R. (2020) Chronic exposure to the pesticide flupyradifurone can lead to premature onset of foraging in honeybees Apis melliferaJ. Appl. Ecol. 57.

Leiza, M. M., Llado, G., Petro, A. B. & Alemany, A. (2014) First field assesment of Bacillus thuringiensis subsp. kurstaki aerial application on the colony performance of Apis mellifera L. (Hymenoptera: Apidae). Spanish Journal of Agricultural Research, 12 (2).

 

Libardoni, G., Neves, P.M.O.J., Abati, R. et al. (2021) Possible interference of Bacillus thuringiensis in the survival and behavior of Africanized honey bees (Apis mellifera). Sci Rep., 11.

 

Stalter, R., Nadal, G. & Kincaid, D. (2000) Toxicity of Bacillus thuringiensis var. Kurstaki to the Painted Lady Butterfly, Vanessa cardui. The American Biology Teacher, 62 (3).

 

Van Cuyk S, Deshpande A, Hollander A, Duval N, Ticknor L, Layshock J, Gallegos-Graves L & Omberg K. (2011) Persistence of Bacillus thuringiensis subsp. kurstaki in urban environments following spraying. Appl Environ Microbiol, 77 (22).

 

Zhu, Y. C., Wang, Y., Portilla, M., Parys, K. & Li, W. (2019) Risk and toxicity assessment of a potential natural insecticide, methyl benzoate, in honey bees (Apis mellifera L.). Insects, 10.


domingo, 7 de marzo de 2021

El polvo del Sáhara

 

La culpa de la contaminación de los últimos días es el polvo del Sáhara.

No son las industrias, no son los coches, ni la estupidez humana.

 

Repetid conmigo:

Es el polvo del Sáhara.

¿El polvo del Sáhara? Lo peor.

 

En TV3 los de la previsión meteorológica han ido narrando sin parar a lo largo de días y días esto de los niveles altos de contaminación debido al fastidioso viento del sur que arrastra el polvo del Sáhara. El paisaje estaba enturbiado, la visibilidad era muy mala y los que tienen problemas pulmonares u otros relacionados con la contaminación lo han notado a base de bien. Con las precipitaciones (lluvia y nieve) notamos que el suelo quedaba manchado de ese polvo.

 

Ya es mala leche la del polvo del Sáhara venir desde tan lejos, a 2000 kilómetros de distancia, atravesando el mar y todo, hasta Catalunya. Pero si siempre ha habido gente en el Sáhara, conviviendo incluso con las tormentas de arena y manteniéndose saludables.

 

¿Es tan malo el polvo del Sáhara?

 

No sé, los saharauis se mueren antes de tiempo…pero ¡Ay no! que es por la represión de los marroquíes y la connivencia de los países occidentales. Entonces ¿Por qué es tan malo el polvo del Sáhara?

 

El polvo del Sáhara no venía solo, se había buscado un colega, el Cesio 137, un residuo radioactivo. El cesio 137 se origina a través de una fisión nuclear, básicamente a partir de la explosión de una bomba nuclear o de la actividad de un reactor en una central nuclear. Los que han confirmado el hallazgo en esta ocasión han sido los de la Asociación ACRO (Asociación Francesa por el Control de la Radioactividad en el Oeste) aunque es algo que diferentes muestreos de diferentes latitudes habían reflejado desde años atrás.

 

ACRO relaciona la aparición del Cesio 137 con los ensayos nucleares que Francia realizó en el desierto argelino durante la década de los 60…otro ejemplo más de la persistencia de las subnormalidades de la especie inteligente.

 

Eso sí, nos dicen que no nos preocupemos, son niveles muy bajos que no nos harán daño, el cuento habitual. Todo es inocuo, siempre, la creciente incidencia del cáncer y otras enfermedades emergentes es mala suerte.

 

Mi forma de entender la vida me obliga a encender la alarma cuando noto que intentan bombardearme repetitivamente con una argumentación y además veo que son pesados hasta la saciedad no en un canal de televisión sino en varios a la vez, y en periódicos, radios, etc. Entonces igual que les ocurre a otros conspiranoicos, se me posa la mosca detrás de la oreja.

 

En esta ocasión ponen el acento en el cesio 137 apuntando a la procedencia de unas pruebas nucleares de hace décadas…los autores del desaguisado o están muertos o les queda poco, y la culpa queda diluida en el tiempo. La certeza del origen del cesio 137, según la prensa y demás, son las bombas, nadie flirtea con una sombra de duda al respecto.

 

El cesio 137 también es un residuo de las centrales nucleares y lo que pasa o no pasa en el Magreb, en el norte de África, es tan transparente cómo lo pueda ser el Sáhara después de una tormenta de arena ¿Acaso no existen noticias que ilustran cómo ciertos países envían sus residuos radioactivos a África? También se sabe que Francia al acabar sus ensayos nucleares enterró los residuos en lugares secretos en Argelia que no revela ni tan siquiera al gobierno de este país. De forma que ese nivel de seguridad que vemos en el conjunto de noticias sobre el origen del cesio 137 que transporta el polvo del Sáhara…tiene margen para ser una historia incompleta.

 

Y hay más, mucho más. El cesio 137 no es el único que se sube al polvo del Sáhara. Cualquiera que use la cabeza para algo más que llevar gorra es capaz de comprender que hay infinidad de partículas contaminantes con capacidad de adherirse al polvo, o de ser transportadas simplemente por el viento. El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha estudiado la composición del polvo desde hace tiempo en las islas canarias donde sufren con gravedad su impacto ambiental. Según sea el recorrido previo que haya hecho el viento por los países más cercanos del norte de África (Marruecos, Argelia y Túnez) puede contener unos u otros contaminantes artificiales (metales pesados, etc.). La parte escabrosa es que el viento recoge también las partículas de centrales térmicas que funcionan con carbón o las de las refinerías petroleras…es la parte que no debe ser mencionada en los espacios periodísticos de mayor impacto social. Por suerte, todavía es factible encontrar información más profunda en el periodismo más marginal, y os dejo una noticia:

 

Verónica Pavés. 4 de marzo de 2021. Lluvias de barro y calima: no solo polvo, también cesio 137, cromo y níquel. Verde y Azul.

 

https://verdeyazul.diarioinformacion.com/lluvias-de-barro-y-calima-no-solo-polvo-tambien-cesio-137-cromo-y-niquel.html

 

Los que viven en el norte de la península Ibérica reciben además una colección más completa de contaminantes, puesto que a su paso el viento sureño cargado del polvo del Sáhara habrá ido transportando lo que haya encontrado en su camino. No olvidemos las diferentes industrias petroquímicas repartidas de la punta del sur al norte más el resto.

 

Menos enredar y más informar.

 

Se ha hecho toda la vida




Al margen de la contaminación industrial, existe la asociada al sector primario y a la de la actividad cotidiana de los ciudadanos. A eso voy.

 

¿Cuántas veces habéis escuchado esa solemne frase “Se ha hecho toda la vida”? Forma parte del costumbrismo de determinados ambientes y personas con escaso cubicaje. Es un argumento rotundo y universal de apoyo a la involución.

 

La afición de quemar la basura, los restos vegetales, los márgenes arbustivos y arbóreos, los prados y cualquier cosa es algo muy atávico, conectado a la fascinación que nuestros antepasados prehistóricos debieron sentir cuando descubrieron que podían crear fuego. Tenemos móviles, el coche eléctrico, ordenadores, Netflix y tantos y tantos ingenios tecnológicos, pero cuando observo y escucho a algunos caigo en la cuenta de que la esencia de la prehistoria nos sale a chorros por los poros. 

 

En Cataluña, la obsesión de prender fuego se manifiesta todo el año, aunque se radicaliza a lo largo de febrero y marzo, justo antes de la prohibición general de hacer fuego en terrenos forestales que entra en vigor en mitad de marzo y acaba en octubre. A los adoradores del fuego les entra el síncope, la desesperación, les sale espuma por la boca; se acaba el mundo porqué se acerca la fecha de la prohibición genérica. Entonces, supongo que presos de una especie de estado de enajenación empiezan a quemar y quemar.

 

No obstante, en realidad, la Generalitat es sobradamente generosa concediendo lo que ellos llaman autorizaciones excepcionales con las que seguir dando rienda suelta al cambio climático entre el 15 de marzo y octubre. Recuerdo el año 2014 y 2015 las quemas de márgenes y restos de poda de frutales en la plana de Lleida a lo largo de la primavera; las autorizaciones eran más habituales que excepcionales a juzgar por la actividad crematoria, repartida a lo largo de kilómetros y kilómetros cuadrados de espacios naturales. Prendían fuego y se iban a otros campos, sin visión directa de las diferentes quemas, con altas temperaturas y viento. Luego pasa lo que pasa: incendios por lo que periodistas y administraciones públicas denominan “QUEMAS CONTROLADAS”.

 

¿Cuántos incendios o conatos al año se producen por las quemas?

¿Decenas?

¿Centenares?

 

Hacer fuego, quemar, es otra de las santas e inquebrantables tradiciones, otro de los santos derechos del ibérico cejijunto. Cuando cojáis el coche estos días fijaos en el horizonte y divisaréis la infinidad de columnas de humo. Esta semana por un desplazamiento que tuve que hacer entre el Vallés y el Berguedà me quedaba atónito. Me pasmaban especialmente las enormes y anchas columnas de humo entre el Bages y Berga. Y desde hace semanas veo cómo arden prados y zonas arbustivas hasta llegar a pie de carretera y las proximidades de las construcciones humanas. Los lugareños le prenden fuego y se piran. Extraña costumbre…

 

Todos sabemos además que muchos hortelanos y demás entienden que una vez iniciada la hoguera con los restos vegetales hay que animarla echando cualquier despojo al que se le pueda echar mano: muebles tratados con derivados del petróleo, plásticos, un colchón con derivados del petróleo, y otros carcinógenos cómo los envases de biocidas, etc. Los que viváis en zonas urbanas y periurbanas con multitud de esos huertos improvisados de vallado esperpéntico a base de materiales diversos (somieres, puertas de madera, mallas de plástico, etc.) sabéis bien de lo que hablo.

 

¿No hay alternativas? Pues sí, los restos vegetales se pueden triturar y utilizarlos en jardinería, o bien hacerlos servir cómo compost. De hecho, si los restos vegetales son herbáceos existe lo que se llama el abono verde, existe una solución que tradicionalmente se ha aplicado de forma regular: mezclarlos con la tierra. En efecto, así se enriquece la tierra y no se putea la atmósfera.

 

La Generalitat de Catalunya y otras administraciones públicas hablan de sostenibilidad, de revertir el cambio climático y luego dan rienda suelta a las actitudes suicidas tan estúpidamente enraizadas en una parte de la ciudadanía que, además, proporcionalmente es una minoría del total de la sociedad. Esa actitud hipócrita de los dirigentes políticos representa una condena hacía nuestra salud y el medio ambiente, una falta de respeto a los ciudadanos que ya hoy en día lo tienen crudo por sus problemas de salud relacionados directamente con la contaminación atmosférica. Quizá tengamos fuentes de emisión de contaminantes que hoy por hoy no se puedan erradicar, no podemos evitar el polvo del Sáhara…

 

En cambio, si es factible reducir altos niveles de contaminación generados desde la inconsciencia colectiva, desde la estupidez gratuita de una parte de los ciudadanos premiada por políticos torpes y encariñados con una tendencia homicida que no beneficia a nadie, ni a ellos mismos.

 

¿Por qué no cambian su cerebro de una vez?

¿Son extraterrestres infiltrados cuya misión es acelerar el fin de la especie humana en la Tierra?

 

Iker Jiménez tendría tema para muchos programas.