La
temática del Hospital Clínic de Barcelona promete consolidarse como un culebrón
de larga duración. En este segundo capítulo vuelvo a insistir en el caso de
aquel paciente (FXMV) que se ilustraba en el contenido anterior del 2 de
diciembre del 2019. Para los que no hayáis estado al caso, os recomiendo que lo
leáis y así seguiréis mejor el hilo de lo que viene a continuación.
Y,
relajaos, la entrada es muy larga, lo se, pero cortar alguna parte del
contenido la hubiera dejado coja.
La queja presentada al Hospital Clínic por la pareja de FXMV
Bien,
resulta que la pareja del paciente FXMV registró una reclamación en el Hospital
Clínic sobre el trato que estaba recibiendo su cónyuge: la gravedad de la
situación, la falta de diagnóstico, la escasez de pruebas de diagnóstico
realizadas y el hecho de que después de semanas aún no tuviera programada
visita con el especialista en Síndrome del Sistema Central en el Hospital
Clínic (Joaquim Fernández-Solà). A continuación incluyo el contenido
íntegro de la queja, traducida literalmente al castellano.
Hola,
Os escribo para manifestar una reclamación
por la demora en llegar a un diagnóstico sobre lo que le pasa a mí pareja.
Mí pareja desde el año 2016 tiene unos
problemas de salud que todavía no han estado diagnosticados, picores intensos
por brotes, pero además tiene una pérdida de capacidades físicas y un
deterioro general.
A finales de verano de este año el
deterioro ha sido acusado, los brotes de picores intensos, eritrodérmia
general y la fatiga y debilidad acompañadas de dolor muscular y articular han
empeorado.
Finalmente, el día 11 de octubre de 2019 la
doctora de cabecera, hizo una derivación urgente hacia el hospital clínic para
un diagnóstico, ya que es el hospital de referencia para a casos más
complicados.
El 14 de octubre de 2019 fuimos a urgencias,
y al ser atendidos nos comentan que no es de su competencia ya que no se trata
de ningún compromiso de constantes vitales o para la salud inmediata. Es
derivado a la unidad de diagnóstico rápido (UDR) del hospital.
El 16 de octubre de 2019 es atendido en la
UDR por el doctor F. X. Bosch, que el mismo dia le programa una analítica de
sangre y orina y nos cita para visita de control para el 6 de noviembre de
2019. Y comentar que hará una derivació interconsulta hacía dermatología.
El día 6 de noviembre después de ver los
resultados nos comenta que no hay ninguna enfermedad grave (cáncer) pero que
ante el estado de salud de mí pareja, lo derivará a la unidad de sensibilidad
central con el doctor Fernández-Solà, con quien habla por teléfono para exponer
el caso. Le dan de alta (al paciente) a la unidad de diagnóstico rápico (sin
obtener todavía ningún diagnóstico).
Hoy, día 19 de noviembre de 2019, ha tenido la
visita con el dermatólogo, el doctor Mascaró Galy, este comenta que le programa
una analítica de sangre, heces y orina, y una visita de control después de
fiestas, en 2 meses, a mediados de enero. Y que hace una derivación a la unidad
de sensibilidad central, ya que piensa que hay alguna enfermedad relacionada
con la sensibilidad química y fatiga crónica.
Ostras, otra visita de la que salimos sin
ningún diagnóstico, con tiempo de espera para la siguiente prueba, para la
siguiente derivación,...
Al salir de la visita nos han dado hora para
las pruebas diagnóstica y la visita de control con el Doctor Mascaró:
-
13 de
febrero de 2020 analítica
-
23 de
marzo de 2020 visita con el doctor (el dermatólogo)
En vez de después de fiestas (navidad y
reyes, y en dos meses, es decir, en enero) le han dado hora para las pruebas en 3 meses y la visita en 4 meses.
Y estamos a la espera de la programación de
visita con la unidad de SCC (Síndrome del Sistema Central) y el Doctor Fernández
Solà.
Por favor, solicito que se adelante la
programación de visitas, es un paciente de 47 años que cada vez hace más vida
propia de un hombre de 80 años, y hasta menos. Hasta hace poco era activo,
deportista, infatigable, en pocos meses la debilidad, fatiga y picores lo están
menguando.
Yo no se que hacer, veo como mí pareja va
empeorando contínuamente, poco a poco, con unos días un poco mejor, no puede
hacer su vida normal, era muy activo y deportista, y ahora casi no puede salir
de casa. A duras penas puede salir a pasear por los alrededores. Yo le tengo
que acompañar a las visitas médicas, conducir es un esfuerzo muy grande que lo
deja baldado. Tiene lapsus de memoria, le cuesta concentrarse y retener
información, le cuesta mantener una conversación...pero se ve que no es
urgente.
Por favor, estoy desesperada, ver como se
consume si saber si hay remedio. Si es una sensibilidad química o no, se
tenemos que cambiar de casa y residencia para mejorar en calidad. O si es otra
enfermedad, “vivir” así sin saber si podrás hacer alguna cosa más que estar en
casa, si podrás por ejemplo ni al cine, el intenta mantener la actividad, se
esfuerza en caminar y hacer actividad cardiovascular, en hacer estiramientos
para mantener la elasticidad. A la espera de visitas, de resultados, y a ahora
de nuevo 4 meses para una nueva visita para saber los resultados de las
pruebas solicitadas.
Y sin tener programada la visita con el
doctor Fernández Solà (unidad de sensibilidad central).
Esto señores/señoras no es vivir, hasta ¿vale
la pena? ¿Tiene que estar en estado vegetativo o inhabilitado para levantarse
de la cama y obtener un diagnóstico tarde?
En septiembre ya se demoró un diagnóstico
urgente, por parte del médico de cabecera, lleva 3 años empeorando, 1 año sin
trabajar y sin ingresos.
Saludos cordiales,
Esta
semana recibieron respuesta oficial por parte del Hospital Clínic en relación a
dicha queja, desde diversos departamentos de este hospital:
- La Unidad de Atención a la Ciudadanía
- Joaquím Fernández-Sola, el jefe de la Unidad
de Sensibilización Central
- La Unidad de Diagnóstico Rápido
- La jefa de la Unidad de Dermatología
Os
muestro a continuación todo el contenido de las respuestas, exceptuando el nombre de la cónyuge,
del paciente y su dirección concreta. La parte más grave que entraré a comentar
ámpliamente es la respuesta concreta de Joaquím Fernández-Solà, el jefe de
la Unidad de Sensibilización Central (la tenéis en el próximo apartado). Fijaos también en un detalle: en la
parte inferior de las respuestas aparece el logo de la Universitat de
Barcelona.
La respuesta de la Unidad de Atención a la Ciudadanía.
La respuesta de la Unidad de Diagnóstico Rápido.
La respuesta de la Unidad de Dermatología
La respuesta de Joaquím Fernández-Solà
En
las respuestas queda clarísimo que tanto desde la Unidad de Diagnóstico
Rápido como desde la Unidad de Dermatologia sospechaban de Síndrome
de Sensibilidad Central, y derivaron al paciente a la Unidad
correspondiente del Hospital Clínic. Es más, el dermatólogo concretaba más su
sospecha (Cuadro de Sensibilidad Química Múltiple).
La respuesta de Joaquím Fernández-Solà
A pesar
de conocer el contexto y antecedentes del paciente porqué estaban explicados en
la queja de la cónyuge del paciente, el jefe de la Unidad de Sensibilización
Central, Joaquím Fernández-Solà, se niega a atender al paciente,
aferrándose a una excusa meramente burocrática:
Como vive en Sta. Perpétua de Mogoda, según
este doctor, a su unidad no le corresponde atenderle y le dice que le toca el Hospital de Mollet.
Desconozco
cuando un médico deja atrás el juramento hipocrático para pasar a ser un
burócrata. Pego a continuación el juramento hipocrático (que no hipócrita, no es lo mismo), actualizado el año
2017 en Chicago:
Promesa del
médico (juramento hipocrático)
COMO MIEMBRO DE LA PROFESIÓN
MÉDICA:
·
PROMETO SOLEMNEMENTE dedicar mi vida al
servicio de la humanidad;
·
VELAR ante todo por la salud y el
bienestar de mis pacientes;
·
RESPETAR la autonomía y la dignidad de
mis pacientes;
·
VELAR con el máximo respeto por la vida
humana;
· NO PERMITIR que consideraciones de edad,
enfermedad o incapacidad, credo, origen étnico, sexo, nacionalidad, afiliación
política, raza, orientación sexual, clase social o cualquier otro factor se
interpongan entre mis deberes y mis pacientes;
· GUARDAR Y RESPETAR los secretos que se
me hayan confiado, incluso después del fallecimiento de mis pacientes;
·
EJERCER mi profesión con conciencia y
dignidad, conforme a la buena práctica médica;
·
PROMOVER el honor y las nobles
tradiciones de la profesión médica;
·
OTORGAR a mis maestros, colegas y
estudiantes el respeto y la gratitud que merecen;
·
COMPARTIR mis conocimientos médicos en
beneficio del paciente y del avance de la salud;
· CUIDAR mi propia salud, bienestar y
capacidades para prestar una atención médica del más alto nivel;
· NO EMPLEAR mis conocimientos médicos
para violar los derechos humanos y las libertades ciudadanas, ni siquiera bajo
amenaza;
·
HAGO ESTA PROMESA solemne y libremente,
empeñando mi palabra de honor.
Vosotros
mismos podéis juzgar si el comportamiento de este médico, Joaquím
Fernández-Sola, se ajusta a lo esperable según este código ético universal
de la profesión médica. Esto puede ser un aspecto subjetivo a valorar, pero lo que me parece más grave de la respuesta de este médico, y
muy criticable desde la objetividad, es que su excusa burocrática no se ajusta
a la realidad.
¿Por qué?
El año 2017 el Servei Català de la Salut de la Generalitat puso en
marcha la
Instrucción 08/2017 “Síndromes de Sensibilidad Central”. Dentro de esta
instrucción establecía las llamadas Unitats d’Expertesa del
Síndromes del Sistema Central por región sanitaria en base a unos
criterios determinados. Estas unidades serían las encargadas de diagnosticar y
tratar a los afectados, y estaban distribuidas por regiones sanitarias.
Posteriormente, el 18 de abril de 2018, se aprobó la Resolución de la Instrucción
08/2017, que concretaba las Unitats d’Expertesa para el Síndrome de
Sensibilidad Química Múltiple, según cada región sanitaria.
En
dicha resolución se especifica que la Unidad para el Síndrome de
Sensibilidad Química Múltiple que le corresponde a tooooodos los pacientes de
Santa Perpétua de Mogoda es la del HOSPITAL CLÍNIC DE BARCELONA. Es la región sanitaria BARCELONA ÁMBITO METROPOLITANO NORTE. Aquí tenéis la tabla incluida en la Resolución de la Instrucción 08/2017, donde aparece en la columna derecha la Unidad de Expertesa de Sensibilidad Química Múltiple que corresponde al municipio en cuestión (lo tenéis marcado con una elipse roja).
Si,
Joaquím Fernández-Solà (JFS), según esta resolución de la Generalitat, tú
respuesta burocrática no coincidiría con la obligación de tus
competencias como funcionario público.
También
me parece que el cinismo cruel no debiera formar parte del discurso de ningún
profesional con respecto a los pacientes. Lo digo por esa frase que utiliza:
“Espero que aquesta
circumstància no entorpedeixi el bon curs de l’atenció médica”
¿Cómo se puede atrever a decir
semejante frase?
¿A qué buen curso de la atención
médica se refiere?
Un enfermo en esa situación sin
diagnosticar al que no se le han hecho más que 3 pruebas, se le deja en el
limbo, se le niega la atención, y...
¿Esto es “BUEN CURSO DE LA
ATENCIÓN MÉDICA?
¿Se está riendo del sufrimiento
del paciente y su pareja en su cara?
Sabe
de sobras que al negarle su atención y decirle que se vaya al Hospital de
Mollet va a retrasar su diagnóstico. Para empezar, ese paciente va a tener que
ir de nuevo al su doctora de cabecera para que le derive a un especialista del
Hospital de Mollet y eso significa que pasarán seguramente meses por en medio.
Es más, no hay UNIDAD DE
EXPERTESA EN SENSIBILIDAD QUÍMICA MÚLTIPLE EN EL HOSPITAL DE MOLLET.
¿Quién lo va a diagnosticar,
entonces?
No deja
de parecerme curioso, no obstante, que en su respuesta, JFS, considera
que la orientación del dermatólogo del Hospital Clínic es bastante precisa
en cuanto a su sospecha de “Cuadro de Sensibilidad Química Múltiple”.
A ver,
tenemos que un paciente al que JFS nunca ha visitado ni ha visto, que no le ha
podido explicar sus síntomas personalmente y al que solamente se le han hecho 3
pruebas (radiografía de pulmón, análisis de sangre y análisis de orina)...JFS, a
pesar de todo esto, considera que es bastante precisa la orientación del
dermatólogo (Cuadro de Sensibilidad Química Múltiple).
Actualmente,
la bola de cristal no se considera un método aceptado por la comunidad
científica para diagnosticar patologías, ni tampoco el tarot ni la telepatía.
Habiendo otras patologías sin
explorar que pueden dar síntomas inespecíficos similares...la valoración de JFS
puede parecer, a priori, algo así como tirarse a la piscina en plancha sin
mirar antes si está vacía o llena, si el agua está limpia, si hay cocodrilos,
etc.
Y, mira
por donde, me viene rápidamente un ejemplo de una patología con síntomas
similares. Resulta que la mujer del mismo paciente estuvo más de 10 años fatal
y empeorando:
- Cólicos semanales
- Dolores articulares
- Fatiga continua sin ninguna causa
- Dolores musculares
- Picores de piel
- Adelgazamiento (10 kilos en 4 meses sin
dieta)
- Etc.
Finalmente,
después de pasar por infinidad de médicos (privados, públicos) una endocrina
con nariz perspicaz solamente con una visita dio en el clavo.
Sospechó de un Sobrecrecimiento
Bacteriano (SIBO), mandó la prueba correspondiente a la paciente y BINGO!!
La
paciente no tuvo ni que acabar la prueba, los valores apuntaban con claridad a que tenia una fiesta de bacterias en el intestino.
La solución: 15 días de antibiótico y adiós al suplicio diario. Un SIBO no
diagnosticado que empeora y empeora, puede conducirte a la muerte.
En
definitiva, un profesional con tantos años de experiencia como JFS debiera ser
más prudente en sus valoraciones, orales y escritas, sobretodo cuando se ha
erigido como un baluarte público de los enfermos del Síndrome de Sensibilidad
Central.
Además,
el comportamiento de los profesionales de un Hospital Universitario debiera ser
ejemplar, están formando a los futuros médicos.
La impunidad
Después
de analizar la respuesta de JFS, me pregunto:
¿Cómo puede ser que el Hospital
Clínic haya dado salida a esta respuesta?
¿Cómo puede ser que obvie la
gravedad del paciente y permita que un médico se salte la Resolución del año
2018 del propio Servei Català de la Salut?
¿Esta respuesta no va a tener
ningun tipo de reacción disciplinaria por parte de la administración (Servei
Català de la Salut)?
Se me
aparecen dos responsables principales:
- El propio JFS
- Los responsables del Hospital que han dejado
pasar esta respuesta
Pareciera
que los profesionales públicos de la salud estuvieran por encima de todo:
- Pueden ocasionar la muerte por neglicencia o
desidia, o acarrearte un problema crónico y uno no se entera de condenas en
esta dirección.
- Pueden actuar como déspotas cuando les
apetezca con los enfermos y tampoco se les aplica ningún correctivo.
Todo es
como muy raro ¿no? como una reminiscencia de aquel pasado casposo y rancio, de
aquel régimen enfermo y asesino.
¿Os acordáis de quiénes figuraban entre los personajes más poderosos de los pueblos en la España del blanco y
gris?
El cura, el guardia civil y el
médico.
Quizás,
tampoco hemos cambiado tanto desde entonces...
¿Mercadeando con el sufrimiento?
Joaquím
Fernández-Solà ha sido durante años uno de los doctores que más aparecía en los
medios de información reivindicando estas patologías (SCC) y una mejor atención
para los afectados, quejándose de la administración (de la que forma parte). No
voy a enlazar noticias en este sentido, a la mínima que introduzcáis su nombre
en el Google os van a salir contenidos, apariciones en medios de
información y etc.
Toda
esa imagen, la verdad, cuesta relacionarla con la misma persona que escribió
esa respuesta a la pareja del paciente FXMV.
Claro
que si uno se niega a visitar a los pacientes desde la sanidad pública, por
dejación pura y dura de su obligación como funcionario, los pacientes tarde o
temprano acabarán estando tan desesperados que buscaran información en el Google...y
encontrarán su nombre, y verán que es posible su visita yendo a la parte
privada del Hospital Clínic, el ilustre Barnaclínic. Aquí tenéis el enlace:
¿Y qué va a hacer el paciente
desesperado aunque no tenga medios ni pueda pagar?
Pagar la visita, pasar por el
aro.
El precio de una visita privada con Joaquím Fernández-Solà en el
Barnaclínic está alrededor de los 200 euros, según el testimonio de una paciente
publicado en el siguiente artículo:
No hablemos del precio de las pruebas privadas que le
pidan, de informes y etc. Todo esto nos lleva a otro aspecto chocante. Cualquier
funcionario debe pedir un certificado de compatibilidad para trabajar en el
sector privado, precisamente porque puede existir un conflicto de intereses y
el funcionario desde su posición de trabajador público favorecer su dedicación
profesional privada. Los certificados de compatibilidad existen y se
crearon para procurar que el zorro no ande cuidando de las gallinas. En este
caso, el de Joaquím Fernández-Solà, el mismo funcionario ejerce desde el mismo
ámbito profesional su labor privada en el mismo edificio en el que ejerce la pública.
Me da igual que tenga el
certificado de compatibilidad.
¿Guardan estos hechos algún
tipo de lógica con respecto al sentido común y la imagen pública de la
administración?
Un ciudadano que le dé un poquito a la materia gris
rápidamente podría desconfiar y llegar a pensar que si niega a los pacientes de la sanidad pública
la asistencia de esta forma, podría indirectamente estar creando una potencial
cartera de clientes.
En caso que el paciente afectado por SCC empeore y
empeore hasta ser irrecuperable para cualquier actividad profesional, o para la
que tenía, la administración difícilmente le va a reconocer una prestación de
incapacidad o de invalidez. Pero es curioso, en este país “SUPERNORMAL” los
afectados de síndrome del sistema central acaban pleiteando contra la
administración por este motivo, y se ven forzados a UTILIZAR EL PERITAJE PRIVADO
DE ESPECIALISTAS QUE TRABAJAN COMO FUNCIONARIOS PÚBLICOS Y COBRAN OTRA PASTILLA
PRIVADA POR ESTA LABOR.
Esto suena a algo así como
TODO QUEDA EN CASA, ESTAMOS EN LA MISMA COCINA.
Tenemos unas patologías del SCC que no se pueden
diagnosticar objetivamente con marcadores fidedignos reconocidos por la
comunidad científica sin objeciones. Hay unas cuantas figuras del mundo de la
ciencia que se acaban erigiendo como los cracks en esas patologías, son ellos y
solamente ellos los expertísimos que pueden diagnosticar con acierto estas tan increíbles
y difíciles patologías que tan solo ellos entienden. Por otro lado, la
seguridad social no acepta tu patología (te dirán que no hay evidencia, y los pretextos
pseudocientíficos o burocráticos que imagines, etc.) pero si vas con el informe
y el respaldo de uno de esos cracks (previo pago, claro), si has pasado por la
caja registradora de estas personalidades, entonces, te conceden la paga. No
digo que todos los profesionales públicos dedicados a SCC sean así, pero cuanto menos, el tema algo huele.
En cuanto busquéis en foros, blogs, etc., os vais a
dar cuenta de las situaciones desesperadas que viven los enfermos de SCC y,
como a final, la administración les acaba obligando indirectamente al no
reconocer su situación, a pasar por el aro, pagar y pagar, para acceder a una
prestación a la que tienen todo el derecho del mundo. Y en ocasiones les acaban
concediendo una paga por depresión, en vez de reconocer su verdadera patología.
Es así de vergonzoso.
Otro día quizá os explico que dicen los protocolos de
la Generalitat, planes, etc., en cuanto a la atención médica que se debe
aplicar y los recursos, y os enseño a la práctica cuanta mentira hay.