El mecanismo de polinización de las orquídeas del género Ophrys fue un enigma para Darwin. Posteriormente, se descubrió que las flores de estas orquídeas son parecidas a las hembras de ciertas especies de abejas solitarias y hasta pueden emitir un olor que se asemeja a las feromonas de esas abejas.
Al emerger antes los machos de esas abejas que las hembras son atraídos por las flores de las orquídeas y su estado de calentura exacerbada, pobreticos, los lleva a pseudocopular encima. Al hacerlo se llevan con ellos el polen de la orquídea y al posarse en otra flor acaban polinizándola. La Ophrys sphegodes de la fotografía, por ejemplo, depende de algunas especies de abejas solitarias del género Andrena.
El engaño es un mecanismo ancestral en la naturaleza, sumamente común, e inherente a nuestra civilización, razón de más para abrir bien los ojos.
Después de un parón, vuelvo con la reseña de un post de un
grupo Facebook que actualmente es de lo mejor dentro del ámbito
español en cuanto a Sensibilidad Química Múltiple (SQM). Se trata de SQM
España.
El post en concreto es del día 24 de febrero de 2021, y fue
titulado así “Las personas también fallan”. El enlace:
https://es-es.facebook.com/permalink.php?story_fbid=5664770400203538&id=531523880194908&__tn__=K-R
Narra cómo una enferma gallega de SQM acude a un centro
sanitario para que le practiquen una simple espirometría y acaba en urgencias
con corticoides y anti-histamínicos.
¿Por qué?
Por qué no aplicaron el protocolo de SQM sabiendo
previamente que esa persona era enferma. La expusieron a un coctel de tóxicos
provocándole una reacción prácticamente inmediata. No es un caso aislado de
atención a una paciente de SQM, es la práctica habitual en toda la geografía
española.
Es así de miserable, la inmensa mayoría de los
profesionales de la salud en España no toman en serio a estos enfermos y se les
sigue infringiendo sistemáticamente este castigo…es una actitud bellaca.
Bajo el prisma de los denominados doctores y doctoras, los enfermos lo están
por sugestión, porqué quieren. Piensan que son cuentos chinos y es un lujazo
atenderlos evitando los tóxicos que los hacen enfermar y hasta les fastidia
tener ese respecto por esas personas ¿Desidia? ¿Incapacidad? ¿Incompetencia?
¿Negligencia? ¿Inhumanidad?
Pero
¿Por qué?
Tras observar la actitud y el comportamiento esos
profesionales de la salud en consultas, informes, recomendaciones, artículos e intervenciones
en medios periodísticos, me cuestionaba:
¿Que deben sentir desde esa posición privilegiada de
poder?
¿Qué sienten cuando unas personas en posición marcadamente
frágil y vulnerable recurren a ellos y se ponen en sus manos?
El deber de ayudar y la compasión, eso es lo que cabe en mí
cabeza. En cambio, atisbo un afloramiento en ellos del despotismo, de la falta
de empatía y sensibilidad que roza la patología ¿Es un problema de
personalidad?
Se dice que el llevar un uniforme te cambia. Al menos, este
tópico suena con recurrencia en lo referente a los agentes de la autoridad y
demás. Es algo acentuado por la herencia cultural del franquismo con esa concepción
de que los polis están para dar miedo y demás, de forma que los ciudadanos
miramos generalmente de forma diferente a un uniformado, casi con un miedo implícito
y explícito. Y esto que no pasaría en un país normal, al cabo de un tiempo
conlleva un efecto en algún agente de la autoridad que cuando se quita el traje
se ve cómo otro ante los ojos del mundo.
¿Quiénes eran los ejes importantes en cualquier
pueblo durante el franquismo?
El cura, el agente la autoridad y el médico.
Cargamos todavía con ese triste lastre. El ciudadano rinde pleitesía
en la consulta médica y no es capaz de decir esta boca es mía, de registrar una
instancia poniendo a parir al que no merece llevar una bata blanca.
Quizá los pobres seres metidos en una bata blanca encuentren
un regocijo satisfactorio en su relación de superioridad frente a esos sujetos a
los que se les concedió audiencia porqué decían que no se encontraban bien.
Puede que esa fuera la vocación de más de uno.
Puta de
noche, Ramoneta de día
Parafrasear a Vázquez Montalbán, el clásico “Fer la puta
i la ramoneta” (Hacer la puta y la Ramoneta) encuadra bien la introducción
al caso catalán.
Daos cuenta de que el título del post de SQM España
hacía referencia al fallo de las personas. Muy inteligente porqué en efecto,
fue un fallo de unos cuantos profesionales que no cumplieron el protocolo de
SQM. Es decir, en Galicia
al menos cuentan con un protocolo que respeta a las enfermas de SQM, que
delimita que durante la atención sanitaria se debe evitar la exposición a
productos tóxicos a estas enfermas (lejía, detergentes, suavizantes, colonias,
after-shave, etc.). Que se cumpla es otro cantar…
Este mínimo, el gozar de un
protocolo de atención sanitaria respetuoso y humano con las enfermas de SQM
(sobre todo son mujeres) es algo extrañísimo en España y existe tan solo en un
par de comunidades autónomas. Hablo de atención sanitaria pública.
Bien, detalles de todo esto los tenéis en un post anterior, del 16 de noviembre
de 2020 (Protocolo sanitario SQM):
https://perroverdeweb.blogspot.com/2020/11/protocolo-sanitario-sqm.html
Catalunya se encuentra en las antípodas de Galicia puesto
que disponemos de unos profesionales de la salud con el más que dudoso
etiquetaje de supuestamente expertos, colocados en las tristísimas unidades de
mal llamada expertesa de atención a los enfermos de SQM. Estas unidades hasta
redactan informes de diagnóstico o recomendaciones de atención que son diametralmente
opuestas a un protocolo digno de SQM y proclaman que el enfermo no tiene que
evitar la exposición a los tóxicos, que es todo psicogénico y tal.
Estos personajetes tan saludables y majos los tenemos
incrustados hasta en el Hospital Clínic, ese buque insignia de la sanidad
pública catalana. Sobre estas historias, tenéis más detalles aquí:
Hospital Clínic (V), del 31 de octubre de 2020
https://perroverdeweb.blogspot.com/2020/10/hospital-clinic-v.html
Con paciencia podéis remontaros a través de todos los
capítulos del serial del Hospital Clínic, que aún no ha terminado, buscando
Hospital Clínic en el título de cada post entre el último tercio del 2019 y la
actualidad. Leer esos contenidos os darán una visión certera del tema.
Lo mejor es que en paralelo el jefe de las unidades de
Síndromes de la Sensibilización Central (SSC) del Hospital Clínic, Joaquím
Fernández-Solà, entre las que se encuentra la de SQM, sale recurrentemente en
los medios periodísticos poco más o menos con la imagen de defensor del enfermo
de SQM y de otros de los SSC. Esto viene pasando desde hace años y además goza
de una reputada fama entre alguna asociación “catalana” de enfermos de SQM…misterios
inescrutables ¿Será el rollo aquel de quién bien te quiere te hará llorar?
Pero el colmo del delirio es que los informes diagnósticos
y las recomendaciones chocan de lleno con documentos oficiales estatales y con
los propios catalanes, tal y cómo se fue describiendo en anteriores posts ¿Es
quizá que la Conselleria de Salut de la Generalitat de Catalunya con Alba
Vergés (ERC) al frente no se entera? Ciertamente no es así, les llega
información detallada a través de instancias de queja.
Las parias
Han pasado las malditas elecciones catalanas y las enfermas
de SQM u otros de los SSC no han merecido ni un ápice de atención política o
periodística catalana importante. Ahora, en proceso de tira y afloja de pactos
y alianzas, dramatizado estos días con esas explosiones de demostración de
poder en las calles mediante el uso de los chavales de las canteras de los
diferentes grupos de poder, esas enfermas siguen excluidas del panorama social
y político. Son las parias catalanas, otra semblanza más entre Catalunya y la India,
con sus vacas sagradas y sus diferentes castas.
Ante unas izquierdas tan degradadas que siguen con su
descenso acelerado en barrena, dando un espectáculo vergonzoso diario, demostrando
que se mudaron a una galaxia a millones de años luz de los problemas del
ciudadano de a pie ¿Qué narices se van a preocupar de unos cuantos millones
de enfermas? El circo lo montan con temas que no toquen a los intereses económicos
importantes.
Me pregunto ¿Hasta qué punto con estas actitudes de la
administración pública catalana con las enfermas de SQM u otros de los SSC se
puede llegar, o no, a incurrir en un delito de omisión del deber de socorro a
la persona? Incurre en ese delito una persona que no ayuda a otra que está
desamparada, en peligro manifiesto y grave, sabiendo que es factible el hacerlo
y no conlleva riesgo para ella ni con terceros.
Lo cierto es que una enferma de SQM preferirá no ser
atendida en un centro sanitario si sabe fehacientemente que va a ser
maltratada, expuesta a tóxicos que le provocaran más sufrimiento. Porqué eso es
lo que pasa finalmente (antes del COVID ya era así): las enfermas no acuden por
patologías normales que a otras personas se les diagnostican y se les tratan.
Recibieron el castigo por estar enfermas de SQM en ocasiones anteriores y saben
lo que hay.
¡¡El “denominado” “profesional” de la salud y el
político (incluidos los sucedáneos de feministas de salón) están la mar de contentos!!
Por un lado, recortan un servicio público (menos curro y
ahorro de pasta) y por otro le dan clientes a la sanidad privada. A veces el
propio doctor o doctora ejerce una actitud bipolar, con un criterio y una empatía
0 desde dentro de la sanidad pública y un comportamiento opuesto en su consulta
privada donde va pillando aquellas enfermas que la sanidad pública trata tal
cual un despojo.
Extraño es que la sanidad privada si se adapte a las
necesidades de las enfermas de SSC, hasta con la SQM. Nada más cabe hacer una
pequeña búsqueda respecto a estas enfermedades en Google y brotan
infinidad de Clínicas
y consultas privadas enfocadas a
tratamientos y demás…sin embargo, en la sanidad pública lo primero que nos recita
el doctor “experto” es “No hay tratamiento”.
La historia entonces nos lleva a las siguientes preguntas:
¿La sanidad privada miente y comete un fraude al
soplarles un pastizal a las enfermas de SSC?
¿Se lucran sacándole la sangre a enfermas totalmente
desesperadas con terapias que no les ayudan?
¿Las administraciones públicas consienten que pase
esto?
Al otro lado de la balanza tendríamos una pregunta si cabe
más inquietante aún:
¿La sanidad pública miente y se niega a mejorar la
calidad de vida de las enfermas de SSC?
Sabemos que la fisioterapia ayuda respecto el dolor de las
personas que padecen fibromialgia y les ayuda a mejorar su movilidad, su
elasticidad, su musculatura y hasta problemas inflamatorios derivados de su
patología. Todo esto significa si solo una tremenda mejora en calidad de vida. Solo
es uno de los ejemplos que dejan de relieve que la sanidad pública miente. Sabemos
que muy, muy raramente, una enferma es derivada a sesiones de fisioterapia por
su fibromialgia. En cambio, se les chutan paroxetina, somníferos y otras ultramierdas
contraproducentes, y si empeoran se les sube la dosis hasta que no puedan ni
mantenerse en pie…hablo de mí tía y de muchas otras mujeres.
¡¡Acaban prácticamente convertidas en yonquis!!
Respecto los servicios sanitarios privados (analíticas y
otras pruebas, terapias, etc.) que son un auténtico fraude cobrados a precio de
oro, un sacacuartos, abundan los casos escandalosos relatados en blogs y grupos
Facebook por enfermos. Es comúnmente conocido…pero la administración
pública no interviene.
El liberalismo es básicamente el desplume del pobre,
del débil, por parte del que tiene la pasta, el señor feudal moderno, articulando
unas reglas que impiden que el pobre se pueda defender o hacer lo mismo con el
rico.
Frente a la gran pelota de inmunda inhumanidad:
¿Quién defiende a esas enfermas en Catalunya?
¿No eran feministas las izquierdas?
Vale, que solo sacan pecho con temas que no atenten contra
los grandes intereses económicos, cómo la Ley Zerolo, la de Igualdad LGTBI y la
Ley Trans. Pues magnífico que se defiendan los derechos de todas y todos, pero
eso por ovarios tiene que incluir a las enfermas de SSC.
¡¡Menos HIPOCRESÍA y COBARDÍA!!