domingo, 13 de noviembre de 2022

La avispa asiática en Gósol (III)

 

El paisaje que observas es también obra de las abejas. Y de abejas hay centenares de especies, no solamente la abeja melífera europea (Apis mellifera) que nos proporciona la miel. 

Digamos que, haciendo honor a la verdad, esta historia no ha acabado todo lo bien que cabría esperar, pero a principios de esta semana, por fin, se eliminó por completo el nido secundario de avispa asiática. De justicia es decir que de haberse intervenido de esta forma al poco de descubrirse el avispero, se habría acabado con el grueso principal de las reinas del año siguiente que son el potencial de colonización que tendrá la especie a lo largo del 2023. Un solo nido secundario puede producir hasta unas 200 reinas nuevas. No obstante, al menos, se ha erradicado el peligro que suponía para las personas y más de una reina nueva habrá perecido con la actuación.

Al hablar con otras personas sobre la avispa asiática me ha llegado información de cómo están actuando otras administraciones públicas respecto al control y gestión de los avisperos. Al parecer, abunda la desidia. Creo que falta mucha concienciación respecto el peligro real de estos avisperos para las personas. No es posible eliminar del todo la población de esta especie exótica puesto que su biología la hace una ganadora absoluta, tal y cómo pasa con otras avispas. No obstante, la estrategia de gestión debería ser rígida en cuanto a mitigar los riesgos de los nidos que por su situación en zonas con tránsito humano son un auténtico peligro público. La avispa asiática es una especie peligrosa para las personas.

 

En general, parece que las administraciones públicas mayores (la que tienen más recursos) hayan tirado la toalla a la primera de cambio con la gestión de esta especie cuando su efecto es multidireccional y grave (en el plano económico, el de la seguridad ciudadana y el de la biodiversidad). Falta investigación y recursos para actuar y ayudar a las pequeñas administraciones, máxime cuando hemos incrementando masivamente el tráfico de mercancías y personas entre continentes, dando lugar a que las invasiones de especies exóticas que viajan en estos transportes sean más comunes.

 

Pero, como siempre, los países avanzados (alguno pegado al nuestro) salen a la palestra a darnos ejemplo. Es el caso de la ciencia en Francia. En el 2022 un experto francés ha publicado junto a investigadores chinos en la revista científica Entomologia Generalis un descubrimiento que podría ser clave en la gestión de la avispa asiática. En efecto, han conseguido dar con una feromona sexual de la avispa asiática que actúa cómo atrayente para los machos, tal y cómo han podido probar en un experimento. Esto abre la puerta hacía el desarrollo de trampas selectivas que solamente capturen a los machos de esta avispa, lo que permitiría el control de las poblaciones de la especie. Buena ciencia, útil para la conservación de la biodiversidad y los intereses de las personas.

 

Por cierto: hay que tener en cuenta que las trampas con cebo que se utilizan en la actualidad no son para nada efectivas y acaban capturando sobre todo himenópteros autóctonos (algunos amenazados y competidores de la avispa asiática) en vez de avispas asiáticas. No es que lo diga yo, lo llevan avisando durante años los expertos nacionales e internacionales desde los trabajos de investigación centrados en estos métodos.

 

Os dejo la cita del artículo:

 

Chen, Y-N., Wen, P., Tan, K. & Darrouzet, E. 2022. Designing a sex pheromone blend for attracting the yellow-legged hornet (Vespa velutina), a pest in its native and invasive ranges worldwide. Entomologia Generalis, Vol 42 (4).

Designing a sex pheromone blend for attracting the yellow-legged hornet (Vespa velutina), a pest in its native and invasive ranges worldwide - Entomologia Generalis Volume 42 Number 4 — Schweizerbart science publishers


sábado, 5 de noviembre de 2022

LA AVISPA ASIÁTICA EN GÓSOL (II)

 

El nido de la avispa asiática, casi 30 días después de descubrirse y dar parte a las administraciones públicas, parcialmente roto.

 

Casi un mes después de comunicar a la administración pública la situación del nido secundario de avispa asiática, ningún estamento público se ha preocupado de eliminarlo.

 

Por en medio ha transcurrido el puente de finales de octubre (del 29 de octubre al 1 de noviembre) con una afluencia de turistas impresionante en Gósol, en parte porqué se celebraba la Fira de Tots els Sants en la plaza (Plaça Major). La carretera que se observa en la fotografía superior estuvo atestada de coches aparcados (incluso bajo el árbol del avispero) y gente deambulando a corta distancia del nido de avispas a lo largo de los cuatro días.

 

Además, el avispero se convirtió en un atractivo y más de un turista conocedor de su situación se acercaba de forma imprudente a tirarle fotos. No obstante, la inmensa mayoría de los visitantes (grandes y pequeños) eran ajenos completamente al peligro que se cernía sobre sus cabezas al pasar bajo la colonia de avispa asiática y que, por supuesto, seguía sin señalizar.

 

Las avispas, acostumbradas a la tranquilidad habitual del lugar, se vieron expuestas al trasiego y vibraciones continuas que supuso el paso constante de vehículos y personas durante esos días de vacaciones, de forma que se las veía extremadamente alteradas y nerviosas. No paraban de moverse de forma caótica y rápida entorno al avispero. Es decir, se dio la situación perfecta para que se produjera un ataque a los turistas.

 

En la noche del 30 al 31 de octubre se produjo un hecho que empeoró la situación: alguien imprudente, temerario y con pocas luces se cargó parte del avispero, lo cual todavía convertía en más peligrosas a las avispas.

 

Detalle del avispero roto.

 

Realmente, cuesta creer que no se hayan producido picadas, aunque es posible que si han existido no se hagan públicas. Es más, una actuación descontrolada de este tipo sobre un nido de avispa asiática es absolutamente contraproducente ¿Por qué? A partir de septiembre nacen los machos y las nuevas reinas que una vez fecundadas en otoño estarán listas para independizarse del avispero. Buscaran, entonces, algún lugar resguardado de las inclemencias climáticas donde sobrevivir al invierno. Al año siguiente, una vez las temperaturas sean idóneas, dichas reinas comenzaran a formar nuevas colonias.

 

Es decir, era conveniente y prioritario actuar sobre al avispero nada más descubrirse, de forma que no escapara ninguna de estas nuevas reinas, siguiendo una adecuada planificación técnica a tal efecto y aplicando un biocida. Esto hubiese permitido frenar el ritmo de colonización de Gósol por parte de la especie. La actuación estúpida de cargarse medio avispero ha propiciado que las nuevas avispas reinas fecundadas por los machos se dispersen, potenciando la colonización. Al año siguiente es altamente probable que la avispa asiática se consolide con fuerza en Gósol, gracias a las administraciones públicas.

 

El avispero y la inacción del Ayuntamiento de Gósol se han convertido en un tema de conversación y de preocupación entre, como mínimo, parte del vecindario. No se da crédito ni explicación al por qué de la actitud del Consistorio ¿Vale menos una vida humana para los políticos de Gósol que contratar para un día el servicio de una empresa autorizada en el control de la avispa? ¿La pela es la pela a cualquier precio? Quizás deberían de pensar, atendiendo a que una parte de ellos se dedican a la hostelería y viven, principalmente, del turismo, que estas actitudes no les benefician.

 

Hay quién hace de la obstinación bandera hasta las últimas consecuencias, aunque actuar al margen de las normas y protocolos desde la administración pública tendría que ser un límite perseguido por costumbre y no una moda tolerada, máxime en situaciones en las que se crea un peligro grave para la seguridad de las personas. Si pensarán detenidamente un instante, en caso de accidente con una repercusión seria en la vida de un ciudadano, las consecuencias jurídicas no serían agradables. Aunque, también es verdad, que las consecuencias económicas las pagaría el erario público y no el bolsillo de los responsables...uno de los males de este país.

 

Por otro lado, intentando ver las cosas con una mentalidad salida del terruño, dado que en Gósol existen tantos huertos de verdura y hortalizas y hasta frutales, sus actitudes me fascinan ¿Acaso piensan que la polinización de los tomates, las manzanas, las judías y tantísimos otros cultivos la lleva a cabo el espíritu santo? Son las víctimas de la avispa asiática (polinizadores como las abejas) quiénes la llevan a cabo. De hecho, hasta el mismo paisaje florido del que se alimentan las vacas y contemplan los turistas debe su existencia a los polinizadores. La vida de la especie humana depende de estos pequeños y laboriosos invertebrados ¿Tampoco quieren aprenderlo?