El martagón (Lilium martagon) ¿Para qué imitar la perfección del olor de las flores?
-“…¿El neardental era indomesticable?
-No, se domesticó.
Somos nosotros. Tú y yo. Pero ten paciencia, ya llegaremos. De momento, resulta
que somos infantiles en todo. Físicamente infantiles. Nuestro cerebro es más
pequeño: se ha reducido a lo largo de la evolución.
-¿Y esa reducción
ha implicado pérdida de capacidades?
-Se nos ha
reducido como a los animales domésticos. Una vaca tiene un cerebro más pequeño
que un uro. Un perro tiene un cerebro más pequeño que un lobo.
-Y nosotros
tenemos un cerebro más pequeño que…
-El hombre
de Cromañón, el de Altamira, que el homo de hace veinte mil años.
-Pero desde
el punto de vista cognitivo somos superiores.
-No lo creo.
Fíjate en los bisontes que pintaba el de Altamira.
-Vamos a ver
̶ intentaba
aclararme ̶ , lo que nos
hizo humanos fue el aumento del tamaño del cerebro ¿sí o no?
-Sí.
-Pero su
posterior reducción no nos ha deshumanizado.
-Al
contrario, ha producido el humano actual. Lo que tú entiendes por ser humano es
un ser dócil, manso…”
Millás, Juan José & Arsuaga, Juan Luís. 2020. La vida contada por un sapiens a un neardental. Alfaguara.
El terror
Te duchas y al
salir sufres un ataque de picores bestiales de piel en todo el cuerpo que te
llevan al borde de la locura y tú cara, tú cuello y otras partes del cuerpo adquieren
una tonalidad enrojecida. Junto a esto puedes sentir otros síntomas: dificultad
para respirar y/o sibilancias, sofoco, rigidez muscular, dolor, inflamación del
abdomen, sequedad y descamación de la piel, picor de ojos, entre otros.
Algún profesional
de la salud, sin hacerte prueba alguna ni llevar a cabo una correcta anamnesis,
te dice que tienes la piel seca, piel atópica o dermatitis atópica, y te receta
una crema para hidratarla y antihistamínicos. Probablemente no recibas ningún
informe médico de diagnóstico (aunque están obligados a emitirlo y dártelo) y
seguramente tampoco estará descrito en tú historial médico el supuesto
diagnóstico de “piel atópica”.
Salvando estos
detalles, habrás llegado contento a casa, dispuesto a poner en práctica el
remedio de la crema, confiando en el profesional de la salud. Te aplicas la
cremita que te costó un dineral y resulta que no sientes alivio, sino que notas
que a tú piel no le sienta bien, y que incluso empeora la situación. Al fijarte
en los ingredientes de la crema, ves que contiene vaselina y/o otros derivados
del petróleo, y también FRAGANCIA o PERFUME…¿Qué significa esto?
No existe ningún
ingrediente ni cosa concreta en el mundo denominado fragancia o perfume. Estas
palabrejas son un tupido velo tras el cual se ocultan, frecuentemente, aditivos
nocivos para la salud a corto, medio y/o largo plazo. Simplemente, los que
legislan permiten que con la excusa del SECRETO INDUSTRIAL al consumidor, e
incluso a las administraciones públicas, se le oculten los ingredientes
de un producto de uso cotidiano o específico.
Primeramente, sobre
los síntomas que sufres, debes saber que no estás solo, no eres un bicho raro,
se ha convertido en algo muy común. Es el típico patrón de una anafilaxia: una
reacción alérgica. El síntoma más común de una anafilaxia (el que aparece en la
mayoría de los casos) es el picor de piel. Es de libro básico de medicina,
pero, según parece, nuestros doctores lo han olvidado.
Puestos a
criticar sobre el procedimiento asistencial de la medicina actual, en primer
lugar, cabe señalar que la manifestación de picor y enrojecimiento de la piel suele ser un síntoma clásico de una reacción de tú organismo frente a algo que no tolera. En resumen, al
decirte que tienes piel atópica te han metido en un saco genérico, pero no te
están informando sobre el desencadenante de los picores y los otros síntomas. En
pocas palabras, no estás diagnosticado. Solamente se han librado de ti sin
tomarse demasiadas o ningunas molestias.
Para que lo
entiendas, es cómo si un enfermo con fiebre acude a un centro médico, le dicen
que tiene fiebre a secas, sin buscar la causa de esa fiebre (su enfermedad) y
le largan para casa con un antipirético (aspirina, etc.). Si el problema
persiste y el enfermo continua acudiendo a los servicios de salud y siguen
aplicando el mismo procedimiento, consideraríamos, sin vacilar, que se está
llevando a cabo una NEGLICENCIA MAYÚSCULA. La fiebre es una consecuencia de una
patología, al igual que el picor de piel es una consecuencia de un problema que
subyace cómo el causante y se despreocupan absolutamente en buscar.
Se debe llegar a
la causa que origina los síntomas y no quedarse en la superficie sin más. Por
lo tanto, un enfermo que se queja de sus problemas de picores de piel una y
otra vez a los doctores y no recibe más respuesta que la cómoda etiqueta de
“piel atópica” y no se le explora convenientemente para determinar la verdadera
causa del problema, está siendo tratado de forma NEGLIGENTE.
Es llamativo que, considerándose el saco de la dermatitis atópica por la ciencia médica uno de los problemas
de salud con más prevalencia en el mundo y llegando a ser tan incapacitante, se
ningunee a los pacientes de esta forma. Normalmente, cuando la medicina se
comporta así, es que se están protegiendo los intereses macroeconómicos, una
vez más, de la INDUSTRIA.
Por otro lado, debes ser consciente de que, aunque des, raramente, con algún profesional médico que se tome en serio cómo merece tú problema y te practiquen pruebas de alergia, existe una gran proporción de falsos negativos:
- Personas que tienen una reacción clara e inequívoca a la floración de los pinos, hecho que se observa con emergencia de toda la batería clásica de síntomas, dan negativo en la prueba cutánea.
- Individuos que tienen una reacción cutánea en toda regla con una tirita, dan negativo en las pruebas que las exponen a las sustancias clásicas utilizadas cómo adhesivo en las tiritas (con frecuencia, derivados del petróleo).
Los falsos negativos a pruebas de alergia son algo conocido entre los doctores y médicos con dos dedos de
frente y unos mínimos conocimientos. En las pruebas de alergia (de exposición,
de contacto) la cantidad de sustancia liberada a la que se expone al paciente
es ínfima y eso influye en el resultado. El tamaño, IMPORTA.
LAS FRAGANCIAS Y EL PERFUME
En el Congreso del 2020 celebrado por la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) se presentó un trabajo escandaloso. En el concluían que las sustancias encargadas de producir el olor de los productos de higiene corporal y del hogar, y de los cosméticos, son la segunda causa en importancia del desencadenamiento de alergia cutánea.
No es que hayan descubierto algo nuevo,
ya que, por ejemplo, el año 2012 un trabajo de revisión publicado en la revista
Actas Dermo-Sifiliográficas (revista de la misma AEDV)
comenzaba diciendo que las fragancias son la segunda causa más frecuente de
dermatitis de contacto alérgica en nuestro país. El artículo es de descarga
gratuita:
Arribas, M. P., Soro, P. & Silvestre, J. F. 2012. Dermatitis de contacto
alérgica por fragancias. Parte I. Actas
Dermo-Sifiliográficas, Vol. 103 (10). Allergic
Contact Dermatitis to Fragrances. Part 1 | Actas Dermo-Sifiliográficas
Siguen, no
obstante, esas sustancias alérgenas escondidas tras el anonimato de las
palabras “PERFUME” o “FRAGANCIA” que aparecen en el etiquetado cómo
ingredientes, sin decirnos en realidad cuales son los ingredientes que producen
ese PERFUME o FRAGANCIA. Esta parte de ayuda que recibe la industria (la de no
revelar los ingredientes) se la deben al cheque en blanco que le entregan los
políticos y algún que otro tecnólogo de bata blanca…y que está luego rellena,
según le interese uno u otro. Sabéis por donde voy ¿no?
El estudio del
Congreso del 2020 identificó que los pacientes con dermatitis atópica estaban
más frecuentemente sensibilizados con el LYRAL y el EUSOGENOL, dos de las
sustancias utilizadas comúnmente para conseguir el olor de los productos que
tanto compramos. Adicionalmente, algunos de estos aditivos (p. ej. El GERANIOL)
se utilizan en cremas para la piel. De ahí que las cremas y pomadas que se dan
a gente con piel atópica sea habitual que les ocasionen todavía más síntomas.
Los dermatólogos
que presentaban dicho estudio son defensores de que los ingredientes de los
productos aparezcan íntegramente en el etiquetado, atendiendo a que ello
facilitaría diagnosticar correctamente la causa de la alergia en los pacientes.
Evidentemente, las personas son un cero a la izquierda a no ser que muevan
millones. Podéis leer una noticia divulgativa más extensa sobre este trabajo en
el siguiente enlace:
Estas son las
fragancias escondidas en los productos de higiene, cosmética y limpieza que
causan dermatitis alérgicas. ABC Salud. 23/11/20.
Aquellos que
queráis profundizar, os dejo la referencia completa del trabajo, que acabó
publicándose en Contact Dermatitis:
Sánchez-Pujol,
M. J. et al.
2021. Frequency of
sensitization to the individual fragrances of fragrance mix I and II according
to the factors included in the MOAHLFA index. Contact Dermatitis, 84 (6).
El problema es gravísimo
puesto que todos estos aditivos alergógenos son archipresentes en cualquier
ámbito hoy en día y su uso es masivo, excesivo y va en aumento. Colonias, perfumes, champú, cremas
corporales, desodorantes, ambientadores, gel de baño, after-shave, lavavajillas,
jabón y suavizantes para la lavadora y cualquier producto de limpieza del
hogar, del coche y de higiene corporal y cosmética que imaginéis, fácilmente
van a ser fuentes emisoras de FRAGANCIA y PERFUME e incluirán aditivos potencialmente
nocivos para la salud. Es decir, la industria en colaboración con las administraciones públicas está creando millones de personas
alérgicas y que, más que probablemente, desarrollaran otras enfermedades.
El enfermo,
diagnosticado o no, con alergia a alguno de estos aditivos, está condenado a
sufrir una tortura hasta el final de sus días. Vaya donde vaya, estará expuesto a estas sustancias con lo que los síntomas van a ir a más y su salud
se irá deteriorando más y más.
PERSONALIZAR LA ESTUPIDEZ
La especie
humana sigue avanzando hacía el abismo, agónica por sufrir y desaparecer, cómo
si la felicidad y la salud no le interesara en absoluto. Ahora está petándolo
eso que llaman MÁRKETING OLFATIVO, eso de AROMATIZARLO todo. Esta tendencia nos la
promocionan desde cualquier ámbito, hasta en los periódicos:
Vera Castelló. 11 de agosto de 2022. Dejavu Brands, marketing
olfativo para personalizar marcas. El País.
https://cincodias.elpais.com/cincodias/2022/08/10/companias/1660145581_937321.html
Entres en el
local público o privado donde entres, vas a estar inmerso en un mar de fragancias.
Raro es encontrar una tienda de ropa sin un ambientador que lo impregna todo,
pero es que esta tendencia se ha impuesto en cualquier comercio, hasta en los
supermercados. Vas a comprar productos ecológicos a un comercio de comestibles con el fin de evitar plaguicidas dañinos y resulta que los alimentos ecológicos están impregnados en esa fragancia que contiene
aditivos nocivos para tú salud. Llegas a casa con la compra y cualquier
alimento que hayas comprado huele a esas mierdas.
Es demencia pura
que la clase política no esté legislando para frenar esta locura y que no
existan entidades privadas que luchen activamente en esta línea. A lo sumo, lo
máximo que veremos será un post en la web de una o dos entidades pero no las veremos informando en
la calle y recogiendo firmas.
Ahora mismo son
tan necesarios los establecimientos libres de perfumes y fragancias cómo una
atmósfera sana, libre de contaminantes. Al parecer, las entidades solo hacen
ruido con el tema de la contaminación atmosférica en ambientes abiertos y obvian
algo que casi está a la misma altura y que en muchos casos es peor: la
contaminación por fragancias en ambientes cerrados públicos y privados.
El tema, a pesar
de ser tan grave, está sumamente invisibilizado, ocultado a la opinión pública.
No hay campañas de información y sensibilización por parte de ninguna entidad,
ni siquiera de las de enfermos de Sensibilidad Química Múltiple.
VIVIENTES MUERTOS
Se llega a cotas
que hacen inviable la vida de una persona sensibilizada y/o alérgica a estos aditivos
y la excluyen absolutamente de la vida en sociedad. Hace unos días acudí a un
centro médico del centro de Sabadell. Por las calles de Gracia y del Pare Sallarès,
lugares céntricos, las mujeres de la limpieza salían de los diferentes centros
médicos de esas calles y de domicilios particulares y lanzaban con toda
normalidad los contenidos de los cubos de fregar a las aceras y calzadas. Toda
la calle quedaba repleta de esos olores, de unas fragancias penetrantes,
intensas y fuertes, y de las inmundicias, claro está, durante horas porqué
además las alcantarillas estaban colmatadas.
Me llegué a
preguntar si acaso se celebraba alguna Feria medieval o cualquier otro evento
que buscara rememorar cómo transcurría la vida hace siglos atrás, cuando la
insalubridad y la falta de higiene y de respeto por los demás formaban parte del sentido común.
Miré hacía el cielo, no fuera que lo siguiente fuera escuchar el “¡AGUA VA!” que
precedía a la lanzada de orines y cagarros desde los balcones en el medievo.
¡Que paradoja! Ver
que, desde los centros de salud, donde se debiera dar ejemplo, se lanzan
inmundicias a la calle en vez de lanzar los gérmenes del contenido del cubo de
fregar en el lavabo. Saludable no lo es. Imagino que esta costumbre existió durante toda la etapa más grave del COVID y me preguntó ¿Cuánto habrán influido prácticas cómo esta a la dispersión de este u otros patógenos?
Mientras pasaban
estas cosas, transitaban esas calles madres y abuelos con infantes, adolescentes,
mayores que iban a trabajar, etc. Decenas de personas pisaban esas aguas y
veían lo que acontecía, impasibles, sin inmutarse, con miradas vacunas. Todavía vemos cosas así normales.
Imaginaos intentar explicarles que esos productos con fragancia que lleva el
agua del cubo son potencialmente malos para la salud y que multitud de
ciudadanos padecen alergia a ellos.
Decía Arsuaga en
el texto parafraseado del principio que el ser humano actual es dócil, manso. Tal
vez el último estadio de la evolución sea el del autómata estúpido, vivo en
movimiento y muerto en pensamiento, dirigido por incapaces con tendencias
psicópatas.