El cárabo es una de las
especies idóneas de cara a llevar a cabo un seguimiento a gran escala de los
contaminantes ambientales y evaluar el riesgo medioambiental (Badry et al.
2020). Al ser un depredador apical almacena los tóxicos ambientales en
diferentes partes del cuerpo durante años (plumas, piel, órganos,
etc.)…igualico que nos pasa a nosotros.
La
entrevista a Carme Valls-Llobet
Sigo con la crítica al espacio que dedicó el programa de
TV3 Planta Baixa a la Sensibilidad Química Múltiple (SQM). Podéis visionar el
contenido siguiendo este enlace:
Vi con expectación la entrevista. Era la primera vez que
veía a la doctora en una cadena televisiva importante hablando sobre la SQM. Desgraciadamente,
me sentí decepcionado.
La disfonía y las reacciones
anafilácticas
Lo primero que me chocó es que al hablar de la disfonía de
Alba dijera que sólo algunas personas afectadas de SQM la sufren. La disfonía
es uno de los síntomas de una anafilaxia y las enfermas moderadas-graves de
SQM desarrollan el pack típico de síntomas respiratorios de una anafilaxia
cuando tienen una exposición aérea a productos que no toleran (ambientadores,
colonias, lejía, gel hidroalcohólico, detergentes, suavizantes, humos de
chimenea y vehículos, etc.). Es algo clásico. Se ahogan literalmente.
La anafilaxia es una reacción alérgica hipergrave, mediada
por la Inmunoglobulina E (IgE), unos anticuerpos del sistema inmunitario
destinados a proteger el cuerpo de un antígeno (sea virus, bacteria u otros agentes
externos identificados por el organismo como amenaza). La anafilaxia ocurre en
personas sensibilizadas previamente a un antígeno concreto y cada vez que se
exponen a él se desencadena la reacción alérgica.
La respuesta alérgica mediada por la IgE implica
simultáneamente varias partes del cuerpo, siendo las más comunes la piel, el
corazón y los vasos sanguíneos (venas, arterias, capilares, el sistema
respiratorio (pulmones, boca, fosas nasales, laringe, tráquea) y con menos
frecuencia el aparato digestivo (estómago, intestinos, etc.). Puede conllevar
la muerte, por lo que diagnosticarla a tiempo es primordial y conviene hacerlo
rapidito.
Otra curiosidad más es que el diagnóstico de la
anafilaxia es CLÍNICO. Es decir, se diagnostica a partir de signos,
síntomas y el historial clínico de la persona afectada…cómo la SQM y también
está infradiagnosticada.
Por cierto, la anafilaxia comporta liberación de
histamina que, de hecho, es el primer mediador que se eleva en la sangre. Pese
a que el diagnóstico es clínico, la prueba de metilhistamina urinaria es
de utilidad complementaria en el proceso de identificación de la anafilaxia ¿Cuántas
enfermas y enfermos de SQM tienen niveles de histamina por encima del rango
considerado normal? ¿A cuántos se le mira? ¿Por qué se obvia este resultado en
los informes oficiales de diagnóstico de la sanidad pública (p. ej. En el
Hospital Clínic)? ¿Y por qué si tienen niveles elevados de histamina se insiste
en decirles que su enfermedad tiene un origen psicogénico?
Se ha demostrado científicamente que la histamina es un
biomarcador asociado a la SQM, presentándose incrementada en el 36,7% de los
enfermos estudiados por Belpomme et al. (2015). El estudio de
Belpomme et al. (2015) concluyó que existe una combinación de biomarcadores
que son efectivos en el diagnóstico de la SQM y la Electrohipersensibilidad (EHS)
¿Por qué la sanidad pública de cada comunidad autónoma no se dedica a
estudiar a las enfermas de SQM en esta línea?
La ciencia también ha enunciado en diferentes ocasiones que
el hecho de que la SQM y la EHS sean provocadas por causas ambientales es un
gran inconveniente para los superpoderosos intereses socioeconómicos, lo cual
explica que no hayan sido reconocidas cómo patologías por los gobiernos y los
organismos internacionales dedicados a la salud (de carácter público o privado,
como la Organización Mundial de la Salud; ver en Levallois 2002). Básicamente,
vivimos en una sociedad de hipócritas y cobardes; podrían matar a nuestros
niños y mujeres, y violar a nuestras abuelas y todo seguiría igual.
Pero el mundo de nuestras defensas abarca no solamente la
anafilaxia mediada por la IgE. Nuestro arsenal defensivo incluye las reacciones
anafilactoides, que son clínicamente indiferenciables de la anafilaxia. La diferencia
entre ambas es que la reacción anafilactoide no está provocada por la IgE sino
que esta vez son otros mecanismos de nuestro cuerpo (basófilos y/o
mastocitos liberando HISTAMINA, etc.) los que entran en acción ¡Vaya! De
nuevo ¡La HISTAMINA! Una sustancia externa es la que provoca el cuadro de
la reacción anafilactoide.
Conviene recalcar que además las reacciones pueden
producirse inmediatamente después de la exposición al agente desencadenante, o
bien mucho después (horas). Que no veamos a todas las enfermas de SQM ahogarse
al momento de inhalar una colonia no significa que no tenga efectos a
posteriori. Hay diferentes grados de gravedad de la enfermedad.
Nuestro sistema autoinmune es una máquina poderosísima, altamente
sensible a la contaminación artificial. Y lo más importante: no se conoce
apenas demasiado en comparación con lo que se desconoce de él. Me maravillo
entonces de cómo los profesionales de la salud en España se esfuerzan en negar
rotundamente que la SQM guarde relación con el sistema inmunitario o cuanto
menos a no mencionarlo…cuando son plenamente conscientes de que la SQM apenas
se ha investigado seriamente a escala mundial.
Bien, quedaros con esto de la anafilaxia y las reacciones
anafilactoides porqué después lo vuelvo a recuperar con más énfasis.
La percepción sensorial
Personalmente, considero que la parte más escabrosa es que
la doctora tomara la línea de situar exclusivamente la raíz del problema en la
percepción sensorial a través de la nariz. Describe el ardor de la garganta y
otros síntomas típicos de anafilaxia que se desencadenan con la exposición a
los tóxicos y luego acentúa en cuanto al mecanismo de origen la percepción de
los olores y la sensibilización central.
A ver, una afectada de SQM cursa síntomas y/o problemas
digestivos, cutáneos, respiratorios, articulares, musculares, del sistema
inmune, del sistema endocrino, neurocognitivos, etc. Se trata de un amplio
espectro de síntomas y problemas, un patrón que se repite en las afectadas. Los
síntomas no se activan solamente por la recepción del tóxico a partir de la
nariz sino que también se desencadenan exclusivamente a través de la piel y el
aparato digestivo.
Es más, hay enfermas con anosmia (pérdida de olfato) que
siguen sufriendo el mismo grado de SQM y muchos olores que les resultan
agradables les causan de todas formas los mismos síntomas.
En mi opinión, existe una disparidad de argumentos que le quitan sentido y coherencia a la hipótesis de la nariz, el rinencéfalo (actualmente llamado sistema límbico) y el Sistema Nervioso Central (SNC) cómo actores principales y únicos de la SQM. A bote pronto se me ocurren las siguientes:
- El impacto multisistémico y el hecho de que el empeoramiento y las reacciones sean también por otras vías (la cutánea y la digestiva) al margen de la existencia o no de olores asociados.
- La anosmia
- El sentido del olfato está muy poco desarrollado en la especie humana. Al contrario que buena parte de las especies de mamíferos, no evolucionamos primando el sentido del olfato para detectar amenazas ni para buscar alimentos (esto es de párvulos). Evolucionamos basando nuestra estrategia biológica en la vista.
A priori, pues, resulta extraño que sea la simple percepción sensorial de los olores la que medie y ocasione una batería tan grave y dispar de síntomas y problemas de salud crónicos, graves, incapacitantes y/o invalidantes (según el grado de SQM) en múltiples direcciones.
¿Nadie había caído todavía en este pequeño detalle de nuestra biología?
- No todas las sustancias con olores fuertes y penetrantes activan el empeoramiento de las enfermas y sus crisis, sino que principalmente son las sustancias químicas artificiales (derivados del petróleo, lejía, salfumán, etc.) las que logran un efecto rápido y muy potente en ellas.
Generalmente, pueden tolerar los olores de las flores, aunque algunas especies de plantas que liberan terpenos, un derivado del isopreno, que no deja de ser un hidrocarburo (compuesto orgánico volátil), tienen capacidad de crear un efecto negativo también en las personas afectadas de SQM. Una misma persona enferma es capaz de reaccionar negativamente en una zona con mucha lavanda en flor y tolerar floraciones de romero (ambas especies incluyen terpenos) sin problemas aparentes…quizá todo ello guarde relación con la concentración y el tipo de terpenos liberados por cada especie de planta.
Al margen de estas
diferentes sensibilidades a sustancias naturales, lo que se sabe de forma
impepinable es que las afectadas comparten un desencadenante en común de sus
síntomas y empeoramiento: las sustancias químicas artificiales (ambientadores,
colonias, combustibles, detergentes y suavizantes con fragancia, lejía,
salfumán, etc.).
A tenor de lo expuesto, en conjunto, me da que la SQM no es cuestión de oler bien o mal. Pero es esta una hipótesis que les encanta a los profesionales catalanes (de la sanidad privada o de la pública) supuestamente expertos en la SQM u otros de los Síndromes de la Sensibilización Central (Fibromialgia, Encelomielitis miálgica/Síndrome de la Fatiga Crónica).
Es incomprensible la interpretación que llevan a cabo de
la Hipótesis (no demostrada) de los Síndromes de la Sensibilización Central
(SSC). Esta hipótesis dice que parece probable que el Sistema Nervioso Central
(SNC) sea un actor principal en el desarrollo de los SSC pero no el único
(Yunus 2007). Concreta Yunus (2007).
Sin embargo, los profesionales catalanes crean cómo una
especie de orden jerárquico, sin disponer de certezas, en el que señalan al SNC
cómo culpable de la SQM y otros de los SSC, y el sistema endocrino y el inmune
quedan fuera de juego en su discurso. Pero si es de sobras conocida la
interacción entre sistema endocrino, inmune y SNC ¡Olvídense ya de las jerarquías!
Sencillamente, no se entiende uno sin el otro, ni más ni menos.
Al fin y al cabo, vas juntando piezas y se intuye que interesa
recalcar que el problema es la sensibilidad de la paciente. Antes el
argumentario del establishment concluía que el mal de las mujeres
provenía de su histeria y ahora, con lo de guardar las apariencias no vaya a
ser que se distribuyan las etiquetas de machismo, se les tilda de sensibles. Se
ha sofisticado la terminología. El caso es desviar la atención del eje del
mal: el abuso de los químicos artificiales.
La información de baja calidad respecto la SQM que se
ofrece desde el sector de la medicina en los medios periodísticos no ayuda a
las enfermas, sino que contribuye a complicarles aún más la vida ¿Por qué? Por
qué gracias a ello la mayoría de los ciudadanos creen erróneamente que la SQM
es simplemente que a las enfermas les desagradan los olores de las colonias ¡Ya
está bien de hacer hincapié en la maldita percepción de los olores porqué esto
contribuye a la desinformación del público! ¡No es un problema de
rechazo subjetivo al olor!
En el anterior contenido os prometí que la crítica al
programa se dividiría en dos posts. Me equivoqué. El tema tiene mucha miga. Lo
voy a estructurar en un capítulo más cómo mínimo. Próximamente, más.
Bibliografía
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Badry, A.; Krone, O.; Jaspers, V. L. B.; Mateo, R.; García-Fernández, A.; Leivits, M. & Shore, R. F. (2020) Towards harmonisation of chemical monitoring using avian apex predators: Identification of key species for pan-European biomonitoring. Science of Total Environment, 731.
Belpomme, D., Campagnac, C. & Irigaray, P. (2015) Reliable disease biomarkers characterizing and identifying electrohipersensitivity and multiple chemical sensitivity as two etiopathogenic aspects of a unique pathological disorder. Rev. Environ. Health, 30 (4).
Documento de consenso. Sensibilidad Química Múltiple (2011) Ministerio de Sanidad, Política social e Igualdad.
Fernández-Solà, J. & Nogué, S. (2013) Sensibilidad Química y Ambiental Múltiple. Sobrevivir en un Entorno Tóxico.
Levallois P. (2002) Hypersensitivity of human
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literature. Environ Health Perspect, 110(Suppl 4).
Nogué Xarau, S; Dueñas Laita, A; Ferrer Dufol, A; Fernández Solà, J (2011) Sensibilidad Química Múltiple. Med Clin (Barc), 136 (15).
Yunus, MB. (2007) Fybromyalgia and Overlapping Disorders: The
Unifying Concept of Central Sensitivity Syndromes. Semin Arthritis
Rheum, 36.
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